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Robert Pattinson gana enteros como actor pero "Cosmópolis" no convence en Cannes

por © E.E. (Cannes)-NOTICINE.com
Pattinson, en la rueda de prensa (AP)


La esperada adaptación de David Cronenberg sobre la novela de Don DeLillo "Cosmópolis", que le unió con el popularisimo astro crepuscular Robert Pattinson en el papel de un joven tiburón financiero multimillonario que ve el mundo naufragar a su alrededor desde el interior de una sofisticada limusina, ha dividido a la prensa este viernes en el apartado a concurso del 65 Festival de Cannes, donde también participó la coproducción europea "V tumane", del bielorruso Sergei Loznitsa.

"Cosmópolis" es de esas películas que se aman o se odian. Si nos atenemos a la respuesta sonora de la prensa en la primera proyección, numericamente ganan los segundos, pero parece que algunos significativos "popes" de la crítica la defienden a muerte. Probablemente se trata de adictos al mundo malsano, retorcido y ocasionalmente fascinante de David Cronenberg, desde sus más inquietantes películas dignas de viajes en el desierto con peyote, tipo "El almuerzo desnudo", "ExistenZ", "Videodrome" o "Crash", o sea antes que se moderara un montón y se decidiera a contar historias con cierta coherencia dramática e interés para un público que no se droga demasiado, como sus penúltimos sucesos "Promesas del este / Promesas peligrosas" y "Una historia de violencia".

Pero la cabra tira al monte y Cronenberg a lo estrambótico, de ahí que se sintiera atraído por la novela de Don DeLillo  sobre un exitoso "golden boy " multimillonario antes de la treintena, que recorre una atestada Manhattan preapocalíptica a bordo de su limusina en busca... (no lo creerán) de un corte de pelo al otro lado de la city. Por el camino se enfrenta a los atascos por una visita presidencial y se cruza con amantes, esposa, empleados, socios y algún bicho raro en el más propio sentido del término.

De este caos emerge con dignidad Robert Pattinson, a quien muchos en vista de que ya acaba su interpretación del vampiro Ed Cullen en "la saga Crepúsculo" y no llegan a tiempo de clavarle la estaca se conforman con considerarlo un pésimo actor. No es para tanto... Aquí de entrada tiene que colocarse la película a la espalda porque no sale de cuadro ni por equivocación en los 108 minutos, y con un iluminado como Cronenberg enfrente, aguantar el tirón tiene mucho mérito. "Creo que él nunca vio mis películas anteriores", comentaba el actor británico en su rueda de prensa. Sin duda los productores sí le consideraron un valor seguro para encabezar un cartel, y uno de los pocos en brindar alguna posibilidad de rentabilizar este proyecto.

En cualquier caso "Cosmópolis" le enfrenta a un reto importante, porque el personaje escapa salvo quizás en las escenas finales a cualquier sentimiento de empatía por parte del espectador, y es sin duda su mejor trabajo visto hasta la fecha. Y para las fans, anoten dos escenas imperdibles: la de sexo -naturalmente dentro de la hipertecnológica limusina- con Juliette Binoche y otra en la que uno de sus médicos le hace una exploración para dictaminar que tiene la próstata asimétrica...

"Antes de rodar -decía Pattinson- me pasé dos semanas en mi habitación de hotel comiéndome el coco con la preocupación ante lo que se me venía encima, y no tenía nada claro. Fui a ver a David para hablar sobre la película, y me dijo: "Empecemos a filmar y ya veremos...". Era imposible preparar este personaje como uno habitual. Me gustó mucho el guión porque era muy lírico. Teníamos la impresión de estar cantando una canción. La película habla de un mundo que no tiene sentido y precisa ser purificado".

"Me resultaría muy fácil usar la metáfora de que el personaje que asume Robert es una especie de vampiro que chupa la sangre a Wall Street. Pero un actor no puede interpretar un concepto abstracto. Es un verdadero personaje, con su pasado. "Cosmópolis" evoca el espectro del capitalismo. Casi citamos el "Manifiesto comunista" de Karl Marx", comentaba por su lado Cronenberg ante los periodistas.

Con bastante menos expectación se recibía a la segunda cinta en competencia del día, "V tumane" (En la bruma), del bielorruso Sergei Loznitsa, que se desarrolla en un bosque durante la II Guerra Mundial, cuando dos partisanos reciben la orden de llevarse lejos a un ferroviario acusado falsamente de traición y complicidad con los invasores nazis, para ejecutarlo. Sin embargo cuando conviven con él discrepan y empiezan las dudas...  Estamos ante una profunda reflexión sobre lo mezquina e injusta de la naturaleza humana, cuyo principal defecto es su ritmo demasiado lento.

"Hace diez años que quería hacer esta película -explicaba Loznitsa- y no he podido hasta ahora. En realidad creo que no es una película bélica sino sino personas que se encuentran en unas circunstancias muy particulares. La guerra lo que aporta es una atmósfera, un ambiente. Lo que trata de mostrar la película es que el hombre no es capaz de todo, pero no hay segundas intenciones políticas detrás. Para mí "En la bruma" podría desarrollarse en cualquier parte y cualquier época".

Este sábado se cierra la competición con las dos últimas películas a concurso, una de ellas "Mud", con Matthew McConaughey y Reese Whitherspoon y ya estará todo el pescado vendido, en una edición que se clausurará el domingo sin dejar un recuerdo especialmente brillante.

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