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Con la película española "Vidas pequeñas" y la taiwanesa "Fourth portrait" se ha puesto este viernes el punto final a la sección competitiva de la 55 Semana Internacional de Cine de Valladolid, dos películas con protagonistas que llevan con dignidad su condición de perdedores en el escenario del mundo, y la segunda otro drama familiar, género que ha predominado en la selección de este año.

La vida es dura y una tarea de supervivencia para los protagonistas de la española "Vidas pequeñas", del argentino afincado en España Enrique Gabriel, cineasta sensible pero sin demasiada suerte comercial hasta ahora. La mejor prueba es esta misma cinta, que sostiene es la mejor de su carrera, pero que ha tardado nada menos que cinco años en poder mostrar, después de que tuviera que interrumpir su producción por falta de financiación.

Nadie le puede negar a Gabriel sus dotes premonitorias, porque su historia de desencantados que intentan sobrevivir a la crisis en estos cinco años se ha vuelto trágicamente más real y creible que cuando con su madre, hace cinco años, empezó a escribirla. Entonces España vivía en la borrachera del consumo desaforado y el dinero fácil, y los personajes de su historia podrían pasar por automarginados, pero ahora resulta mucho más fácil identificarlos o identificarse con su existencia.

Son los vecinos del camping Vista Hermosa, en las afueras de Madrid y al lado de una de tantas urbanizaciones con caros chalets dotados de jardín y piscina. Allí conviven escritores fracasados, feriantes de paso, artistas anónimos, peluqueras, proletarios en paro... En esta playa gris ha venido a naufragar Bárbara (Ana Fernández), joven y célebre diseñadora, flagelada por el fracaso y las deudas, pero que no ha perdido su orgullo.

Fascinada por un universo tan distinto al suyo, Bárbara conocerá en el camping a un variado abanico de vidas pequeñas que transcurren plácidas o atormentadas en caravanas y casas portátiles, lejos del mundanal ruido y de las rivalidades de la ciudad. Pero, sobre todo, Bárbara conocerá el amor en una caravana sin retrete...

Completan en reparto varios actores bien conocidos del público español, sobre todo por sus trabajos televisivos, como Roberto Enríquez, Alicia Borrachero, Laura Domínguez, Emilio Gutiérrez Caba, Ruben Ochandiano y la veterana Ángela Molina.

Tras cierta incertumbre por la llegada de la copia desde Moscú, dificultada por las huelgas en Francia, se pudo proyectar finalmente la taiwanesa "Fourth portrait" (Cuarto retrato), de Mong-Hong Chung, cuyo breve periplo festivalero se inició en Locarno el pasado agosto.

Cuenta la historia de Xiang, un niño de diez años, se convierte en huérfano por la muerte de su padre, que era su única referencia en su país, Taiwan. Sin apenas medios para subsistir, conoce al viejo portero de un colegio que le da trabajo para recoger objetos usados. Cuando Xiang empieza a recobrar una cierta estabilidad, aparece su madre separada, que antes lo abandonó sin muchos miramientos y se lo lleva a vivir con ella y con su nuevo marido, personaje inquietante y desagradable. Lo cierto es que Xiang tiene un hermano mayor que también se fue a vivir con su madre años atrás y desapareció…

Por otra parte, a las puertas del colegio conoce a un joven que se convertirá en su amigo y  le mostrará el mundo de un modo muy especial. Estos personajes componen las referencias que enmarcan la vida del protagonista y se convierten en la temática de sus dibujos.

Aplaudida en Valladolid, "Fourth portrait" viene a unirse el grueso de dramas familiares que han dominado esta edición. Varios de ellos parecen destacar en las apuestas de cara al palmarés que se anunciará este sábado, especialmente "Incendies", la cinta franco-canadiense de Denis Villeneuve.

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