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Las estrellas que cuajan el firmamento donostiarra este año atraen a miles de personas a las salas y las alfombras rojas, como en los mejores tiempos del Festival ibérico más importante. Esto domingo las figuras fueron el director Oliver Stone, y los actores John Travolta y Benicio del Toro, los dos primeros receptores del Premio Donostia, y todos en promoción del film proyectado fuera del apartado oficial "Salvajes". En la competencia, cara y cruz: la cara bonita para la comedia francesa de François Ozon "Dans la maison", y la cruz para la española "El muerto y ser feliz".

Madrugar para entrar a una proyección casi al alba tenia delito, si es para presenciar el sin sentido que bajo el nombre de "El muerto y ser feliz" presento su director, Javier Rebollo, como primera cinta a concurso del día. No todo vale en el cine, al menos no todo tendría que valer... La historia del protagonista al que da vida nuestro actor orquesta  Jose  Sacristán, comienza con una estruendosa voz en off que tampoco tiene ningún sentido más que el de aumentar la desidia y la confusión del espectador, que no entiende aunque se lo digan en off (sobre todo porque la declamación repite lo que vemos inmediatamente),y que supuestamente es para que nada le pase desapercibido.

En alguna sinopsis se l llega a denominar "comedia negra", pero por la reacción del nutrido público presente, la gracia brillaba por su  ausencia. Un ex asesino a sueldo herido de muerte por un cáncer terminal (Sacristán) comienza una huida hacia ninguna parte, sin emoción sin sentido y carente de todo interés.

En su "aventura" le acompaña una mujer que como por arte de magia o quizás por obra del Espíritu Santo se monta en su carro sin conocerle de nada como si fuera la cosa más natural del mundo. La mujer será su amiga, enfermera y compañera durante el surrealista periplo que emprende el  enfermo moribundo, que se ganaba la vida matando gente.

Se ha sugerido que el alma de esta película tiene algo que ver con una revisión actual de las novelas de caballerías, de hidalgos y escuderos, pretenciosa sugerencia, por que la huida es vacía, y si muchos espectadores aguantaron los 94 minutos de proyección, fue exclusivamente por ver al maestro Sacristán que hasta en un mal papel está genial.

El equipo de la película rodó viajando a lo largo de seis mil kilómetros de carreteras y caminos de la Republica Argentina, pasando por Tucumán, Córdoba, Miramar y Buenos Aires entre otras localizaciones. Si para algo sirvió el rodaje fue para premiar al conocido actor en tierras argentinas al que cubrieron de premios y atenciones allá por donde pasaba. Es sabido que el actor español es muy querido al otro lado del charco, donde aparte de trabajar en el cine ha representado numerosas obras de teatro.

En definitiva un bajón al buen nivel que hasta ahora están teniendo las películas de esta sección oficial, en este intenso y maratoniano festival.

Podríamos calificar por el contrario de sorprendente y maravillosa la primera cinta gala en participar en esta 60 edición. Basada en la obra "El chico de la última fila", del dramaturgo español Juan Mayorga, guionizada y dirigida por François Ozon,y protagonizada por nombres tan conocidos como Fabrice Luchini y Kristin Scott Thomas entre otros, plantea al espectador una experiencia nueva, que ha sido largamente aplaudida y hasta vitoreada.

Uno llega a confundir el argumento real con otros paralelos o simplemente se  dejá llevar por la ingeniosa tela de araña que se teje en torno a los personajes.

La historia nos mostrara cómo comienzan a relacionarse un adolescente alumno con su profesor de literatura, cuando este comprueba por una redacción, que el chico puede tener el don de la escritura.

Luchini interpreta a Germain, el maestro  que incentivará al muchacho, pero no solamente por vocación docente, pues detrás se despertaran intereses varios y paralelos a la historia, inspirada en sus experiencias en la casa de un compañero de clase, al que ayuda para superar las matemáticas.

Comenzarán de esta manera un peligroso juego, mientras emprende lo que podría ser su primera composición literaria, que estará llena de morbo, confidencias  y emoción.

Kristin Scott, interpreta a la intelectual esposa de Germain, y se convertirá  en una fiel seguidora de los sucesivos capítulos que el inteligente y observador muchacho irá ofreciendo a su tutor.

Ozon cuenta que se inspiró en esas parejas de intelectuales que muchas veces aparecen en las comedias de Woody Allen, para dar vida a ese matrimonio, y desde luego logra su objetivo en esta cinta brindando momentos de comedia, pero la película es mucho más que eso.

Su actor principal ha sido el protagonista absoluto de una rueda de prensa divertida y según sus propios comentarios llegando a cotas altísimas de intelectualidad, ha contestado sus preguntas y muchas de las del resto del equipo.

Luchini relató cómo la noche anterior, debido al insomnio en su ruidoso hotel, comenzó a leer a Tolstoi, y bromeó y dio muestras de talento, genialidad y sabiduría durante la presentación de esta estupenda película a los medios, que desde luego y sin ninguna duda debería encontrar gloria en forma de Concha.

Otros galardones, los Premios Donostia a la carrera fueron también noticia este domingo. La vispera se pudo vivir y revivir la autentica y genuina "Fiebre del sábado noche". En esta ocasión la espera mereció la pena con creces, cuando un maravilloso y entregado John Travolta llegó a San Sebastián desde un cercano aeropuerto vascofrancés, al que había aterrizado a los mandos de jet. El actor, mimó a sus seguidores y publico que desbordaba las inmediaciones del hotel Maria Cristina.

Incansablemente, firmo, posó y estrecho las manos de sus fervientes fans, que hasta le coreaban un "tell me more, tell me more...". Fueron momentos  mágicos en los que se pudo vivir esa genuina pasión festivalera, que hacía muchos años que no se producía, todo esto bajo la atenta y satisfecha mirada del director del festival que esperaba complacido a que la estrella de" Pulp fiction" concluyera sus saludos al publico allí congregado. En la noche de este domingo ha recogido uno de los premios Donostia de este 2012, que se merece como nadie.

Otro fue para Oliver Stone. Aunque tradicionalmente el premio es para actores, con motivo del 60 aniversario se hizo una excepción (en el 50 ya se dio a Francis F. Coppola). Su "Salvajes" tuvo una acogida más bien discreta en Norteamérica, y hay que amortizarla como sea en el resto del mundo, de ahí la presencia de realizador y actores, que andan de gira europea.

Las reacciones fueron dispares a la hora de juzgar el nuevo producto del  oscarizado director norteamericano, el cual no compite por las Conchas, que a diferencia de Travolta no desplego su simpatía ni fue demasiado locuaz en su cita con los medios.

Travolta siguió repartiendo simpatía y bromas en la rueda de prensa junto a Benicio del Toro, quien incluso ejerció de intérprete, con su acento portoriqueño,y poniendo el punto sarcástico a algunas de las respuestas, por supuesto sin perder su misterio ni su encanto, muy al contrario que el personaje que interpreta en esa guerra de narcos en la que da vida a un repelente matón de la "Madrina" que no "padrino", interpretada por la bella Salma Hayek, y donde el recordado actor de "grease"estará del lado de la ley.

Es "Salvajes" una historia que recuerda en un principio a aquel típico trió formado en dos hombres y un destino que incluso la protagonista de la cinta cita en un momento de la misma. En palabras de Travolta "no era una comedia hasta que llegue yo".

A la pregunta de un periodista, tuvo palabras de gratitud para Tarantino, quien era fan suyo y le hizo el regalo de reavivar su carrera, algo que no olvidará.

En este caso el espectador será el que juzgue esta "perla", que forma parte de esta edición llena de estrellas en las que los fotógrafos no dan abasto, como si de una lluvia de meteoros se tratara. Confiemos en que no decaiga...

La jornada en imágenes