Sábado frío, soso y con poca aventura en la Berlinale

por © E.E. (Berlín)-NOTICINE.com
La estrella alemana Nina Hoss
Es sábado, Berlín está nevado, y el frío ha calado hasta el interior de las salas, donde las tres propuestas competitivas de la tercera jornada del certamen alemán no han logrado caldear el ambiente. Para el público local, el punto de interés estaba en ver a una de las estrellas del cine germano, Nina Hoss, en el western desprovisto de acción y sobrado de penurias "Gold", de  Thomas Arslan. Desde Estados Unidos el especialista en videoclips Fredrik Bond trajo la cinta interpretada por un multinacional elenco "The Necessary Death of Charlie Countryman", que pasó hace pocas semanas por Sundance sin críticas favorables (aquí tampoco), y sólo se salvó, a medias, la rusa "Dolgaya schastlivaya zhizn", de Boris Khlebnikov. En las tres, los personajes se enfrentan a ambientes rurales o urbanos poco recomendables.

En los westerns, tradicionalmente hay tensión, tiros, sorpresas... pero en "Gold", sobre un grupo de emigrantes alemanes que viajan en 1898 por el Canadá profundo en busca de un futuro mejor en una tardía fiebre del oro y sucumben a un paisaje y unas gentes hostiles, se trata más de introspección a lo largo de un periplo de más de dos mil kilómetros, en los que el espectador sólo saca en claro lo buena actriz que es Nina Hoss (ganadora ya del Oso de Plata de interpretación aquí), una popular estrella del cine germano que protagonizó hace poco la exitosa "Barbara". Podemos retener su nombre hasta el momento de rellenar la quiniela final, pero poco más se puede salvar de esta aburrida cinta que bebe de algunos recientes "westerns de autor" estadounidenses, aunque su director sea el turco-alemán Arslan.

Ya nos habían avisado los testigos del último Sundance que el debut del virtuoso del videoclip Fredrik Bond en el cine de ficción, "The Necessary Death of Charlie Countryman" era precisamente para hacer el fácil juego de palabras: bastante innecesaria. El protagonista (Shia LaBeouf) recibe la visita fantasmal de su difunta madre para decirle que se vaya a cambiar de aires a Rumanía, y el tipo cruza medio mundo, desde EEUU hasta el antiguo reino de Ceaucescu. La primera sorpresa se la lleva en el mismo avión, porque su compañero de asiento muere en pleno vuelo, no sin antes pedirle que lleve su maleta a su hija, de la cual obviamente Charlie se enamora, claro que a la aventura sentimental se suma pronto la urbana de los bajos fondos de Bucarest, todo muy estridente y con LaBeouf corriendo por su vida como si aún tuviera a los Transformers detrás.

El guión es pretencioso y la pericia con la cámara de Bond no logra que lo olvidemos en ningún momento. Entre los motivos que han movido a la Berlinale a seleccionarla sólo se nos ocurre lo estrellado de su elenco, que incluye a actores norteamericanos y europeos de distintas nacionalidades, pero aparte del actor alemán Til Schweiger y del aprendiz de mago Ruper Grint, los demás no vinieron: o sea Shia LaBeouf, Evan Rachel Wood (embarazada, lo que no evitó que fuera a Sundance) o el escandinavo Mads Mikkelsen. De manera que el tiro salió por la culata y ni eso animó el ambiente.

En "Dolgaya schastlivaya zhizn" (Una larga y feliz vida), de Boris Khlenikov, el protagonista vive en la hermosa, norteña y lejana Península de Kola, donde ha logrado hacer funcionar medianamente bien una antigua granja colectiva soviética. Sin embargo, el terreno se convierte en objetivo de corruptos políticos locales y de especuladores, y Sasha (Alexander Yatsenko) debe enfrentarse al dilema de dejarse comprar o luchar por conservar su personal utopía. Este melodrama existencialista es el que mejor acogida ha tenido entre la prensa internacional, sin ser una cinta redonda.