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Documental iraní y "El escarabajo de oro" ganan competencias del BAFICI

por © Martín Iparraguirre (Buenos Aires)-NOTICINE.com
Mitra Farahani, con el cartel de su documental
La XVI edición del Buenos Aires Festival Internacional de Cine Independiente (BAFICI), en una pobre contienda internacional, premió al riguroso documental de la iraní afincada en Francia Mitra Farahani "Fifi Howls From Happiness / Fifi az khoshhali zooze mikeshad" ("Fifi aúlla de felicidad"), mientras que en la Competencia Argentina, donde el cine cordobés encontró definitiva consagración pese a no llevarse ningún premio de importancia, se eligió merecidamente a "El escarabajo de oro", de Alejo Moguillansky, una lúdica mezcla de fantasía, historia y realidad.

Sátira inclemente al panorama actual del cine independiente y apuesta radical por la aventura, el filme de Moguillansky y Mariano Llinás (autor de "Historias Extraordinarias", que oficia como co-guionista, aunque su influencia resulta ineludible) vuelve a ampliar las posibilidades de la autoreferencia en el cine a partir de un relato ficcional en el que los propios autores se embarcarán a una aventura por Misiones en busca de un tesoro, mientras simulan filmar una película para capitales suecos.

A su vez, el cineasta Gustavo Fontán recibió un largamente merecido premio a Mejor Director de la sección por "El Rostro", excepcional obra poética sobre el tiempo y sus fantasmas en un Río Paraná filmado con notable sensibilidad en súper 8 y 16 milímetros, que además lo confirma como una de las miradas más originales de la Argentina, mientras que el jurado presidido por Ignacio Agüero decidió otorgar una justa mención especial para "Carta a un padre", del legendario Edgardo Cozarinsky (que también recibió el galardón de la Asociación de Cronistas Cinematográficos Argentinos). Pero más allá de los reconocimientos, lo cierto es que la sección mostró un nivel excepcional, donde el cine cordobés tuvo un fuerte protagonismo con los filmes "Tres D", de Rosendo Ruiz, "El último verano", de Leandro Naranjo, "Atlántida", de Inés María Barrionuevo, y "Ciencias Naturales", de Matías Lucchesi, el único que obtuvo un premio no oficial de FEISAL.

Un panorama exactamente opuesto mostró la Competencia Internacional, donde el bajo nivel general de las películas reveló una curaduría muy pobre, que no puede justificarse con meros problemas presupuestarios: el documental "Fifi aúlla de felicidad", resultó entonces justo ganador. El film de Mitra Farahani rescata la figura de Bahman Mohasses, uno de los principales representantes del arte iraní prerrevolucionario, que será rastreado por la cineasta hasta una habitación de hotel romano, mientras explora la importancia de su obra. A su vez, la argentina "Mauro", ópera prima de Hernán Rosselli, recibió un justísimo Premio Especial del Jurado, pues seguramente se trató de la revelación nacional del festival: filmada durante tres años con un presupuesto ínfimo, Mauro significa la emergencia de un nuevo paisaje y un sujeto social ausente en las pantallas argentinas, a partir de la vida de un falsificador de billetes del conurbano bonaerense, miembro de una clase media arrojada a la intemperie. Audaz y compleja en su propuesta, con una estética de documental de observación, la película ostenta una voluntad inédita por registrar el presente y sus contradicciones, prácticamente ausente en el cine nacional. Acaso por ello recibió también el premio de la Federación Internacional de la Prensa Cinematográfica (FIPRESCI).

Por su parte, el jurado de la selección Internacional otorgó también sendas menciones especiales para "El futuro" (España), de Luis López Carrasco y "Mary is Happy, Mary is Happy" (Tailandia), de Nawapol Thamrongrattanarit; mientras que el de la mejor dirección fue para los hermenos Daniel Vega y Diego Vega, por "El Mudo" (Perú/México/Francia).

El Gran Premio de la competencia "Vanguardia y Género" recayó a su vez en "Manakamana" (Estados Unidos/Nepal), de Stephanie Spray y Pacho Vélez, mientras que el Mejor Largometraje resultó "It For Others", de Duncan Campbell (Reino Unido). Por fin, entre los galardones destacados, vale mencionar el premio al mejor Director de Fotografía para el cordobés Fernando Lockett por "Algunas chicas", de Santiago Palavecino, pues su labor ya se venía destacando hace años en la producción nacional, posicionándolo como uno de los mejores DF de Latinoamérica.

El cine y sus asombrosas posibilidades volvieron a ser reivindicados en el BAFICI gracias a algunos hallazgos de una amplísima programación que incluyó un total de 504 películas (cortometrajes incluidos), en la que la producción argentina brilló como pocas veces en su historia. Hallazgos que no se encontraron tanto en las competencias Internacional o de Vanguardia y Género, sino en algunos focos paralelos que permitieron descubrir, por ejemplo, a la genial cineasta portuguesa Rita Azevedo Gomes, autora del mejor filme que se haya visto en este encuentro, "Frágil como el mundo" (2001), una conmovedora poesía visual en blanco y negro sobre el amor adolescente (dueña de la cita que encabeza esta nota), o de joyas invaluables como "La 15ta. piedra" (2005), verdadera lección de cine orquestada por el legendario cineasta Manoel de Oliveira en una entrevista a cargo de João Bénard da Costa.

Unas 380 mil personas se acercaron a las diez sedes del festival y tuvieron la posibilidad de acceder a las películas reseñadas o las retrospectivas de Carlos Schlieper o Uri Zohar y charlar con la citada Azevedo Gomes o Frank Henenlotter, destacada figura del terror, que estuvieron presentando sus películas. Lo que sin dudas no es poca cosa, aunque las anteriores ediciones del BAFICI hayan sabido ofrecer muchas más posibilidades para refugiar a los amantes del séptimo arte.

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