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Aunque el Festival de San Sebastián en su 62 edición no termina hasta este sábado, la entrega del Premio Donostia este viernes al astro boricua Benicio del Toro suena a broche de oro a esta fiesta de glamour y cine diverso al borde del Cantábrico. En los apartados competitivos, todo el pescado ya está vendido. El cierre de la Sección Oficial tuvo su cara y su cruz, con la no demasiado convincente comedia española ("mezcla de Berlanga y punk", segun su autor), de Isaki Lacuesta "Murieron por encima de sus posibilidades", fuera de concurso, y la calidad de la cinta francesa de Cédric Kahn "Vie sauvage", que gustó mucho. Los pronósticos están difíciles, aunque por el lado español parece existir el consenso de que ha sido "La isla mínima", que precisamente llega este viernes a los cines nacionales, la mejor.

Por un momento el festival se olvidó de ese apartado competitivo para homenajear al actor puertorriqueño -y desde hace pocos años también de nacionalidad española- Benicio del Toro, que aterriza "casualmente" también en esta ciudad para promocionar su útimo trabajo, la coproducción europea "Escobar: Paradise lost", incluida en la sección perlas de este certamen.

La ultima cinta que aspira a conseguir la Concha de Oro ha sido la francesa "Vie sauvage" (Vida salvaje), un drama hippie dirigido por Cédric Kahn, quien ha escrito junto con Nathalie Najem el guión de esta historia basada en hechos reales.

Paco y Nora son padres de dos hijos y viven como nómadas viajando por Francia con caravanas y animales, se conocieron en un campamento-comunidad, donde decidieron formar una familia (Nora ya tenia un pequeño de 2 años) y educarlos en comunión con la naturaleza, apartados del consumismo y de la sociedad mundana.

Pero la madre cambia de forma de pensar, y cuando Okiesa y Tsali han cumplido 7 y 8 años respectivamente, decide comenzar con ellos una vida "normal" en la que puedan educarse en un colegio y tener la estabilidad de un hogar fijo.

Después de un año, donde el padre se ha resignado a sólo ver a sus hijos en vacaciones, decide llevárselos de forma ilegal y continuar su vida en la naturaleza como planeó con su mujer en los inicios.

Los niños comienzan entonces un periplo por granjas y comunas, escapando de la policía con nombres falsos y escondiendo sus verdaderas circunstancias en la vida.

La madre, por su parte, que se ha quedado con su hijo mayor, impulsará la caza y captura del padre por todo el país para que devuelva a sus hijos en común, y a los que esconde a veces incluso en los bosques, donde carecen de todo y vivirán en condiciones penosas.

La cinta ha sido aplaudida, las interpretaciones están muy logradas, y la historia mantiene la tensión y el interés. Los chiquillos viven episodios terribles en la lucha de poder que sus padres han mantenido por hacerse con su custodia, episodios desgarradores y dolorosos que sin duda llegan al espectador de forma instantánea, en unas interpretaciones magistrales de sus jóvenes actores, haciéndolo participe e incluyéndolo en la historia.

Esta cinta francesa ha sido estreno mundial esta mañana en el auditorio del Kursaal, y ha dejado buen sabor de boca y alguna que otra lágrima por lo emotivo de su guión. En el posterior photocall junto con algunos de los actores que participan en la película, se encontraban los dos protagonistas reales de esta dura historia, que han posado encantados frente a la playa de la Zurriola.

En la misma Sección Oficial pero fuera de concurso, se ha visionado la tan esperada "Murieron por encima de sus posibilidades", cinta del guionista y director catalán Isaki Lacuesta, que cuenta con practicamente todo el elenco de moda del cine español actual, un reparto impresionate formado por Raúl Arévalo, Imanol Arias, Bruno Bergonzini, Àlex Brendemühl, José Coronado, Eduard Fernández, Ariadna Gil, Bárbara Lennie, Sergi López, Carmen Machi, Ángela Molina, Àlex Monner, Albert Pla, Josep Maria Pou, Pau Riba, José Sacristán, Jaume Sisa, Emma Suárez, Ivan Telefunken, Luis Tosar, Jordi Vilches, Julián Villagrán... Todos ellos intervienen en esta historia hilarante e irreverente, inspirada en el momento actual que vive la sociedad española.

Entre comillas, unos justicieros peculiares, que están recluidos en un manicomio y tienen el nexo común de haberse cargado a alguien voluntaria o involuntariamente, se reunen para clamar justicia, en algunos casos divina, como ellos dicen "a hostias" y que el poder muera en favor de los ciudadanos de a pie.

La idea esta muy bien, pero el resultado no está conseguido, por la inexperiencia de Lacuesta en la comedia salvaje, que tan fácil tiene caer en el ridículo, y la irregularidad de su historia. Hubo abucheos y aplausos mezclados a la conclusión de su proyección,  lo que se salva es poder ver a ese reparto de lujo interpretando papeles en su mayoría caricaturescos.

Eduard Fernandez es, por ejemplo, un presentador de informativos, Sergi Lopez un mafioso de baja monta, Josep Maria Pou el presidente del Banco Central, y Angela Molina una camarera en un bar de alterne, y así una consecución de personajes, que en principio consiguen arrancar las sonrisas del publico, pero que se diluyen en un argumento sin fondo y caótico.

Isaki no ha sabido aprovechar esta oportunidad, y se le ha ido las manos, perdiéndose en una comedia que se desparrama en la desmesura.

Su creador, ganador de la Concha a la mejor película en el 2011 por su cinta casi documental "Los pasos dobles", no consigue convencer con este trabajo que si que en algún momento arranca las carcajadas del espectador, no logra su objetivo.

Lacuesta es ocurrente en ideas, y tiene el merito de sacarlas a la luz, pero no siempre las completa para que estas gocen de un resultado redondo, se queda en la superficie, y en esta ocasión casi ni la roza. Dijo que no ha querido competir en la Sección Oficial, por que -según sus propias palabras- quería "un festival tranquilo" y si puede evitar volver a participar mejor.

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