Alvaro Brechner habla sobre "Mr. Kaplan" y sus posibilidades de estar en los Oscars

por © Jon Apaolaza (Huelva)-NOTICINE.com
Alvaro Brechner (FCIH)
La película uruguaya de Alvaro Brechner "Mr. Kaplan" se estrena este viernes en España, tras una previa presentación en la competencia del Festival de Huelva, donde suena entre las favoritas al palmarés que se anunciará el sábado. Todo un suceso comercial en su país de origen, esta tragicomedia quijotesca sobre un viejo judío emigrado a Uruguay que se obsesiona por "cazar" a un supuesto nazi refugiado en su país, con la ayuda de un expolicía que le sirve de chófer... y escudero. La temática de la cinta y la poderosa influencia del lobby judío en Hollywood han hecho pensar en que la representante del país austral podría estar entre las finalistas al Oscar extranjero. De ello y del film en sí hablamos en exclusiva con el antes autor de "Mal día para pescar".

- ¿Qué cuenta "Mr. Kaplan" y cuál fue su punto de partida?
Es la historia de un señor que en un momento, acercándose a los 80 años, siente como la vida se le va de las manos y tiene la sensación de que su existencia no ha tenido sentido. Se siente angustiado porque es viejo y es poco a poco expulsado de la sociedad, quitándole por ejemplo, la licencia para manejar. Entonces decide en secreto lanzarse a una aventura épica, que dote de sentido a su vida, y así poder dejar testimonio cuando ya no esté aquí y sea recordado. Secretamente  frente a su familia, encuentra la ayuda de un expolicía local para realizar una hazaña histórica, la posible captura de un nazi prófugo en Uruguay. En cuanto al origen, la historia para mí es, en parte,  una especie de homenaje a esos abuelos que emigraron de Europa hacia Latinoamérica, tendiendo que empezar de cero con sus vidas  y rehacerse a sí mismos, habiendo dejado todo atrás en Europa y llegando a un continente donde todo les era ajeno, incluso el propio idioma. Esto es algo que en Latinoamérica es bastante común, al menos en Uruguay, en mi caso, mis dos abuelos vinieron de Polonia. También está inspirado en el caso Eichamnn y sobre todo en una novela de un escritor colombiano, Marco Schwartz, que dio unidad a toda la historia de este anciano aventurero dispuesto a realizar algo que de sentido a su vida.

- Los paralelismos quijotescos que impregnan el film ¿Surgieron sobre la marcha, o estaban pensados desde un principio?
Siempre me han fascinado esos personajes cuyas ansias de imaginación contrastan con la realidad de su propia vida, la mezcla entre la fantasía y la realidad en la que se mueven, lo que les pasa en su imaginación frente a lo que en realidad les está pasando. En el fondo esta es una de las cosas en las que yo, como cineasta, me siento muy cercano a ese grado. Uno está constantemente intentando darle sentido a lo que uno hace, creyendo que está haciendo algo que va a honrar su existencia y por otro lado, uno siente en tres segundos que está haciendo el ridículo y ve los límites que la propia vida lleva. Para mi esa base de concepto de personaje quijotesco está claramente inspirada en la pasión de ver la vida desde ese lado Cervantino, pero a mí lo que más me fascina del Quijote es esa libertad que tiene de poder imaginar dentro de sí quien quiere ser, y poder vivir acorde a su imaginación, aunque contraste completamente con la realidad que él vive. Siempre estamos en la vida intentando que los espejos nos digan quien somos, olvidando que parte de nuestra imaginación y nuestra fantasía es también parte de nuestra realidad. Yo soy de la idea de que el espejo no nos dice nada y esta es una de las cosas de las que más siento que habla "El Quijote".

- Si usted tuviera 75 años como su personaje ¿Realizaría algún tipo de "gran aventura", o quizá aspira a hacerlo antes?
Soy de la idea que la vida en sí ya es una aventura, y uno a veces no es del todo consciente mientras la vive. No es que yo sea pesimista, pero también creo que en el fondo, en la vida, nacemos, sacamos algunas fotos y después nos morimos. Con suerte, quedan esas fotos de nuestro paso por la tierra y que sin importar lo mucho que hagamos, vamos a tener poco para ser recordados.

- La película ha sido preseleccionada para los premios Oscar por Uruguay ¿Cómo recibió la noticia y qué posibilidades cree que va a tener?
Para mí es un orgullo cualquier tipo de reconocimiento que la película tenga, me alegra y lo agradezco. Creo que en realidad todas las cosas hay que tomarlas con cierta distancia. Las victorias y las derrotas son espejos deformantes, por lo que en el fondo, yo siempre me quedo con la única verdad que es para mí la película, tomar esa distancia me parece algo siempre muy importante. Por supuesto es una gran oportunidad para la película, la preselección de Uruguay para el Oscar es también una oportunidad para su distribución en Estados Unidos, donde se va a estrenar en febrero, pero bueno, me lo tomo con esa distancia y esa alegría momentánea que a uno le da. Cada preestreno en festivales, cada pase de la película con público, intento recordar que sigue siendo una especie de milagro poder hacer una película. Es como que las condicionantes se tienen que aliar todas para que uno pueda realmente llevar una idea hasta la producción de una película y por lo tanto cuando pasan estas cosas es motivo de celebración y alegría.

- Siempre se ha dicho que Hollywood tiene un importante componente de poder judío ¿Crée que el personaje podría hacer que los académicos simpaticen con él, dándole cierta ventaja a la película?
Creo que en Hollywood y especialmente en el Oscar a película extranjera, prima el cine, la calidad cinematográfica, lo demás no lo sé. Uno se llena de sorpresas viendo cómo cada película es recibida. Esta película, de lo que verdaderamente trata es de una serie de temas sobre la condición humana, la vejez o la búsqueda de sentido, y este tipo de cosas son las que yo no sé cómo serán recibidas. En estos últimos meses estuve viajando mucho con la película a festivales, estuve en Corea, en Londres, en Francia, también en Estados Unidos... y en distintos países me hablaban de forma distinta de lo que había significado para ellos el nazismo. En Corea me hablaron de lo que había significado para la gente y había gente muy emocionado hablando sobre lo que significó todo el dominio japonés sobre Corea. "Mr. Kaplan" es evidentemente una película que hubo que hacerla con mucha delicadeza y sensibilidad porque no deja de ser una comedia dramática sobre un tema que es muy dramático. Y tiene que ver un poco con las reminiscencias de lo que fue el holocausto en Europa y cómo fue su alcance en países que estaban lejos como Uruguay en Latinoamérica. Pero pienso que ante todo tiene mensajes humanos que son universales y se pueden entender sea cual sea la religión que se profese.

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