Arturo Ripstein recibe homenaje en Monterrey y se prepara a estrenar en festivales "La calle de la amargura"

por © Redacción (México)-NOTICINE.com
Arturo Ripstein
El Festival Internacional de Cine de Monterrey concedió el Cabrito de Plata, en homenaje a la trayectoria de 50 años como realizador de Arturo Ripstein, mucho más apreciado fuera que dentro de México, y el cineasta habló sobre su nuevo trabajo, "La calle de la amargura", que estrenará fuera de concurso en Venecia y luego se verá en Toronto, ambos festivales el próximo septiembre. "El tema de la naturaleza humana es inevitable en todas las películas, no sólo en las mías. La narrativa tiene sentido cuando hay conflicto; los conflictos son entre personas y eso inevitablemente es la naturaleza humana", explicó el veterano cineasta.

El punto de partida del guión, escrito por su mujer y habitual colaboradora Paz Alicia Garciadiego, fue una nota que la escritora leyó en un diaria sobre dos prostitutas de avanzada edad y su sangrienta relación con unos enanos luchadores, La Parkita y Espectrito Jr. "La película está escrita por Paz Garciadiego, está protagonizada por Patricia Reyes Espíndola -una de las actrices con las que yo más he trabajado- llevamos 13 películas juntos. También Nora Velázquez, cuyo personaje de Chabelita me llamó mucho la atención y Silvia Pasquel, con quien anteriormente había trabajado en teatro, también participan Alejandro Suarez, Arcelia Ramírez y Alberto Estrella; hay otros cinco actores más y dos enanos", detalló Ripstein, quien según se anunció este miércoles recibirá otro premio especial de homenaje en la Mostra de Venecia por su medio siglo en el cine.

A diferencia de películas anteriores, "en las que normalmente el sistema de trabajo es que discutimos que cosa nos gustaría hacer o que se nos antojaría y un montón de veces -casi siempre- ocurre lo que se llama una falsa buena idea, es decir, parece que está muy bien, pero el momento en que uno empieza a desmenuzarla, se cae", esta vez Garciadiego escribió el guión por iniciativa propia y se lo pasó a su marido, quien lo aceptó de inmediato.

Arturo Ripstein reflexionó también a su caso por Monterrey sobre el cine y el compromiso político: "Yo siempre pensé que el cine comprometido que hubo en México, muchísimo cuando yo era un joven cineasta, que mis compañeros en ese entonces filmaban con el puño cerrado y me decían que la cámara era como un fusil. Yo nunca pensé en la cámara como un fusil, pensé que para matar a alguien con una cámara, hay que agarrarlo a camarazos; pero siempre pensé que el cine comprometido, al igual que la literatura comprometida era gente que hacía películas o escribía libros que estaba mucho más interesada en la política que en el cine o la literatura. A mí siempre me importó mucho más contar historias; prefiero conmover a convencer y el cine didáctico lo que busca es convencer, yo he decidido caminar por el otro lado porque me parece mucho más libre".

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