Adiós a Paul Naschy-Jacinto Molina, un grande ignorado del cine español

Un personaje único del cine español
Un personaje único del cine español
El veterano actor y director Jacinto Molina, más conocido por su "alias" artístico de Paul Naschy, astro de culto del cine de terror español de los 60 y 70, con decenas de distintos personajes tan propios del género como el hombre lobo o Drácula, ha fallecido este martes en Madrid, víctima de un cáncer a los 75 años. Deja un próximo estreno póstumo, el de "La herencia Valdemar", que llegará a las salas en enero, y una enorme lista de admiradores en todo el mundo, entre ellos Quentin Tarantino o Spielberg.

Y es que Jacinto Molina siempre presumía de las llamadas de Steven Spielberg y otros nombres de Hollywood para transmitirle su admiración. En tiempos en los que el cine español exportaba sobre todo cine pseudo-erótico de serie "B", filmado en doble versión en tiempos de Franco, el actor, guionista, productor y director estaba en las pantallas del mundo como el hombre lobo o Drácula, y sus películas frecuentaban festivales internacionales especializados y eran materia de culto entre aficionados.

Protagonista y director de más de un centenar largo de películas, Molina-Naschy fue el rey del terror "made in Spain", sin que probablemente fuese nunca reconocida del todo su importancia, ahora que muchos tratan con éxito y prestigio el llamado "cine de género". Sobre todo instancias oficiales, grandes festivales y academias varias brillaron por su olvido de este ex levantador de pesas, cientídico y casi arquitecto, que lo dejó todo por el Séptimo Arte.

Nacido en Madrid, Jacinto Molina Alvarez, o Paul Naschy, o Waldemar Daninsky, el licántropo, protagonizó decenas de cintas, en su gran mayoría de terror clásico, como "La maldición de la bestia", "La noche de Walpurgis", "Los monstruos del terror", "El gran amor del Conde Drácula", o "Los cántabros", film que según sus compañeros de la Sociedad de Gestión de los actores, AISGE, inspiró a Ridley Scott cuando preparaba "Gladiator".

En su reciente libro autobiográfico, "Cuando las luces se apagan", publicado por AISGE a finales del año pasado, Tarantino escribió en el epílogo; "Paul se ha ganado su puesto en la historia del cine fantástico, al lado de Poe, King, Karloff, Lugosi, Lovecraft, Stoker o Doyle".

En la misma obra autobiográfica, el polifacético cineasta e intérprete, que ya conocía su enfermedad, decía: "Mi aportación a la historia de nuestro cine puede que haya sido pequeña… pero existe. Me despido con la conciencia tranquila después de haber luchado en esta especie de jungla que es el mundo del cine. No me importa irme en silencio. Me quiero ir como llegué, de puntillas".

Naschy-Molina había comenzado los estudios de Ingeniero Agrónomo, terminó Ciencias Exactas y dejó en el último curso la carrera de Arquitectura antes de consagrarse en cuerpo y alma al mundo del celuloide (y a la halterofilia, deporte en el que se proclamó campeón de España en 1958). Hijo de peletero, de niño iba al cine los fines de semana con su madre y se hizo amigo de un acomodador que le dejó sentarse, sin acompañamiento paterno, a una proyección de Frankenstein. En febrero de 2008, en una entrevista para la revista AISGE Actúa, declaraba: "La primera película de terror que yo vi fue una apta para todos los públicos, 'Blancanieves'. Tendría unos seis años y me dio tanto miedo la bruja que me hice pis en los pantalones”.

En esa misma entrevista explicó su fascinación por los hombres lobo. “Me identifico en todo con su figura. Es un marginado, un antihéroe, un hombre perseguido. Sabe que su amor es un amor perdido, sin ninguna posibilidad. Yo también soy un antihéroe. A mí no me interesan los oropeles, sino contar historias”.

Descanse en paz el llamado "Boris Karloff" o "Lon Chaney" del cine español, y ojalá la Academia le rinda al menos un homenaje póstumo en su próxima gala.