Entrevistamos a Cremata tras el estreno en Miami de su polémica "Chamaco": "Estoy instaurando un cine "gay" en Cuba"

El cineasta cubano, autor de 'Chamaco'
El cineasta cubano, autor de 'Chamaco'
Pobreza, corrupción institucional y personal, prostitución juvenil homosexual, asesinato... Todo ello confluye en "Chamaco", la cinta que el cubano Juan Carlos Cremata confiesa filmó en La Habana con apenas 100 dólares, porque nadie cobró, y cuyo estreno internacional tuvo lugar en la noche del martes en Miami. Entrevistamos en exclusiva al cineasta, que se muestra feliz de estar -según él- "instaurando un cine 'gay'" en el país donde hace no tanto la homosexualidad se consideraba delito o locura. Por primera vez ha recibido la visa para viajar a la Florida y poder acompañar a su film.

- Sus anteriores películas fueron producidas por el Instituto de Cine Cubano (ICAIC): ¿Por qué ahora hacer "Chamaco" de forma totalmente independiente?
No es el primer caso en Cuba. No me gusta hablar de independencia porque para mí ese es un concepto discutido, que va unido a la cantidad de dinero que uno tiene en el bolsillo. Cuánto más tiene más independiente es y más puede hacer. Por eso prefiero el término "alternativo". Hay películas que lo pueden hacer y lo necesitan, porque la filosofía del proyecto es ese. Yo las he hecho con la industria, o sea con el ICAIC y fuera. En este caso ni siquiera fui a ofrecérsela. Me llegaron a proponer entrar y les dije que no. Porque creo que es la manera más joven, iconoclasta y transgresora de hacer películas. El hecho de no tener un apoyo oficial y un presupesto detrás te limita pero a la vez te da libertad. Suelo decir que prefiero la libertad de no tener dinero que la opresión de un dinero que no es mío. En el caso de esta película, nació como parte de un taller de la Escuela de Cine de San Antonio de los Baños. Pero ese centro tiene un sistema antiescolástico de educación y los alumnos decidieron no hacerlo. Así que como yo me encontraba ya en un período bastante avanzado de la preproducción decidimos de todas maneras hacerla. Eso determinó la filosofía de la película, que es oscura, con muy pocos recursos, y aunque filmamos con una muy buen cámara, hemos cuidado en la postproducción que parezca hecha con un celular, degradando la imagen. Es una película muy underground, que parece prohibida, oculta, que habla de regiones prohibidas de los seres humanos. Vamos a requerir de una coproducción que nos permita terminarla, pero la independencia de poder filmar lo que nos daba la gana y de poder movernos... No es que haya costado 100 dólares, pero eso es lo que nos hemos gastado hasta ahora. Porque nadie ha cobrado, ningún actor, ningún técnico o músico... Se ha hecho por la propia voluntad de la gente, que no sabemos si es importante pero es necesario, en el sentido de que es diferente en el contexto de la cinematografía cubana.

- Todo partió de una obra de teatro conocida en Cuba...
Sí. Es una obra de teatro y parte de un empeño mayor mío que ya empezó con "El premio flaco", que es rescatar textos de la dramaturgia nacional. Cuando me encontré con esta obra que es ya un clásico de la escena contemporánea cubana me dije: "¡Guauuu!, aquí hay una película en ciernes, ya casi está escrito el guión, hay pocos personajes, pocas locaciones... es ideal para hacer un film sin muchos recursos. No es el caso de mi anterior película, que era de época y por tanto requería el concurso de la industria cinematográfica cubana. No creo que se pueda decir que yo estoy inaugurando un cine "gay" en Cuba porque ya se ha hecho, pero sí estoy instaurando este género, y me interesa tocar el tema. Después, dentro de la impresión que me dio la obra de Abel González Melo está el ser una denuncia de la situación actual de mi país con ciertos y determinados personajes. No es que estemos criticando a la Policía, sino a un tipo de policías, o no a la Justicia, sino a un tipo específico de fiscal. Lo que me maravilló de la película es que había encontrado una especie de tragedia griega en la noche cubana actual. Y eso me motivó mucho. Es un tipo de cine que hasta ahora no había existido, a pesar de que los cineastas estaban deseándolo, pero como consecuencia de las coproducciones estábamos abocados a una especie de comedias más bien insulsas, y lo que queríamos es hablar un poco más de nuestra situación. En cambio ahora el cine cubano está interesándose por temas más candentes y menos humorísticos.

- Esta es la segunda proyección pública de la película: primero en La Habana, ahora en Miami... Hábleme de ambas experiencias.
Se puso hace justo una semana en la Muestra de Cine Joven, de Nuevos Realizadores, que es el espacio alternativo que se han ganado los cineastas jóvenes cubanos para enseñar sus cosas, y allí se ven, se discuten, más proyectos de fuera de la industria que producidos por el ICAIC. Era importante ponerla allí para demostrar y demostrarme a mí mismo que a veces no se necesitan todos los recursos para hacer una película cuando se tiene una buena idea. Era como un ensayo general con público, una antesala de lo que fue acá en Miami. Debo confesar que es el público natural de esta película, de cualquier otra cubana, es el público cubano. Anoche acá nos enfrentamos a otro público cubano pero también al anglosajón e internacional, una prueba de fuego de la que yo salí muy contento. Fue casi la misma reacción. En Cuba no hubo preguntas y respuestas, pero aquí sí. Antes no me habían dado visa a pesar de que dos de mis películas habían estado aquí y tenido premios en este festival, y siempre había como un susto de cuál iba a ser la reacción del público conmigo presente, y ha sido todo lo contrario, de un cariño inmenso, de un gran aprecio, como si estuviera en casa. Claro... Es que somos familia. Tengo mucha gente que quiero aquí. Ayer me encontré con gente que ni siquiera sabía que estaba aquí, e incluso a gente que no conozco, pero ellos sí a mi, y han seguido mis películas. Ojalá ésta y todas las películas que se hacen en Cuba puedan verse acá y abrir este terreno hasta ahora un poco amurallado por absurdas y estúpidas concepciones de distribución entre las dos orillas. Por eso "Chamaco" es para mí muy importante, personalmente, porque abre esta vía, y yo estoy aquí por primera vez, me encuentro con el público que ha visto mis películas. Y creo que le abre también una vía no sólo al cine cubano establecido, sino a ese cine cubano joven que se hace con muy pocos recursos.

- ¿Piensa que su film podrá tener una amplia distribución en su país?
El cineasta cubano, autor de 'Chamaco'Es exactamente lo mismo que pasa en todas partes del mundo. Si quieres acogerte a una distribuidora tienes que seguir sus reglas. Yo se que si quiero distribuir esta película en las salas de Cuba voy a tener que hablar con el ICAIC, pero también existen gracias a la tecnología otros medios para hacer llegar la película a la gente. Cuba es un caso muy particular... Por ejemplo con Eduardo del Llano, que es un escritor y cineasta cuyos cortos no se pasan por la televisión ni se ven en los cines, pero sus películas pasan de mano en mano. La posibilidad de copiar, el "pirateo", a nosotros nos viene muy bien, porque al menos estamos informados. Trasiegan las películas... y es que las películas se hacen para ser vistas lo más posible. Pero lo mismo pasa aquí en Miami. Hay muchas películas cubanas que se piratean para la gente cubana de aquí. Espero que no pase con la mía ahora mismo porque lo que mostramos es una copia de trabajo que debemos ajustar y quiero que la vean en las mejores condiciones posibles. Aún tenemos que trabajar en ella. Yo pienso que va a haber interés del ICAIC por distribuirla, aunque soy consciente de que no es una película para el gran público, no es "comercialona", no es un sandwich facil de comer, ni complaciente, sino oscura. Habla de temas bastante sórdidos y ocultos, de los que los seres humanos no quieren hablar ni sin cámaras por medio... Es un poco difícil. Nadie puede predecir el futuro de una película, y de hecho todo lo que pasa hasta ahora con "Chamaco" está siendo muy sorprendente para mí. Yo sólo quería rescatar un texto teatral importante y se ha convertido en todo esto: una película de avanzada, que está rompiendo barreras, un nuevo tipo de cine que incluso es nuevo para mí... En Cuba quizás hagan como con "Suite Habana", que la pusieron en una sola sala de La Habana pero allí estuvo varios meses siempre repleta... Me pareció una fórmula inteligente. Pero ojalá la vean la mayor parte de gente posible, y de la mejor manera, no en una copia de trabajo...