Crítica: "Viaje a Tulum", la nacionalidad es cuestión de geografía

'Viaje a Tulum'
'Viaje a Tulum'


Por Déborah Farjí Núñez

Concebida en sus inicios como un ejercicio de cámara subjetiva, llega a las pantallas una cinta que, tras 8 años de producción, se transformó en una película de alta introspección y el primer largometraje del mexicano Eduardo Villanueva. Para la realización de "Viaje a Tulum", el también arquitecto, escritor y fotógrafo, muda su residencia a Alemania en donde recibe el apoyo de la sección Work in Progress del Festival Internacional de Cine de Berlín 2008.

Es precisamente esta ciudad el escenario en el que Adan Neumann, un joven judío en la treintena, lleva las riendas del negocio familiar desde que su abuelo fuera diagnosticado con Alzheimer. Su pérdida progresiva de memoria así como sus trastornos conductuales comienzan a coincidir con las reflexiones cotidianas que el protagonista, un cabalista a quien solamente escuchamos, hace sobre el sentido de la vida.   

Inmerso en el misticismo judaico, el joven emprenderá el viaje al Caribe mexicano, inspirado quizá en el cómic del artista italiano Milo Manara (1990), quien a su vez se basara en un relato original del director Federico Fellini: un viaje que realizó pero nunca llegó a filmar; un camino que recorrió en 1980 junto al antropólogo Carlos Castaneda y que en 1985 plasmara en un guión junto a Tullio Pinelli.   

El reparto, mayormente conocido por su participación en la televisión germana, se distingue por una actuación sobria y cabal: Hannes Stelzer ("Verano en Berlín", 2005), Carola Regnier ("La calle de las rosas", 2003), Catherine Bode (Lys, 2010), entre otros.   

Si bien, la narración a través de los ojos de Adan genera un lazo empático en el espectador, técnicamente algunos movimientos de cámara no corresponden con lo que la mirada del protagonista estaría viendo. De la misma forma, ciertas acciones de los personajes hacia la cámara se sienten aisladas, sin vínculo directo con quien los observa.   

A pesar de ello, éste es un ejemplo que se diferencia enormemente de lo que actualmente realizan los directores mexicanos en el ámbito comercial e independiente. Mientras que la producción de los últimos carece de contenido y se disfraza en fórmulas alternativas, cada uno de los momentos de "Viaje a Tulum" está cargado de significado y veracidad. Es una muestra de que la nacionalidad es mera geografía. Ante el panorama reciente del cine en nuestro país, se podría caer en el error de solo apreciar producciones extranjeras y/o pensar que lo foráneo es sinónimo de calidad.

Sin embargo, Villanueva demuestra que para realizar una cinta de ficción no es indispensable ser: 1) Cineasta de formación, 2) Dirigir a actores conocidos, ó 3) Presentar temáticas provocadoras. En su lugar, es más viable tener ideas claras y, de no ser así, comprometerse a dilucidar y pulir un esquema para que aquello que se busca expresar tenga un fundamento digno de inmortalizarse en la pantalla grande.

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