Crítica: "Guten Tag, Ramón", cruzando la frontera hacia Alemania

'Guten tag, Ramón



Por Hugo Lara Chávez

"Guten Tag, Ramón" (2013) es el cuarto largometraje del director Jorge Ramírez Suárez ("Conejo en la Luna", Amar"), una comedia que aborda de forma curiosa un tema sensible: la migración de mexicanos al extranjero en busca de trabajo. Es una película que en su presentación dentro del pasado Festival de Morelia, despertó sonrisas y se llevó aplausos, aunque se exhibió fuera de competencia.

La película narra la aventura de Ramón (Kristyan Ferrer), un joven campesino mexicano que es por quinta vez deportado de Estados Unidos. El panorama en su pueblo es poco prometedor, porque es controlado por el narcotráfico y escasean las oportunidades. Así, Ramón es animado por un amigo  a viajar a Alemania, donde vive una tía de éste y se supone que no hay "migra". Ramón hace el viaje a Alemania y llega en busca de la tía de su amigo, pero no la encuentra. Desamparado y en la calle, comienza una vida de indigente, pero es ayudado por Ruth (Ingeborg Schöner), un jubilada que se compadece de él, le da un espacio para vivir y le procura trabajo en el edificio donde vive junto a otros ancianos solitarios. Ramón le corresponde con su esfuerzo y agradecimiento.

"Guten Tag, Ramón" es una película que llama la atención por su rareza, porque le da un trato diferente a uno de los temas más visitados por el cine mexicano en décadas recientes, la migración, que por evidentes razones suele abordarse con realismo, con toda su carga social y dureza, como lo hace "Norteado" (2009), de Rigoberto Perezcano, o "La jaula de oro" (2013), de Diego Quemada-Diez.

En cambio, en "Guten Tag, Ramón", el guión y la realización asumen la posibilidad de hablar de este tema desde un ángulo más amable, que incluso busca causar risas (hay varias escenas chuscas), aunque también posee su dosis de melodrama. El director mexicano (radicado desde hace años en Alemania) arriesga e intenta mantener un tono relajado sin sentirse trivial para describir una historia de solidaridad y amistad entre dos personajes opuestos.  Al final consigue realizar un film entretenido y bien estructurado.

La trama se apoya en el eficaz trabajo de los actores, que encabezan Ferrer (que buena parte del film tiene que resolverlo en silencio, pues su personaje no habla alemán) y Schöner, aunque también  aparecen Adriana Barraza y Arcelia Ramírez. La factura de la película es de buen nivel, con la solvente fotografía de Carlos Hidalgo y la dirección de arte de Florent Vitse.

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