Carlos Vermut escribe sobre "Magical Girl"

Carlos Vermut
Por Carlos Vermut *

Comencé a pensar en la historia que acabaría convirtiéndose en el guión de "Magical Girl" poco después de estrenar mi primera película, "Diamond Flash" en el festival de Sitges. Tenía claro que quería hacer una película de planteamiento sencillo, giros marcados y un revestimiento complejo. La trama no debería suponer un conflicto a la hora de que el espectador se enfrentase a la película pero debería tener la sensación de que el tratamiento era complejo. Esa sensación, esa separación de la forma y el fondo la llevé a cabo otorgando cierta sencillez a la trama que detona la historia y delegando la complejidad en los personajes. De ese modo, la trama y los personajes crecen de la mano y no por separado. La trama es lo que es porque lo personajes toman las decisiones que toman, y los personajes crecen de esa manera porque la trama les pone en esa tesitura.

Es bastante común que en el cine de género moderno la trama funcione de manera independiente a los personajes, siendo estos meros títeres que materializan una idea del guionista. Si se nos ocurre la idea de un asesino que utiliza poderes mentales y viaja de cuerpo en cuerpo para cometer sus crímenes, inventaremos un giro final y los personajes serán instrumentos para llegar hasta esa idea, hasta ese giro final.

En "Magical Girl", como sucede, por ejemplo, en el más reciente cine coreano de género, los personajes y la trama son inseparables. Un hombre es encerrado en una misteriosa habitación durante quince años por su pasado ("Old Boy"). Una madre investiga la sospechosa acusación de asesinato que pesa sobre su hijo deficiente ("Mother"). Una familia se une para derrotar a un monstruo salido del río ("The Host"). En estos tres casos se utilizan los códigos del cine de género para hablar de los personajes, y se utilizan los personajes para hablar de la venganza, del amor incondicional o de la figura de la familia. Este ejercicio ha llevado al cine coreano a ser el más vanguardista del mundo, triunfando en los más prestigiosos festivales internacionales, sin dar la espalda a la taquilla.

"Magical Girl" utiliza una cadena de chantajes, elemento clásico del cine negro, para hablar del amor, el deseo, la obsesión y la relación del ser humano con su lado más oscuro: el eterno conflicto del alma humana en lucha contra sus enemigos.

El tratamiento visual

Del mismo modo que a nivel argumental existe una negociación entre la trama y los personajes, a nivel visual se debe conseguir una harmonía entre lo ficticio y lo real. De ese modo, habría que huir de una estética excesivamente artificiosa observando dónde reside la belleza de lo que nos rodea y centrándonos en ella. Buscar el lado más cinematográfico de nuestro entorno para buscar una estética personal evitando huir, incluso, de lo castizo.

El contraste entre el mundo del manga y el anime, colorido, barroco, dulce e inofensivo, debe entrar en un conflicto interesante con los bares de barrio, los jamones colgados, las botellas de DYC medio vacías, las casas de extrarradio. Porque en el mundo, a diario, conviven todas esas cosas y lo interesante es observarlas.

La cinematografía de directores como Alex de la Iglesia, Pedro Almodóvar o los hermanos Coen juegan esa baza, combinando los elementos más característicos de su cultura convirtiendo lo cotidiano en exótico.

Motivaciones

Durante una escena de "Magical Girl" el personaje de Olivia explica por qué en España la tauromaquia sigue teniendo aceptación entre la población. España es un país que no ha resuelto su conflicto entre lo emocional y lo racional y de ahí su fascinación ante la representación de la lucha entre el instinto y la razón que suponen los toros.
Magical Girl nace de la obsesión entre esa lucha que, en mayor o menor medida está latente en cada ser humano y nos convierte en seres en eterno conflicto.

En cierta medida, quería servirme de los medios que me ofrece la narrativa cinematográfica para poder hablar de ello. El cine es un medio, un instrumento para hablar de aquello que hace que el arte tenga sentido: El ser humano.

(*): Carlos Vermut, dibujante ilustrador y creador de comics, antes que cineasta, debutó con "Diamond Flash" (2012), que él mismo se autoprodujo. La película se estrenó directamente online y fue la película más vista en su plataforma de internet durante dos semanas. "Magical Girl", estrenada en el Festival de Toronto y premiada con la Concha de Oro en San Sebastián, su segundo largo, se estrena esta semana.

Sigue nuestras últimas noticias por TWITTER.