Alberto Rodríguez llevará al cine la vida del espía español Francisco Paesa

Rodríguez y Paesa
El director andaluz Alberto Rodríguez, que ya había filtreado con los elementos políticos en sus thrillers "Grupo 7" y "La isla mínima" entrará de lleno en ellos con su próximo proyecto, que ya preparara, un guión sobre Francisco Paesa, el célebre agente de los servicios secretos españoles durante la transición política cuya vida está llena de sombras y giros sorprendentes, siendo detenido por la Interpol en varias ocasiones, puesto en búsqueda y captura por la justicia española, o implicado en el caso Roldan, uno de los mayores casos de corrupción política de la historia de España.

Esta propuesta le llegó antes de su más reciente estreno, “La isla mínima” pero tuvo que aplazarlo por falta de financiación. Ahora por fin la película se llevara a cabo rodándose en cuatro países. El cineasta, que está viviendo días de vino y rosas, acaba de recibir en Festival de Cine Europeo de Sevilla el premio RTVA a la trayectoria profesional. Allí también hablo del éxito desbordante de “La isla mínima”, uno de los largometrajes que más alegrías le ha dado, recibiendo dos premios en el Festival Internacional de cine de San Sebastián, y que ha sido respaldado por la crítica y por el público.

La historia de Francisco Paesa está a caballo entre Jason Bourne y Jose Luis Torrente, un personaje que a veces resultaba brillante e infalible y en otras ocasiones rozaba lo bizarro. Sus oscuros inicios los encontramos en 1976  en su faceta empresarial, realizando turbios negocios con Francisco Macías, dictador de la excolonia española Guinea Ecuatorial en esos momentos, y que le llevaron a ser detenido por la Interpol y encarcelado en Suiza. En 1988, haciéndose pasar por traficante de armas, vende por encargo de los servicios secretos españoles, a la banda terrorista ETA dos misiles antiaéreos. Lo que no sabía la banda es que los proyectiles llevaban un sistema de localización, que permitió al gobierno español recuperarlos en un zulo (agujero de almacenado) con gran cantidad de armamento y documentación. Posteriormente se le acusó de estar implicado en el caso GAL, de guerra sucia del estado español contra presuntos militantes o simpatizantes de ETA, en el que murieron tanto inocentes como militantes de la organización.

En 1994 se pubicó que -como supuesto testaferro- se había hecho con el dinero que el jefe de la Guardia Civil Luis Roldán pretendía ocultar tras las comisiones cobradas por obras públicas. Roldán se encontraba huido de la justicia y en paradero desconocido hasta que fue delatado y "vendido" por el propio Paesa, a cambio de un millón y medio de euros. En 1998 fingió su muerte en Tailandia, falsificando un certificado de defunción, algo que la justicia Española no se creyó.  Desde este momento se le relacionó con un intento de golpe de estado para derrocar a Obiang, el dictador de Guinea Ecuatorial y de tener tratos con la mafia rusa. En los últimos años ha mantenido un perfil bajo de cara a la opinión pública, mientras ha disfrutado de sus pingües beneficios.

Es evidente que desde el punto cinematográfico, la historia de este espía español tiene mucho jugo y que Alberto Rodríguez ha demostrado con “La isla mínima” que retratar el lado sórdido y oscuro de la naturaleza humana y la corrupción se le da muy bien. En el futuro veremos quien es el actor elegido para encarnar a este turbio espía que se movió a sus anchas tanto en los despachos como en las cloacas del poder.

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