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Se rodará ¡por fín! el periplo del cadáver de Evita, pero sin Mía Maestro

El cuerpo embalsamado de Evita
La coproducción internacional que lleva años anunciando y retrasando el argentino Pablo Agüero sobre los insospechados viajes del cadáver de Eva Perón por el mundo parece que ahora sí se pondrá en marcha, y muy pronto, a partir de enero. Del elenco previsto se ha caído la actriz argentina Mía Maestro, por conflictos de agenda con la filmación de la segunda temporada de la teleserie de Guillermo del Toro "The Strain", y están buscando quién la sustituya en el inerte papel del cuerpo sin vida de la que fuera compañera del general y dirigente peronista. Sí sigue a bordo, sin embargo, el mexicano Gael García Bernal, quien interpretará al comandante en jefe de la Armada con Perón, almirante y militar golpista luego Emilio Eduardo Massera.

Según informa este martes la web de Variety, el reparto se completa con Denis Lavant, Daniel Fanego, Nahuel P. Biscayart e Imanol Arias, en esta coproducción entre las empresas española y argentina de Gerardo Herrero, Tornasol y Haddock Films, la francesa JBA y la belga Wrong Man.

Al mendocino Agüero le ha costado mucho esfuerzo y sobre todo tiempo poner en marcha este ambicioso proyecto, que nació como "El cuerpo de Evita" y según Variety al final se llamará sólo "Evita" (no confundir con el musical de Alan Parker). La producción se fue anunciando para 2013, 2014 y ahora parece que sí para 2015.

Según dijo tiempo atrás el también autor de "77 Doronship" y "Salamandra", la película narrará "la odisea de este cuerpo mágico que vuelve locos a los hombres de amor y de odio, que ha salvado y matado gente, evitado batallas y provocado revoluciones".

El relato se basa en una investigación exhaustiva que el director, nacido en Mendoza y radicado en París, realizó durante años para reconstituir por primera vez la historia real y completa de los viajes del cuerpo de Evita Perón. El guión ganó el Premio Internacional de desarrollo en el festival de Amiens y el Grand Prix de guión de Francia.

"Intentando comprender la fractura política y social de nuestro país, intentando comprender también el horror de la dictadura y de las desapariciones de cuerpos humanos, llegué a la historia de esta primera desaparecida, Evita. Es para mí una de las historias más fascinantes y cinematográficas que existen. También entra en juego una relación puramente emocional con Evita, con su voz, que no sabría explicar", dijo el realizador argentino hace un par de años.

Según escribió Nigel Blundell, tras su prematura muerte en 1952, víctima del cáncer, el cadáver de Eva Perón fue sometido a un proceso completo de embalsamamiento que duró casi un año. Quien fuera su marido fue derribado por los militares tres años después y se exilió en España, desde donde reclamó el cuerpo de la fallecida, que permanecía en la sala 63 del edificio de la Confederación General del Trabajo, en Buenos Aires, frustrados los intentos de crearle un mausoleo antes del cambio político.

Los militares, conscientes de que hay que personas que pueden seguir ganando batallas después de muertas, en lugar de entregarlo, decidieron "desaparecer" el cadáver, que contra la primera intención de destruirlo circuló por diferentes edificios militares y civiles y terminó escondido en el piso del mayor Antonio Arandia. Luego, el cadáver de Evita fue trasladado al cuarto piso del cuartel general del servicio de inteligencia militar, oculto en una de varias cajas con etiquetas de "Equipos de radio". En un intento de distraer y confundir a sus seguidores, los uniformados repartieron ataúdes por varios lugares dentro y fuera del país, pero realmente el cajón que contenía sus restos fue embarcado rumbo a Bruselas y de ahí viajó a la entonces capital alemana, Bonn. Allí, sin que el embajador argentino se enterara, el cajón fue almacenado en un sótano de la embajada. De ahí pasó a Roma y luego a Milán, donde fue enterrado bajo un nombre supuesto y permaneció a lo largo de 15 años.

Tras varios gobiernos militares, el nuevo hombre fuerte del país, teniente general Alejandro Lanusse, propuso al septuagenario Perón que regresara del exilio y como prueba de buena voluntad le ofreció recuperar el cuerpo de su esposa. En 1971, en efecto, se lo llevaron hasta su residencia en Madrid, pero cuando al año siguiente regresó a la Argentina, el féretro se quedó en la mansión de la capital española, desde donde no regresaría a su país hasta después de la muerte del dignatario.

Pero la apasionante historia de la "viajera" no acaba aquí, porque la viuda de Perón, "Isabelita", que le había sucedido en el poder, fue también derrocada por los militares y mientras el presidente sí fue enterrado no ocurrió lo mismo con su anterior mujer. Estuvo en un depósito hasta que el ejército optó en 1976 por enterrarla en el cementerio de la Recoleta, en Buenos Aires, donde parece que finalmente descansa en paz.

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