Carlos Lechuga adelanta su nuevo proyecto: una película cubana de vampiros

Carlos Lechuga
La sangre y lo paranormal seguirá presente en el cine cubano durante un tiempo más. El cineasta Carlos Lechuga, reciente ganador del XI Premio SGAE de Guion Julio Alejandro por "Delfín y Santa", ha hablado sobre su nueva película, "Habana: Territorio Vampiro", centrada en la vida de un joven chupasangre en la Cuba de los noventa que, debido a su temática y forma de producción, podría repetir el sobrenatural éxito de "Juan de los muertos". "Los  vampiros siempre están relacionados con el sexo, la sangre y la muerte, y yo tenía varias ideas para hacer una historia de un adolescente en su despertar sexual", dijo Lechuga en una entrevista para Granma del que supone  su segundo largometraje tras "Melaza". Hasta ahora, la principal referencia en el cine de la isla caribeña al vampirismo fue en la saga animada de Juan Padrón "Vampiros en La Habana".

"Habana: Territorio Vampiro" se desarrolla en la Cuba de los años noventa, donde, por motivos económicos –el país atraviesa la peor crisis de su historia, el llamado "Periodo Especial"–, los vampiros de la ciudad se verán obligados a racionar la sangre de sus víctimas. En el conflictivo ambiente, el protagonista, un sobreprotegido chico de dieciocho años, se verá obligado a vengar a su madre y su abuela después de que estas sean asesinadas. Con la ayuda de Natalia, una joven y bella vampiresa, el joven dejará de lado la educación que recibió de su familia para poder acabar con los asesinos, a la vez que intenta mantenerse lo más humano posible.  

"La comparación va a ser obligada", señaló a Granma Carlos Lechuga en referencia a la comedia terrorífica de Alejandro Brugués "Juan de los muertos", con la que comparte tres de los productores: Claudia Calvino, Ale Brugués y Ale Tovar. "Lo que pasa es que esta película no va a ser tan graciosa, va a estar más centrada en asustar y asquear al espectador. Va a ser una peli más sensorial y más pequeña, con mucha acción, pero reducida a espacios más cerrados, cuevas, túneles", clarificó el reputado escritor, ganador a la Mejor Película Latinoamericana en el Festival de Cine de Málaga, con su opera prima, "Melaza".

"Mi protagonista es un adolescente que está descubriendo su primer amor", expuso, y continuó, "la situación geográfica y la idiosincrasia de Cuba hace que la población se vista en la calle desabrigado, con pocas ropas y a veces se generan imágenes bien sensuales", en relación a la tentativa argumental y visual que supone tener a un protagonista con un instinto asesino por naturaleza, y más encontrándose este en una fase tan confusa como la adolescencia. "Tener a un adolescente vampiro suelto en la calle, tratando de morder a todo el mundo, me da mucha carne para un personaje y una historia de sensualidad y contención", añadió.

Ante el crucial punto de que la aparición de "Habana: Territorio Vampiro" pueda representar el surgimiento de un cine de género dentro de la cinematográfica cubana, su director no tardó en puntualizar: "Hay que abrirse a lo comercial y también a lo trascendental, a todo el arte". "Creo que es muy bueno que exista "Conducta", de Daranas y que exista "Persona", de Eliecer Jiménez, y también "Vampiros y Monstruos de la Laguna", pero también me gustaría que existiera la película de Pánfilo o de Antolín. Me gusta que en Trinidad, Camagüey, Santiago se hagan cosas y se vean", concluyó.

Lechuga, que se encuentra actualmente reelaborando por tercera vez el guion de "Habana: Territorio Vampiro", en el que se adentra de lleno en el género de terror y fantástico, tiene pensado –tras terminar su nuevo trabajo– materializar su guión premiado por la SGAE, "Delfín y Santa", centrada en la relación entre un escritor cincuentón y una mujer treintañera encargada de cuidarlo.

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