Con el triunfo en los Premios Forqué, "La isla mínima" toma ventaja en la carrera a los Goya

Rodríguez y Gutiérrez, premiados por los productores españoles
El Palacio de Congresos del Campo de las Naciones de Madrid fue testigo del triunfo de uno de los grandes títulos favoritos del pasado año, "La isla mínima", en la XX edición de los premios cinematográficos José María Forqué, que otorga la entidad de gestión de los derechos de los productores españoles, EGEDA. En su primera confrontación con otras favoritas a los Goya que se entregarán el 7 de febrero, la película del andaluz Alberto Rodríguez adquiere así un fuerte espaldarazo. "Magical girl" de Carlos Vermut, su gran rival, se tuvo que conformar con el reconocimiento al magnífico trabajo de Bárbara Lennie.

Tras un brillante monólogo de Santiago Segura, su gran amigo Álex de la Iglesia anunciaba la victoria de "La isla mínima" como mejor película española del año. José Antonio Félez, productor de la película, recordó que el 2014 también había sido un año de sombras y que deseaba que el 2015 sirviera para configurar un nuevo marco regulatorio y fiscal que ayudara a dinamizar el sector.

Tras la Concha ganada en San Sebastián, a Javier Gutiérrez no se le podía escapar el premio a mejor actor por "La isla mínima". En sus palabras de agradecimiento no se olvidó de su compañero de reparto Raúl Arévalo al que definió como el mejor actor de su generación. Tampoco parecía discutible el triunfo de Bárbara Lennie como mejor actriz por "Magical Girl" cuyo galardón fue recogido por el director Carlos Vermut.

Anna Morgade, muy bien como siempre, volvió a ser la maestra de ceremonias en un acto que no deslumbró por su originalidad pero que sí resultó efectivo y entretenido. En cierta manera, vivimos una Gala clásica que supo integrar la música, el humor y los galardones. Entre todas las actuaciones cabría destacar a los divertídisimos Ron Lalá que, con un sketch sencillo, lograron llevarse una de las mayores ovaciones de la noche.

Tampoco faltó la emoción, sobre todo en dos momentos muy puntuales. El primero fue al recordar Pepe Sacristán "la barbarie de París" y la segunda cuando, acertadamente, el acto enumeró todos los cines españoles que tuvieron que cerrar sus puertas.

Pero los premios eran los protagonistas de la noche y pronto le tocó subir al escenario a Agustín Almodóvar, productor, para recoger el galardón a mejor película iberoamericana concedido a "Relatos Salvajes" de Damián Szifron. Aunque no fue ninguna sorpresa, la decisión fue más que justa.

La mejor película documental o de animación recayó en la fantástica "Mortadelo y Filemón contra Jimmy el Cachondo" de Javier Fesser quien aprovechó para agradecer a los productores de su película la libertad con que le habían permitido trabajar. Otros favoritos que se encontraban presentes como Curro Sánchez Varela, director de "Paco de Lucía: La búsqueda" ó Hernán Zin, acompañado de su mujer Bebe, director de "Nacido en Gaza", se quedaron sin el preciado reconocimiento.

La Medalla de Oro de EGEDA de este año fue concedida a RTVE (Radio Televisión Española). Su presidente dio un discurso tan breve como desacertado. Fue un descarado ejercicio de autobombo que finalizó con un "nos vemos obligados a agradecer el premio", expresión que jamás había oído en un acto de estas características.

Enrique Cerezo dedicó unas palabras al auditorio llenas de melancolía. A través de su tono se notaba la decepción que habían sufrido los productores con las últimas decisiones del Gobierno, representado en el acto por el Ministro de Educación y Cultura José Ignacio Wert. Precisamente a él le dedicó el siguiente comentario: "No habéis ayudado a la industria cultural pero alabo la valentía de venir".

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