Crítica: "A cambio de nada", la hermosa redención

''A cambio de nada''


Por Imanol Salaberría

"A cambio de nada", debut de Daniel Guzmán, y en parte su autobiografía, nos regala honestidad y nobleza, a través de un retrato sencillo de la vida, pero con un potente carácter, carismático, con los tintes adecuados de humor y drama, sin excederse ni quedarse corto, una construcción imperfecta que, precisamente por eso, culmina en algo realmente bello. El esfuerzo por sacar adelante la película, se traduce en un cariño manifiesto en el resultado, y es que, Guzmán ha tardado diez años en ver terminado su proyecto, y como se suele decir, "lo bueno se hace esperar", y así ha sido, pues la cinta ha resultado ser la gran ganadora del Festival de Málaga.

En su relato, el cineasta nos cuenta la historia de Darío, un adolescente que vive un momento de tensión familiar en casa. Su padres se han separado y lo utilizan como instrumento para echarse en cara sus miserias personales. Su reacción ante esa situación será la rebeldía y el coqueteo con la delincuencia.

Uno de los aspectos más interesantes de la película, es que a pesar de ser contada desde el punto de vista de Darío, se preocupa por mostrar las distintas generaciones, y así, el papel de la abuela del director, Antonia Guzmán, nos muestra la óptica de la tercera edad, una de las grandes olvidadas en el panorama audiovisual.

En general, todos los personajes están construidos de una forma muy eficaz, los diálogos son fluidos, y las interpretaciones muy sinceras y creíbles. Además, la cinta, sus personajes, y su guión, van cogiendo fuerza conforme avanza la película, terminando con un sentimiento de ternura hacia los protagonistas que cala en el público. Desde luego, se notan los meses de ensayos previos al rodaje que el director dedicó a las interpretaciones, y el gusto que Guzmán afirma tener por la dirección de actores, rol al que se vinculan sus orígenes en el cine.

Si hubiera que decir algo negativo, sin ningún afán de poner en entredicho el imaginario del director, es el destino de algunos personajes, aunque la cinta tenga hasta cierto punto el final abierto que puede tener cualquier etapa de la vida de una persona, otorga un último guiño de cierre a los dos principales, pero parece olvidarse de algunos secundarios que a lo largo del relato tienen un peso que quizá merezca ser reconocido al final, y la audiencia no puede evitar preguntarse por ellos.

Por otro lado, cuando se trata de destacar lo más positivo, es sin duda la interpretación y la conexión entre los personajes, tanto Antonio Bachiller, que interpreta al mejor amigo de Darío, como Miguel Hernán, son un gran descubrimiento, reconocido con la Biznaga de Plata al Mejor Actor de Reparto a Bachiller. Ambos construyen una relación de amistad muy creíble en la cinta, al igual que con Antonia Guzmán, siendo un trío intergeneracional muy cautivador y eficaz.

En definitiva, Daniel Guzmán cuenta su historia haciendo que nos la creamos, que la disfrutemos y la suframos, creando así "A cambio de nada", que como bien indica el título, no tiene pretensión, al contrario, habla desde la honestidad y el cariño hacia una parte de su vida, que tenía que ser cerrada.

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