Murió Vicente Aranda, el gran provocador del cine español
Vicente Aranda, fallecido este martes en Madrid a los 88 años, siempre vio el mundo con ojos de niño travieso y rebelde. Ir a contracorriente fue su modo de vida: Renegó de los ganadores de la Guerra Civil, de sus herederos políticos, de los independentistas catalanes, de la Iglesia, de las normas morales... y hasta de los que se bajan películas de Internet. El irregular autor de éxitos y fracasos, de películas fundamentales en el cine español y de otras perfectamente prescindibles, fue casi siempre fiel a sí mismo, a sus gustos y aficiones. El consiguió probablemente las mejores interpretaciones de Victoria Abril, Ana Belén, Paz Vega, Maribel Verdú e Imanol Arias, dirigiendo cintas tan recordadas como "Amantes", "El Lute", "Libertarias", "Juana la loca" o "La pasión turca".
Puede que Aranda, nacido en Barcelona, de cuya "Escuela" o movimiento estético en los 60 fue figura preclara, antes de renegar de la "intelligentsia" catalana, se pareciera a esas anarquistas a las que retrató en "Libertarias", sin amo ni Dios, sin conciencia del pecado, sobre todo el que tenía que ver con la entrepierna. Suyas son algunas de las cintas que sin dejar de ser "tradicionales" fueron en su momento más atrevidas sexualmente del cine nacional.
Tras su último trabajo, "Luna caliente", con Eduard Fernández, Thaïs Blume, Emilio Gutiérrez Caba y Jose Coronado, un fracaso comercial en toda regla, estrenado hace cinco años, y que seguía a otro parecido, "Canciones de amor en Lolita's Club", y con cerca de una treintena de películas, el cineasta catalán afincado en Madrid asumió que su tiempo había pasado, y más en tiempos de crisis, con los presupuestos por los suelos. "El cine se ha vuelto muy voluntarista y yo ya tengo poca voluntad", decía hace dos años en el Festival de Gijón, que le rindió un homenaje. Allí confesó que tenía aún guardados 6 guiones, pero temía que no llegarán a la gran pantalla: "Uno porque es muy caro y los otros porque necesitan muchos actores". Acertó, al menos por ahora.
El cineasta, ganador del Goya por "Amantes" y candidato en otras once ocasiones, consideraba que en estos últimos años "sería imposible hacer películas como "Carmen" o "La Pasión turca", con presupuestos muy por encima de lo corriente hoy, donde el equipo es escasísimo y debes arreglarte con muy poco", concluía el realizador y guionista barcelonés.
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Puede que Aranda, nacido en Barcelona, de cuya "Escuela" o movimiento estético en los 60 fue figura preclara, antes de renegar de la "intelligentsia" catalana, se pareciera a esas anarquistas a las que retrató en "Libertarias", sin amo ni Dios, sin conciencia del pecado, sobre todo el que tenía que ver con la entrepierna. Suyas son algunas de las cintas que sin dejar de ser "tradicionales" fueron en su momento más atrevidas sexualmente del cine nacional.
Tras su último trabajo, "Luna caliente", con Eduard Fernández, Thaïs Blume, Emilio Gutiérrez Caba y Jose Coronado, un fracaso comercial en toda regla, estrenado hace cinco años, y que seguía a otro parecido, "Canciones de amor en Lolita's Club", y con cerca de una treintena de películas, el cineasta catalán afincado en Madrid asumió que su tiempo había pasado, y más en tiempos de crisis, con los presupuestos por los suelos. "El cine se ha vuelto muy voluntarista y yo ya tengo poca voluntad", decía hace dos años en el Festival de Gijón, que le rindió un homenaje. Allí confesó que tenía aún guardados 6 guiones, pero temía que no llegarán a la gran pantalla: "Uno porque es muy caro y los otros porque necesitan muchos actores". Acertó, al menos por ahora.
El cineasta, ganador del Goya por "Amantes" y candidato en otras once ocasiones, consideraba que en estos últimos años "sería imposible hacer películas como "Carmen" o "La Pasión turca", con presupuestos muy por encima de lo corriente hoy, donde el equipo es escasísimo y debes arreglarte con muy poco", concluía el realizador y guionista barcelonés.
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