Salma Hayek reconoce los beneficios de ser sexy... y poderosa
En el pasado Festival de Cannes brilló Salma Hayek por diferentes motivos: Su presencia en el elenco de la coproducción europea a concurso "Il racconto dei racconti", por participar en una mesa redonda sobre igualdad de oportunidades en Hollywood y por su escote, el que más dio que hablar en la alfombra roja del Palacio de Festivales, algo que la enorgullece a los 48 años. Mientras reivindica igualdad de derechos para las mujeres, la veracruzana acaba de reconocer que sin su atractivo no hubiera podido acceder a Hollywood.
"Cuando comencé mi carrera estaba un poco confundida respecto a eso de ser una sex symbol. Soñaba con ser buena actriz, una actriz de talento. Quería estudiar nuevos papeles y personajes. Y mi lado sexy me molestaba. Pero tengo que reconocer que, teniendo en cuenta mis circunstancias en Estados Unidos, si no les hubiera interesado mi lado sexy no me habrían querido", dijo Salma en declaraciones al canal France 2.
Hayek, que insinua que no se sintió satisfecha como actriz hasta que consiguió ella misma levantar (y protagonizar) la película sobre Frida Kahlo, que le dio su única nominación al Oscar, hace autocrítica sobre aquellos sus primeros pasos en el show business gringo, en los años 90: "Era muy inocente y pensaba que llegaría y tendría trabajo. Ni siquiera sabía que necesitaba un agente. Fue una verdadera lucha y creo que lo sigue siendo para todos los actores y actrices. Yo también tengo que luchar para conseguir un papel incluso ahora, que todo me resulta más fácil. Y me han dicho muchas veces que no volvería a trabajar jamás".
La estrella mexicana, residente entre París y Londres, acaba por otro lado de ser nombrada en la edición local de Forbes como la cuarta mujer más poderosa e influyente en México (y la primera representante del espectáculo), por su labor como actriz, productora y "activista" (sic). Delante tiene a María Asunción Aramburzabala, presidenta de Tresalia Capital; Arely Gómez, Procuradora General de la República, y Eva Gonda Rivera, accionista de FEMSA. En la lista de las cincuenta mujeres con poder en el país sólo hay otras dos actrices: Karla Souza (puesto 25) y Camila Sodi (49).
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"Cuando comencé mi carrera estaba un poco confundida respecto a eso de ser una sex symbol. Soñaba con ser buena actriz, una actriz de talento. Quería estudiar nuevos papeles y personajes. Y mi lado sexy me molestaba. Pero tengo que reconocer que, teniendo en cuenta mis circunstancias en Estados Unidos, si no les hubiera interesado mi lado sexy no me habrían querido", dijo Salma en declaraciones al canal France 2.
Hayek, que insinua que no se sintió satisfecha como actriz hasta que consiguió ella misma levantar (y protagonizar) la película sobre Frida Kahlo, que le dio su única nominación al Oscar, hace autocrítica sobre aquellos sus primeros pasos en el show business gringo, en los años 90: "Era muy inocente y pensaba que llegaría y tendría trabajo. Ni siquiera sabía que necesitaba un agente. Fue una verdadera lucha y creo que lo sigue siendo para todos los actores y actrices. Yo también tengo que luchar para conseguir un papel incluso ahora, que todo me resulta más fácil. Y me han dicho muchas veces que no volvería a trabajar jamás".
La estrella mexicana, residente entre París y Londres, acaba por otro lado de ser nombrada en la edición local de Forbes como la cuarta mujer más poderosa e influyente en México (y la primera representante del espectáculo), por su labor como actriz, productora y "activista" (sic). Delante tiene a María Asunción Aramburzabala, presidenta de Tresalia Capital; Arely Gómez, Procuradora General de la República, y Eva Gonda Rivera, accionista de FEMSA. En la lista de las cincuenta mujeres con poder en el país sólo hay otras dos actrices: Karla Souza (puesto 25) y Camila Sodi (49).
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