"Camino a La Paz", con Rodrigo de la Serna, llegará a cines argentinos en noviembre

Rodrigo de la Serna y El Flaco Suárez
Para el 5 de noviembre se ha anunciado el estreno en cines argentinos de la película nacional "Camino a La Paz", que protagonizada por Rodrigo de la Serna y Ernesto Suárez (reputado actor de teatro mendocino que sólo pasados los 70 logra un debut cinematográfico) pudo verse el pasado marzo en el Festival de Cartagena. Se trata de la opera prima de Francisco Varone, graduado en la Universidad del Cine de Buenos Aires. "Es un relato sobre el encuentro de dos personas antagónicas, dos culturas y dos modos de ser y estar en el mundo. Una oportunidad para el aprendizaje recíproco", describe su director y guionista.

"Camino a La Paz" es una road movie, que nos lleva en un viaje de más de 3000 kilómetros, desde Buenos Aires hasta La Paz, en Bolivia. Sebastián (35) es un joven cuyas mayores pasiones son la banda Vox Dei y su viejo Peugeot 505 SR. Recién casado con Jazmín y necesitado de dinero comienzo a trabajar como remisero.

Entre los pasajeros está Jalil, un anciano musulmán que lo llama asiduamente y una mañana le hace una curiosa propuesta: le pagará una importante suma de dinero para que lo lleve en auto desde Buenos Aires hasta La Paz, en Bolivia.

A desgana y con muchas dudas, Sebastián acepta el viaje, planeado al detalle por el anciano.

El extenso trayecto está repleto de discusiones constantes entre ambos, iniciadas en su mayor parte por Sebas, quien se irrita cada vez que Jalil come dentro del coche, escucha música árabe o le pide hacer un alto para rezar. Pero hay algo en esa convivencia forzosa que termina por vencer la mutua resistencia y los convierte en íntimos compañeros de ruta.

Casi nada resulta como fue planeado. Sin embargo, ese periplo que Sebas inició como un encargo tedioso se convierte en una misión. La travesía, que para el joven será una especie de éxodo de sí mismo, tendrá el efecto liberador de la redención, como un viaje iniciático.

"La película -cuenta Varone- lleva desde el confort de la gran ciudad a lo impredecible de la ruta, es un particular diario de viaje –un recorrido material y otro interior- en el que el drama y el humor alcanzan un balance perfecto. ¿Puede un viaje cambiar la vida de una persona? Ya lo creo. Para hacer el rodaje, nos trasladamos por tierra, desde Buenos Aires hasta La Paz, con todo el equipo. Nos lanzamos a la ruta sin saber si iba a llover o si íbamos a encontrar las locaciones elegidas. Muchos pensaron que era una locura pero yo quería que el filme se embebiera del espíritu de esa travesía real. Viéndolo a distancia considero que no me equivoqué, en las escenas finales de la película se aprecian las marcas de ese periplo en los rostros de los protagonistas. Si bien el relato es fiel al guión, el verdadero resultado del recorrido está en los actores. Ese es el valor de la historia. Veo hoy 'Camino a La Paz' y puedo decir que es fiel a mi concepción del mundo".

Por su parte, el más conocido de sus protagonistas, Rodrigo de la Serna, quien acaba de interpretar al Papa Francisco en una producción italiana, explicó mientras se rodaba la película, el año pasado, que hace bastantes años que le llegó el guión, y si finalmente hizo el film fue por la presencia del Flaco Suárez, es uno de los más importantes actores y directores de teatro mendocinos, que ha dirigido más de 50 obras de teatro en toda Latinoamérica pero nunca quiso hacer cine porque no le gustaba.

"En 2008 -dijo De la Serna a Diario Uno- leí el guion por primera vez. A Francisco (Varone) lo conocí porque me llamó diciendo que tenía un personaje para mí. Me trajo el texto, lo leí y pensé que había algo, de inmediato me cautivó. Pasaron seis años, él consiguió la financiación pero no teníamos al coprotagonista. Era un desafío muy grande, porque Francisco quería que fuera un rostro anónimo. Él no quería a Federico Luppi o a Roberto Carnaghi haciendo de musulmán. Era difícil encontrar lo ideal, y por eso encaró dos líneas de búsqueda, conseguir un auténtico musulmán o algún actor desconocido de provincias. Sin embargo, llegó una nueva persona al grupo de casting, Eugenia Levin, y dijo que sabía quién era. Que lo tenía, pero dijo que no podía adelantar nada porque era una persona muy comprometida con el teatro, con su provincia y que no sale de aquí, que no le interesa hacer cine ni televisión. ¡Qué era un revolucionario del teatro! Por suerte, él aceptó, y estoy muy agradecido porque si el Flaco no aceptaba, yo no hacía la película".

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