Colaboración: "Truman", el reparto y una gala demasiado larga

Por Borja Garrido

La gran noche del cine español, como comúnmente se ha insistido en denominar a la ceremonia de los Goya, ha demostrado en la edición de este año el porqué de merecer tal sobrenombre. Lo cierto es que ya antes de conocer quiénes serían los grandes vencedores del evento una cosa estaba más que segura, y es que el cine en España se encuentra innegablemente en un estado de forma envidiable. Aun no habiendo alcanzado los 123 millones de euros de recaudación del 2014, durante el pasado año se logró superar de nuevo la cifra de los 100 millones de euros, logrando el tercer mejor registro de la historia del cine español, a pesar de que los cinco films nominados al galardón de mejor película sólo suponen el 1% de las entradas vendidas el pasado año.

Siguiendo con la tendencia positiva, esta trigésima edición ha albergado películas de indudable calidad cinematográfica, y a pesar de que cada cual (críticos, medios y público) tuviesen sus diferentes favoritos, ocurriese lo que ocurriese era difícil que el resultado final sorprendiese a alguien. Los pronósticos indicaban una igualdad máxima entre la sensibilidad poética de "La novia", de Paula Ortiz, y la belleza dramática de "Truman", de Cesc Gay. Finalmente, la gran triunfadora de la noche fue "Truman", alzándose victoriosa en cinco de los seis premios a los que optaba.

En cuanto al desarrollo de la ceremonia, un año más ha dejado bastantes claroscuros en lo que respecta a la capacidad de los organizadores para estructurar un evento que mantenga un ritmo rápido, frenético y alegre durante su duración, como sería de presuponer en una gran celebración como esta. A los momentos de fantástico derroche humorístico de Dani Rovira (que como segundo año consecutivo cumplió el rol de maestro de ceremonias) y a una puntualidad casi perfecta si lo comparamos con otras ediciones, se contraponen algunos elementos negativos como los todavía extremadamente largos agradecimientos por parte de algunos premiados, la alusión al discurso político (que aunque preciso y contundente, se torna innecesario) o ciertas actuaciones que no favorecen en absoluto el acabado general de la gran noche: El flojo número musical del comienzo o el mago Jorge Blass entre otras, que alargaron pésisamente la gala de manera absolutamente incomprensible.

Pasando ya a la entrega de premios, estos Goya 2016 han dejado clara la ruptura con la tendencia que había demostrado la Academia de proclamar grandes vencedores como ocurrió el año pasado con "La Isla Mínima" (10 premios), o en pasadas ediciones con "Mar adentro" (14) o "¡Ay, Carmela!" (13). Optando por una ruta diferente, el resultado conduce hacia la variedad; Truman ha conseguido cinco goyas (mejor película, dirección, actor protagonista y de reparto y guión original) y "Nadie quiere la noche", de Isabel Coixet, se ha hecho con cuatro (dirección de producción, música original, maquillaje y vestuario). La sorpresa de la noche fue el fracaso de "La novia", ganando sólo dos galardones de las doce nominaciones con las que empezaba la gala.

La fantástica película argentina "El clan", de Pablo Trapero, se ha proclamado justa vencedora en la categoría de mejor película iberoamericana, imponiéndose ante "Magallanes" (Perú), "La once" (Chile) y "Vestido de novia" (Cuba), haciendo valer su innegable éxito en taquilla (cerca de 17 millones de dólares de recaudación) y su buena aceptación tanto entre los críticos como entre el público general (81% de críticas positivas en Rotten Tomatoes).

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