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Exclusiva: La discutida coproducción "La mula" podría estrenarse en menos de tres meses

por © Redacción-NOTICINE.com
Radford y Casas, en el rodaje de 'La mula'
Radford y Casas, en el rodaje de 'La mula'
La coproducción hispano-británico-irlandesa "La mula", dirigida (en su casi totalidad) por Michael Radford y protagonizada por Mario Casas y María Valverde, podría estar en los cines españoles antes de tres meses, según pudo saber NOTICINE.com de fuentes legales de su productora principal, la española Gheko Films. El recurso presentado por ésta a la resolución del Ministerio de Cultura español que suspendía la calificación oficial (necesaria para el estreno comercial) emitida por la misma Administración, debería tener respuesta en alrededor de un mes, y la intención de Cheko es estrenar la cinta inmediatamente después.

El "culebrón" de "La mula", un ambicioso proyecto del director de "El cartero y Pablo Neruda", Michael Radford, sobre la novela del andaluz Juan Eslava Galán, tomó esta misma semana un nuevo giro al presentar la productora española una querella por prevaricación y cohecho contra el exdirector general de Cinematografía del Ministerio de Cultura, Ignasi Guardans, quien el año pasado, estando en funciones, negó la calificación por edades de la cinta, alegando que no estaba terminada y que su documentación era incompleta.

La asesoría jurídica de Gheko Films, Salido Abogados, explicó a través de una portavoz a NOTICINE.com que es perfectamente demostrable que "La mula" está lista para su proyección puesto que se entregó una copia al ministerio, y respecto de los documentos que se les requirío y no entregaron, asegura que ninguno de ellos figura en la normativa de concesión de la calificación por edades.

Sostiene que según los contratos de coproducción firmados bajo el amparo de la legislación española -la única válida por acuerdo de las partes- Gheko tiene los derechos de explotación de la película para España, y un porcentaje mayoritario en el resto del mundo, salvo para Gran Bretaña e Irlanda, donde pertenecen a las productoras de esos países participantes en el proyecto.

Alega además que según la Ley de la Propiedad Intelectual, al no haber cumplido suficientemente con los compromisos adquiridos por Michael Radford y su productora (éste abandonó el rodaje antes de finalizarlo), cuya participación financiera ronda el 20%, los derechos en este campo habrián revertido en favor de Gheko Films, productora que lidera Alejandra Frade.

Por su parte, en el verano del año pasado, Radford y su productora, Workhorse, así como los coproductores irlandeses (Subotica) presentaron una denuncia contra sus socios españoles por fraude, conspiración, ruptura de contrato y difamación. El cineasta y coproductor abandonó el rodaje la misma semana en que iba a terminarse porque la productora española no firmó los contratos que les debían permitir a ellos recibir el dinero de los fondos oficiales de sus respectivos países para aportarlos al proyecto.

Los abogados de Gheko explican que esos contratos significaban en la práctica la cesión a Radford de todos los derechos de la película, contra el pago de 1 libra esterlina, algo que no pueden aceptar de ninguna manera puesto que contradicen sus previos acuerdos firmados en España. La clave está en que sin la rubrica de Frade y su socio Bruce St.Clair ni Radford ni Subotica pueden cobrar las ayudas ya concedidas por las respectivas instituciones cinematográficas de Reino Unido e Irlanda.

Precisamente en relación con el tema financiero, Gheko interpuso también el verano pasado una demanda en España contra Radford por no devolver el préstamo que la productora española le hizo para los primeros pagos relacionados con su participación económica en el proyecto.

Aunque desde la representación legal de Gheko se asegura que "los puentes no están rotos" con Radford para un posible acuerdo, todo indica que la película, en una versión que el cineasta rechaza como propia al no haberla terminado de dirigir ni editarla, podría al menos ser estrenada en España próximamente, al carecer de sustento legal la suspensión de la calificación que el Ministerio de Cultura dictó el mismo día de haberla concedido, alegando "lesividad a los intereses generales". El recurso que Gheko presentó debería tener respuesta en alrededor de un mes, y de ser admitido positivamente, la película de Mario Casas, uno de los jóvenes actores más taquilleros del cine español actual, estaría pronto en las salas.

Respecto de la querella contra Guardans, Gheko asegura tener pruebas de que las autoridades fílmicas de Gran Bretaña e Irlanda le presionaron bajo amenazas de no apoyar futuras coproducciones con España para que no autorizara al conceder la calificación por edades (precepto legal necesario para la distribución del film). En declaraciones a EFE, el ex director general de cine ha reconocido que las tres autoridades cinematográficas implicadas -española, inglesa e irlandesa- se coordinaron para tomar "una serie de decisiones" sobre una determinada situación jurídica. "La única decisión que tomé sobre 'La mula' estaba todavía sometida a recurso administrativo cuando me marché. Fue una decisión administrativa sobre el expediente", ha asegurado. "Y no la tomó Ignasi Guardans, la tomó el director general de Cine".

En contradicción con su formación jurídica, el ex político catalán y ex responsable del cine español en Cultura decía también a la agencia que el que la película no se estrene se debe a que un juez inglés lo prohibió.

Salido Abogados explicaron que no descartan hacer extensiva la demanda personal contra Guardans a todo el Ministerio de Cultura, especialmente en caso de que el recurso por ellos presentado no tuviera respuesta positiva.

En el trasfondo del asunto -para justificar los impedimentos que el Ministerio de Cultura pone a la película tal y como está terminada- está la eterna disputa entre la autoría y el dinero invertido. Con la legislación de propiedad intelectual española en la mano, Gheko tiene las de ganar, e incluso si el proceso iniciado por Radford en Gran Bretaña resultara en su favor, la Justicia de ese país no tiene jurisdicción para impedir un estreno cinematográfico en España, ello sin insistir en que cuando se forjó la coproducción las tres partes aceptaron el marco de la jurisdicción española, a la que por cierto ni Radford ni Subotica han recurrido hasta ahora en defensa de sus derechos.

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