Desolador panorama laboral en los actores españoles: Sólo el 30% viven de la interpretación

por © Alejandro Chacón-NOTICINE.com
No todos los actores españoles tienen la suerte de Cruz y Bardem
Un reciente estudio realizado para la fundación de la Entidad de Gestión de Derechos de los Artistas españoles (AISGE), por sociólogos del colectivo IOE, saca a la luz que el 73 por ciento de los actores ibéricos no pueden vivir de su trabajo. El informe titulado "Estudio y diagnóstico sobre la situación sociolaboral de actores y bailarines de España", en el que la fundación AISGE ha entrevistado a 1201 profesionales de la actuación, revela que el 55 por ciento de ellos obtiene unos ingresos mensuales inferiores al salario mínimo interprofesional (cifrado en 645,30 euros).

También es alarmante que los convenios no se cumplen en uno de cada cuatro casos en lo referente a la duración de la jornada laboral y que el 44 por ciento de los jubilados del sector precisan de una ayuda de la citada fundación para poder subsistir.

El estudio consta de 160 páginas y es el más pormenorizado realizado nunca sobre el sector en España; su precedente data del año 2005. De los 1201 entrevistados, 639 eran hombre y 562 mujeres (todos miembros de AISGE). La muestra solo presenta un error del 3 por ciento. Este nuevo dossier analiza cómo la crisis ha afectado al sector desde que se iniciase. A causa de ella el 65 por ciento de los actores no logra trabajar más allá de tres meses por año.

Los artistas siempre han tenido la dificultad de tener trabajo por temporadas pero con esta nueva situación se pone de manifiesto que tienen menos oportunidades de trabajar y que cuando lo hacen es en peores condiciones que antes. Así, solo el 27 por ciento de los encuestados está en condiciones de responder que ha encontrado empleo suficiente en los últimos 15 años. Por tanto, la mayor parte del sector sin ayudas familiares u otras formas de obtener ingresos se encontrarían bajo el umbral de la pobreza. Tan solo un 5 por ciento de los encuestados admite estar en una situación desahogada económicamente. En contraste, el 21 por ciento perciben ingresos menores a los gastos que tienen que afrontar en cuestiones de vivienda.

En cuanto a aquellos profesionales  que se encontraban en paro en el momento de la encuesta, un 28 por ciento no percibían ninguna prestación. Otro dato reseñable relativo a la jubilación es que el 34 por ciento de aquellos que lo hicieron fue por necesidad, ya que no encontraban oportunidades profesionales; tan solo un 19 por ciento sigue en activo después de los 65 años. En este caso las jubilaciones sufren diferencias de más de 200 euros entre hombres y mujeres. Además, también se perciben desigualdades muy amplias de ingresos que varían entre pensiones de menos de 400 euros mensuales frente a otras superiores a los 1200 euros.

Las condiciones laborales también quedan en evidencia en el informe. Un 6% de los trabajadores realiza sus funciones sin contrato y cobrando de manera ilegal, y un 38 por ciento denuncia haber trabajado bajo presiones en condiciones con las que no estaban de acuerdo. La duración de la jornada laboral tampoco es respetada en el 27 por ciento en el caso de la televisión y en el 22 por ciento en el caso de espectáculos en vivo y cine.

El sueldo en el caso del 42 por ciento de los encuestados es el mínimo exigido por convenio y un 13 por ciento pone de manifiesto que cobró por debajo del límite. Estos casos se repiten más en trabajadores menores de 35 años. Tampoco es fácil ser inscrito en el sistema de Seguridad Social, un 27 % denuncia haber tenido problemas para ser apuntados y un 7% dice no haberlo conseguido nunca. También aparece la figura del faso autónomo; personas que son obligadas por la empresa a trabajar por cuanto propia cuando deberían hacerlo por cuenta ajena.

La crisis ha propiciado nuevos modelos de negocio y los profesionales del sector se quejan de que las productoras exigen grabar más en menos tiempo, que las condiciones laborales son bastante más precarias o que la figura del representante es ahora más necesaria que nunca. Parece ser que esa vida de lujos que algunos sectores de la población relacionan con el mundo de la interpretación no es tal, y que la situación de la Cultura en España ha vuelto a quedar en evidencia una vez más.