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Los
cuatro actores y personajes de "Hable con ella" |
Por Pedro Almodóvar
La nueva familia con la que comparto esta gran aventura de "Hable con ella"
está formada por Rosario Flores, Leonor Watling, Javier Cámara, y Darío Grandinetti. Y
como suele ocurrirme, estoy en plena temporada de adoración. Creo que todos ellos han
nacido para interpretar sus respectivos papeles, y que de ellos dependen mis días y mis
noches, mi sueño y mi desvelo. |
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Rosario Flores interpreta a
una mujer torera que sufre de amores, de soledad, de incomprensión y de todas esas cosas
que sufren las mujeres y los hombres (aunque no sean toreros), pero el hecho de ser torera
incluye una marginación adicional. Estoy entusiasmado con ella, Rosario se ha convertido
en una mujer y una artista adulta, y me recuerda cada día más a alguien... ¡imaginen a
quién!
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Leonor Watling es
una bailarina convaleciente, afectivamente huérfana y con problemas muy serios para
relacionarse. Eso no evita que todo el que la vea se enamore de ella (así les ocurre a
los dos hombres de la película y espero que al futuro espectador). Cuando se estrene
"Hable", Leonor ya se habrá convertido en superestrella, de la mano de Bigas y
su "Son de mar", película basada en la estupenda novela de Manuel Vicent que
nos alegrará la vista este verano. El papel de Leonor atraviesa de cabo a rabo la
película, pero es duro de roer, le estoy muy agradecido a Leonor por haberlo aceptado. De
todos modos, nada puede detener a esta chica. Su carrera va a toda hostia.
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Javier Cámara es un
enfermero. Digamos que es a la profesión de enfermero lo que John Gielgud era a la de
mayordomo en "Arthur", es decir: ¡simplemente el mejor! No quiero que se
entere, pero en Javier se apoya la parte cómica y trágica de la historia. Mi incultura
televisiva es la culpable de haberle descubierto tan tarde. Javier posee (me refiero a lo
físico y a lo que no es físico) algo insólito y atípico (como Chus Lampreave, Ángela
Molina, Laly Soldevilla, Buster Keaton y Totó, por poner algunos ejemplos) que le van
como anillo al dedo al personaje de Benigno, así se llama el enfermero. ¡Y yo estoy tan
contento de fagocitarlo para mi película!
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Darío Grandinetti
presta su misterio y gallardía a un periodista argentino, errante y herido desde hace
años por una relación rota cuando aún chisporroteaba el fuego de la pasión. Ya sé que
no hay nada más fácil para un actor español que hacer de argentino, pero tengo la
impresión de que Darío lo va a hacer mejor. Los suyos son unos ojos que lo ven todo, su
propia peripecia y la de los otros tres personajes explotan delante de él. Testigo
zarandeado y sensible, Marco (así se llama su personaje) es la conciencia de la historia,
tal vez por deformación profesional.
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