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El "Nosferatu" de Murnau

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Otro Drácula de los 30

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"Queen of the damned"

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"Drácula", según Coppola

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Damaskinos, en "Blade II"

 

Vampiros, chupasangres, hijos de Satán, seres endemoniados, todos ellos son sinónimos y todos ellos derivan parte de la historia y parte de la mitología popular y sus leyendas. El tema forma parte de la historia del cine desde su primera década, y lejos de agotarse sigue hoy haciendo las delicias morbosas del público. Desde la más intelectual a la serie "B" o "Z", pasando por derivaciones místicas, eróticas, románticas, "gores"... el conde y sus seguidores no ha abandonado la gran pantalla. En el inicio del nuevo milenio, sin embargo, el vampirismo aporta algunas novedades. Pero vayamos por partes...

En primer lugar, ¿Cuál es el origen del mito del gran vampiro? Hemos de remontarnos al siglo XV en las lejanas cordilleras de los Cárpatos en Rumanía. En una localidad llamada Verlaquia Vlad "El diablo" (en rumano Dracul) sembraba de terror a súbditos y extraños por su conocida crueldad. Su hijo "Draculea" (hijo del Diablo) fue asimismo apodado "Tepes" (el empalador). Al igual que su padre fue conocido en toda Europa del Este por su tiránico reinado y por su acreditado salvajismo con los enemigos que intentaban sobrepasar los límites de su reino. Su odio y el acoso de húngaros y turcos significó su asesinato y decapitación en 1476. Año en el que el mito de Drácula y el de los vampiros se extiende a través de todo el mundo.

Mito al que el cine no queda indemne y prueba de ello son la gran cantidad de películas que se han hecho al respecto. El primer gran film de vampiros se rueda en 1922 y es uno de los grandes mitos del cine mudo: "Nosferatu" del rumano Murnau. Una historia imperecedera que ha sido objeto de estudio por los grandes expertos de las cintas de terror. Pero desde el vampiro "inocente" de Murnau hasta nuestros días han pasado por la gran pantalla cientos de películas de todas las nacionalidades sobre el mito del ser que lleva consigo la carga de la vida eterna.

Así desempolvando de la Filmoteca algunos títulos imprescindibles y anecdóticos encontramos "El baile de los vampiros" de Roman Polanski donde el terror muy ligero se mezcla con dosis de comedia costumbrista, "Kung-Fu contra los siete vampiros de oro" en el que la acción, la sangre y el terror se reparten en partes iguales, 'Blood for Dracula' producida por el excéntrico Andy Warhol o rarezas cinematográficos como las películas mexicanas del enmascarado "Santo".

Todas ellas tienen el común denominador de tratarse de películas muy poco sofisticadas en las que el argumento tiene una preponderancia excesiva sobre el plano visual. Algo que como en la historia del cine en si, ha cambiado sustancialmente con el nuevo milenio.

Los vampiros del siglo XXI y sus films son más espectaculares en el plano técnico. Además el argumento ha pasado a un segundo plano, en la mayoría de los casos, en favor de la acción y de la sangre en abundancia. La muestra más clara es la cinta protagonizada por Wesley Snipes "Blade" y su secuela "Blade II". Este título resume la esencia de las nuevas películas de vampiros con unos ingredientes muy conocidos como: mucha acción, ritmo trepidante, sangre en abundancia y una banda sonora que destaca por sus pegadizos temas como "Confusion".

Otros ejemplos son "Drácula" producida por el genio del terror Wes Craven ("Scream" o "Pesadilla en Elm Street"), "The Forsaken" estrenada a finales del 2001 y que tiene como escenario las desoladoras y aterradoras autopistas de la "América profunda" o la tercera parte de "Abierto hasta el amanecer". Un film sin ningún interés que se queda a leguas de la primera, en la que por lo menos agrada ver las actuaciones de Tarantino, Clooney y la encantadora Salma Hayek.

Nos queda en el tintero la adaptación cinematográfica de la novela de Anne Rice "The queen of the damned" y que supone la tercera parte de "Entrevista con el vampiro" ya que el malvado Lestat (Tom Cruise en la primera) es su protagonista y sigue la línea argumental de la famosa cinta de 1994. En el aire queda el rodaje de "Las aventuras de Lestat", segundo libro de Rice.

Películas que hemos visto y las que quedan por venir en las que el vampiro ha dejado de ser ese ser mítico que crea pavor con tan sólo mencionar el nombre. Los vampiros han abandonado la senda del miedo psicológico y han empezado a recorrer el camino de la acción. Los tiempos no perdonan e incluso el mismísimo "Drácula" ha de adaptarse a la nueva época en la que vivimos. Así que no nos queda otra que decir adiós al amigo Nosferatu y saludar con brío al despiadado Blade.

© Pedro Pascual Lacal-NOTICINE.com

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Bela Lugosi
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Cristopher Lee
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"Nosferatu", de Herzog
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"Vampiros" de Carpenter 




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