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Sitges: "The yellow sea", el filo ensangrentado del cine coreano

Na Hong-Jin
Na Hong-Jin
Na Hong-Jin es uno de los cineastas coreanos más reputados del medio. "The chaser", su primera película, es un thriller vibrante y explosivo que cautivó a las audiencias con su historia del enfrentamiento entre un ex detective metido a proxeneta, y un asesino serial. Filme alabado por crítica y audiencia, y que obtuvo diversos premios, incluido el Orient Express-Casa Asia,  del Festival Internacional de Cinema Fantástico de Cataluña, en 2008. Este año el realizador oriental regresa a Sitges para presentar su segundo largo, un trepidante film de acción que se inspira en la migración de los chinos a Corea en busca de un futuro mejor.

"Últimamente hay muchos chinos en Corea y esto genera problemas sociales que no salen en los medios. Los chinos van a mi país para ganar dinero pero en ese proceso abandonan sus hogares y a sus familias. Yo quería describir ese fenómeno y usé una metáfora para hacerlo", dice el cineasta.

Y esa metáfora es un violento y brutal "tour de force", que entremezcla impactantes coreografías de acción y persecuciones, con machetazos y puñaladas que tiñen de rojo la pantalla.

"The Yelow sea" cuenta la historia de un taxista cuya mujer ha viajado a Corea del sur en busca de un trabajo. Después de seis meses sin saber nada de ella y agobiado por sus deudas de juego, el taxista acepta hacer un "trabajo" para un mafioso: matar a un hombre en Corea. El taxista aprovecha entonces para ganarse un dinero haciendo algo que jamás ha hecho, y de paso encontrar a su esposa. Aunque lo que hallará en esa travesía será muerte y decepción.

Confianza en el cine Made in Corea

El cine asiático, y el coreano en particular, se ha ganado al público a través de su despliegue de técnica y su gran factura, pero sobre todo por apostar por el contar historias poco convencionales, violentas y que escapan al corsé de lo políticamente correcto, muy diferente a lo que hace, por ejemplo, el cine norteamericano.

Na Hong-Jin explica esta situación de manera sencilla y honesta: "Lo que pasa es que hay una gran confianza en el cine coreano. Hay confianza en sus directores, y ya son muchos los que han abierto el camino previamente. Hay confianza en el trabajo que se hace y, sobre todo, en el tipo de cine que realizamos, cine de género", señala el realizador.

Esa violencia y transgresión que muestran las películas asiáticas alcanzan incluso a  la policía, quienes no suelen ser retratados precisamente como modelo de virtudes. Y en el caso de los filmes de Na Hong-Jin pueden ser tan viles como los villanos de turno.

"Después de estrenar "The Chaser", el encargado de relaciones públicas de la policía de Seúl me informó que no iban a colaborar con mis películas nunca más. Sin embargo en "The Yelow Sea" volvieron a apoyarme y estaba la misma persona en el cargo", cuenta como anécdota el realizador.

La película compite en la Sección Oficial Fantástica del Sitges 2011 y según el realizador ya se ha vendido al mercado de casi una veintena de países.

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