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Exitosa acogida para la chilena "Gloria" en la Berlinale

Sebastián Lelio y Paulina García, en Berlín (Reuters)
No es ser condescendiente o chauvinista decir que la primera y unica película iberoamericana en la competencia de la 63 Berlinale ha tenido una buena acogida, porque en este caso no lo puede negar ni un enviado especial de la prensa coreana. "Gloria", de Sebastián Lelio, ha sido la más aplaudida de las películas proyectadas desde el viernes en la carrera por el Oso de Oro, y nos permite soñar con un galardón que en lo que a nuestro ámbito cultural se refiere tiene su última referencia en la peruana Claudia Llosa con "La teta asustada". El film chileno, coproducido por España, logra que el espectador empatice con su madura protagonista (Paulina García), una mujer que no se resigna. En común con la idea de personajes protagonistas destacados, las otras dos cintas del domingo, "La religieuse" y "Vic+Flo ont vu un ours", francesa la primera y canadiense la segunda, pasaron mucho más desapercibidas.

Las grandes historias a veces se ocultan a la vuelta de la esquina de la cotidianidad. Es justo el tratamiento y el talento de quien lo lleva a cabo lo que convierte lo corriente en obra seductora. Eso es lo que ha hecho el chileno Sebastián Lelio ("La sagrada familia") con "Gloria", construir una historia creible y proponerse que los espectadores de cualquier generación -no sólo los de la protagonista (en torno a los 60)- sean capaces de entender y simpatizar con su personaje central y de paso entender las dificultades que también enfrenta el resto.

"Gloria" es la historia de una mujer de 58 años, sola en la vida. Para compensar el vacío, llena sus días de actividades y por las noches busca el amor en el mundo de las fiestas para solteros adultos, donde solo consigue perderse en una serie de aventuras sin sentido. Esta frágil felicidad en la que vive se altera cuando conoce a Rodolfo, un hombre de 65 años, recientemente separado, que se obsesiona con ella. Gloria comienza un romance, pero éste se complica por la enfermiza dependencia de Rodolfo hacia sus hijos y su ex mujer. Esta relación, intuye Gloria, podría ser la última.

Los aplausos rubricaron la satisfacción del público y la prensa berlineses con la cinta chilena que mezcla amor, humor y drama con la pegadiza música de la discotequera "Gloria" de Umberto Tozzi.

Mucho menos convincentes fueron las otras dos cintas del día, ambas también protagonizadas por mujeres pero dirigidas por hombres. La francesa "La religieuse" (La religiosa) adapta una obra clásica de Diderot ya llevaba al cine casi medio siglo atrás. Es la historia de una novicia rebelde, una joven cuya fe no es suficiente para soportar la dureza del convento y el régimen autoritario que en él impera. Ella anhela libertad, justo lo que no tiene. Ni el tema es especialmente apasionante u original ni su director, Guillaume Nicloux, es capaz de darle algún tipo de especia que nos haga más digeribles sus casi dos horas de metraje.

En cuanto a la quebecquesa "Vic+Flo ont vu un ours" (Vic+Flo vieron un oso), sigue el intento de una expresidiaria -Vic- de llevar una vida más tranquila, junto a su novia Flor en una boscosa zona de Canadá, y todo lo que hace ese objetivo complicado, empezando por su agente de libertad condicional y siguiente por sus dos personalidades divergentes. Denis Côté, al contrario que Nicloux, quiere hacerse el original y roza la pedantería, sin que interese su propuesta.