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María Félix: Cien años del nacimiento de la mítica "María Bonita"

María Felix nació y murió tal día como este 8 de abril


María Félix hizo de su celebridad todo un icono de la cultura mexicana del siglo XX. Figura central tanto de la historia del cine mexicano como de la imaginación colectiva que la elevó a la calidad de mito, inspiro a cineastas, pintores y compositores, y fue un icono de lo mexicano durante gran parte de su vida. Este martes se han cumplido cien años de su nacimiento en Alamos, Sonora, el 8 de abril de 1914. Murió en 2002 en la Ciudad de México, curiosamente el mismo día de su 88 cumpleaños. Diversas instituciones la recordarán estos meses.

 

Su nombre real fue María de los Ángeles Félix Güereña, fue hija de Bernardo Félix, descendiente de indios yaqui. Su madre se llamaba Josefina Güereña, de ascendencia española. Tuvo once hermanos. Durante su infancia mantuvo una estrecha relación con su hermano Pablo, tanto que la madre los separó pensando que pudieran envolverse en una relación incestuosa. Con tal objeto, envió a Pablo a una escuela militar. El posterior suicidio del joven se ha atríbuido al hecho de la forzada separación.

Fue coronada reina de la belleza estudiantil. Muy joven aún aceptó en matrimonio a Enrique Álvarez Alatorre, un vendedor de la firma de cosméticos Max Factor (con quien procreó a su único hijo, el también actor Enrique Álvarez Félix), de quien acabaría divorciándose. Viajó luego a Ciudad de México, donde gracias a un encuentro casual con Fernando Palacios pasó a formar parte de la profesión cinematográfica.

Inició su carrera en "El peñón de las Animas" (1942), al lado de Jorge Negrete, quien una década más tarde sería su esposo. Apoyada por una presencia y una belleza de excepción, pronto se convirtió en la estrella mejor pagada del cine mexicano y en un símbolo de la mujer inalcanzable, indomeñable como fuerza de la naturaleza, al lado de los actores más importantes de la Epoca de Oro y bajo las órdenes de varios de los realizadores más talentosos del país. Fue conocida por el sobrenombre de La Doña por su papel en la película "Doña Bárbara", basada en la novela homónima de Rómulo Gallegos, y por el protagónico de Doña Diabla.

En su filmografía destacan cintas como la ya mencionada "Doña Bárbara" (1943), "La mujer sin alma" (1943), "La devoradora" (1946), "La mujer de todos" (1946), "Enamorada" (1946), por la que ganó el Ariel de actuación, "La diosa arrodillada" (1947), "Maclovia" (1948), "Río Escondido" (1947), por la que nuevamente mereció el Ariel de interpretación, "Doña Diabla" (1949), que la hizo acreedora a un Ariel más, "El rapto" (1953) y "Reportaje" (1953).

Después, habría de proseguir en la actuación, prodigando los dones de su presencia y su hermosura legendarias, con intervenciones tanto en México como en producciones extranjeras, hasta su retiro tras filmar "La Generala", en 1970. Presente en la escena nacional permanentemente, pese a su alejamiento del cine, publicó, con un prólogo del historiador Enrique Krauze, un muy atendible volumen de memorias, titulado "Todas mis guerras" (1993), en cuatro tomos de impecable presentación.

Fallecida sin descendientes vivos, su heredero fue su secretario en su última década de vida, Luis Martínez de Anda, quien en lugar de respetar la última voluntad de la diva, que deseaba que su casa de Polanco se convirtiera en museo, vendió ésta y todas sus propiedades. Así, la residencia de "La Doña" por más de 30 años, fue derribada y en su lugar se construyó una torre de apartamentos. Todos los tesoros artísticos que la estrella había acumulado fueron subastados, sin que el estado mexicano moviera un dedo por recuperarlos. Igualmente, Martínez de Anda vendió la espléndida mansión de Cuernavaca que le perteneció, un triste final para los recuerdos de una vida simpar.

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