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Hablamos con Salvador del Solar sobre "El elefante desaparecido" y "Magallanes"

Salvador del Solar
El peruano Salvador del Solar, quien como pocos actores nos transmitió la invalidez masculina ante el atractivo femenino en memorables escenas de "Pantaleón y las visitadoras" junto a Angie Cepeda, estrena esta semana en Colombia, donde ahora reside buena parte del año, "El elefante desaparecido", película de su compatriota Javier Fuentes-León, que ya se vio en Perú el año pasado. La promoción de la cinta coincide con la etapa final de la postproducción de la primera película como director-guionista del propio Del Solar, "Magallanes", que ganó Cine en Construcción en San Sebastián 2014. De ambos temas charlamos en exclusiva con el intérprete-cineasta.

- Háblenos de su detectivesco personaje en "El elefante desaparecido"...
"El elefante desaparecido" es una coproducción peruano-colombiana-española, una historia de misterio, donde un personaje central, un escritor de novelas policiales muy famoso, está atravesando un período de bloqueo como escritor, incluso más que eso, un bloqueo emocional, porque siete años atrás (como sucedió en la vida real en Perú), hubo un terremoto muy fuerte al sur de Lima en el que él perdió a su novia, pero no encontraron el cuerpo después de buscarla en hospitales, dependencias policiales, morgues incluso... Él guarda la esperanza de que ella pueda seguir viva y la gente que lo rodea, intenta hacerle ver que eso es imposible, pero cuando comienza la película, recibe unas pistas muy extrañas, unas fotografías, que cuando se ven de forma independiente no dicen nada, pero cuando las empieza a juntar, va formándose una especie de collage gigante, entonces él cree estar ante la pista que lo llevará a encontrar nuevamente a Celia, su novia.

- ¿Cómo llegó a hacer la película?
Conozco a Javier Fuentes-León de toda la vida, desde la infancia, él es un par de años mayor que yo, pero yo estudié con su hermano en la misma clase en el colegio, entonces nos conocemos de toda la vida. Además, tenemos una similitud en el hecho de que él es médico, y después de terminar Medicina, se dedicó al cine, y yo soy abogado, y después de terminar Derecho me dediqué a la actuación, y cuando lo hice, siendo un poco menor que él, mi referencia era Javier Fuentes. "Te está pasando como al muchacho Fuentes", me decía todo el mundo. Cuando él escribió su primera película, me mostró el guión de "Contracorriente", y luego me llamó para hacer un casting, junto con un gran actor colombiano, y él hizo un casting largo para la selección de sus personajes, y finalmente eligió bien, y no me eligió a mi (se ríe). De todas formas, eso fue por supuesto, un golpe emocional para mi, porque me pareció un guión bellísimo, como luego demostró la cinta, una historia muy bella, y que marchó muy bien como película. Pero la vida me dio una segunda oportunidad con "El elefante desaparecido". Recibí una llamada de Javier, entregándome el guión, y después de mis comentarios sobre la lectura, me dijo: "Esta vez quiero que hagas el personaje, ni siquiera quiero someterte a un casting, el personaje es tuyo", así que fue una gran alegría recibir esa noticia, y luego una alegría mayor ser parte de la película que ya estamos mostrando.

- ¿Cuando filmó esta película, ya había hecho su opera prima tras la cámara, "Magallanes"?
No, eso también es un poco curioso porque a raíz de esta vinculación que existe con Javier de toda la vida, yo ya tenía las fechas para hacer "Magallanes" cuando Javier me dijo, "hagamos la película, estas son las fechas", y entonces yo acepté y cambié el plan de producción de "Magallanes" para poder hacer "El elefante desaparecido" primero. Después de hacerla, me quedé en Perú (estoy viviendo en Colombia desde hace nueve años), para iniciar la preproducción de "Magallanes", y después hacerla. Así que me sirvió mucho, no sólo ser dirigido por Javier, sino observarlo durante todo el proceso de trabajo como director, antes de dirigir mi primera película.

- ¿De qué forma influyó en su proyecto, trabajar con Javier?

Bueno, lo cierto es que siempre le he prestado un poquito de atención a la dirección, pero estando tan próximo a dirigir, en el caso del rodaje de "El elefante desaparecido", estuve completamente atento, y una de las cosas que más me llamó la atención, que puede parecer un elemento no cinematográfico, es el ánimo que un director es capaz de infundir en el resto del equipo y en el ambiente de rodaje. Muchas otras personas pueden colaborar a crear un ánimo que nos predisponga a todos hacia la creatividad, la diversión, y el disfrutar lo que estamos haciendo, pero nadie como el director. Tiene una verdadera capacidad de irradiar ésto como algo verdaderamente significativo, esa disposición, algo que creo que conseguí también en mi propio rodaje; y por otro lado, por supuesto, la cercanía con los actores, haciendo del director alguien que no solamente conduce el trabajo, sino alguien que escucha, que estimula y está esperando que sus actores propongan... creo que fueron dos elementos que fueron muy útiles para mi después de trabajar con Javier.

- ¿Cómo decidió empezar a dirigir?
Me había pasado antes, como actor en teatro, que algunos directores amigos, incluso un director maestro mio me había dicho: "Deberías probar con la dirección, me da la impresión de que es algo que te gustaría y que creo que lo podrías hacer bien", y había tenido sólo una experiencia como asistente de dirección en una obra de teatro, dirigida por Roberto Ángeles en Perú, "El mercader de Venecia" de Shakespeare, y había dirigido un corto muy simple que casi no puede contar como experiencia previa, de lo simple que era. Pero yo no pensaba dirigir "Magallanes", la escribí, también como una experiencia nueva porque no había escrito un guión cinematográfico antes, para un amigo mio director, Aldo Salvini, alguien que ya me había dirigido antes. Cuando ya llevaba cinco años escribiendo el guión, mi esposa Jimena me dijo: "¿Tú de verdad estás calculando esperar otros cinco años antes de dirigir tu primera película? ¿Deberías dirigirla, no?", y creo que esto es algo que crea las grandes parejas, la capacidad hasta de incomodar a uno. Así que me animé a hablar con mi amigo y a preguntarle qué le parecía, ya que somos suficientemente amigos como para planteárselo, y su amistad y su generosidad fueron suficientemente grandes como para decirme: "Por supuesto que sí, pienso que es algo que tendrías que hacer". Así que fue un poquito de costado y un poquito sin habérmelo propuesto.

-Está siendo un trabajo largo, ¿verdad?
Pues imagínate que cuando sacamos las cuentas, al final es un proyecto que lleva nueve años, tampoco es que hayan sido nueve años sentado escribiendo, porque he estado trabajando permanentemente como actor, pero en 2009 tuve la suerte de ganar una de las becas de la Fundación Carolina, así que estuve en Madrid dos meses fantásticos, con dos extraordinarios asesores de guión, rodeado de amigos, y pensando sólo en cine. Después tuvimos la suerte de ganar el premio del Ministerio de Cultura en Perú en 2012, y finalmente pudimos rodar en 2014. De todas formas ésto es muy importante, a mi Martín Salinas, que es un conocido guionista argentino, y que fue uno de mis asesores, me dijo: "Mira, quizás el principal de mis consejos, es que tengas paciencia, y que continúes. Yo llevo veintitantos años como guionista profesional, acabo de adaptar dos novelas mexicanas", me dijo: "Para convertirlas en un mismo guión, y aún llevando décadas como guionista profesional, ésto me ha llevado siete años". "Un buen guión", me dijo, y hasta ahora lo recuerdo, "toma tanto tiempo en escribirse, como una buena novela; aunque sean cien paginitas, es el sumo de un trabajo muy largo". Así que espero que si hay una segunda oportunidad, cosa que la verdad deseo, no dure tanto, pero ahora soy consciente de que no debe durar poco.

- Tengo entendido que cuando comenzó el proyecto, ya tenían una idea aproximada de cuando estrenar.
Claro, al ser una coproducción, y además una coproducción particular, que es algo muy interesante que está empezando a suceder en Perú recientemente, ya que algunas películas que hemos tenido la suerte de recibir el premio del Ministerio de Cultura, hemos tenido la suerte también de recibir el apoyo de privados; por cuestiones netamente contables de los privados, lo que ellos aportan en determinado año, tiene que estrenarse en el mismo año, para que ellos puedan presentar el resultado de sus aportes. Nosotros nos habíamos comprometido a la fecha del estreno, sin saber siquiera que íbamos a ser escogidos para poder participar, y mucho menos ganar el premio; pero lo que sí conversamos con los privados una vez que nos seleccionaron, fue que: "Si algo bueno llegara a pasar, y resulta que ganamos el premio, querríamos saber si tendrían la flexibilidad suficiente para esperarnos, porque entonces la posproducción tendría que ir a España, y no en los tiempos que nosotros podríamos controlar, porque la industria española nos apoya, pero tienen que tener sus propios clientes". Afortunadamente todo salió magníficamente bien, y tuvimos la suerte de ganar, y los inversores fueron muy generosos con nosotros, nos esperaron, y consideraron que recibir el premio había sido una gran noticia para la película, así que creo que fueron inteligentes y flexibles.

-¿Podría explicar cómo de distinta es la película, en comparación a cómo la imaginó?

Digamos que la película tuvo tres versiones muy distintas, con otros protagonistas, otras películas distintas. La versión definitiva, tuvo un recorrido largo, pero la versión con la que yo dije: "Estamos listos para rodar", se transformó para bien durante el rodaje gracias al aporte de los actores y del equipo. El director de arte, Eduardo Camino, llegó con una idea, y me dijo: "He estado pensando que lo que tú pones en el guión así, podría suceder antes, ¿Qué pasaría? Porque si eso pasa antes, ¿Cómo reaccionaría Magallanes?", y uno piensa: "No quiero volver a tocar este guion porque ya son tantos años...", pero creo que tuve la fortuna de sentirme tan bien acompañado que me sentí capaz de seguir con estas ideas; sin contar con los aportes de Daniel Alcázar, con el aporte de Magaly Solier, que durante en una improvisación en el casting hizo algo que tenía que estar en la película, y está; sin contar con lo que podía pasar en el extraordinario proceso de edición, donde el gran Eric Williams me ayudó a ver que todavía se podía contar la historia de otra manera. Así que una de las grandes lecciones que he recibido, es que el cine es, efectivamente, un arte absolutamente multiautoral, y que es un error decir que una película del director, aunque tenga mucho mérito, o nombrar al productor, que también puede corresponder. Eric Williams, el editor, dio una clase magistral en la universidad donde yo estudié, y me invitaron a que lo presentara junto con otros directores que habían trabajado con el; y para mi fue un placer decir que tuve el privilegio de escribir y dirigir "Magallanes", una película de Eric Williams. Creo que es así, con el editor, con el gran Federico Jusid, que ha hecho la música, con Diego Jiménez, extraordinario fotógrafo colombiano... soy parte de un equipo, y me siento feliz de haberme integrado.

- ¿Piensa en repetir como director?
Ahora estoy pasando por la etapa en la cual comienzo a desprenderme ya. Hace apenas dos semanas y algo, he hecho las últimas correcciones en los créditos, y ahora creo que estoy entrando en esa fase como posterior a dar a luz, en la que ya no tengo nada más que hacer con la criatura, y siento que empiezo a tener cierto espacio mental y emocional como para pensar en algo nuevo, tengo muchas ideas en estados embrionarios distintos, pero no he sido capaz, a pesar de haberlo intentando, de verdaderamente dedicarme a ellas sin haber terminado esta fase.

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