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El productor Andrés Santana ("Días contados") preve retirarse después de su siguiente película

Andrés Santana
El productor canario Andrés Santana, responsable de cintas tan conocidas del cine español como "Días contados", "El rey pasmado" o "Secretos del corazón", piensa en retirarse cuando haga realidad un nuevo proyecto, el más ambicioso en su carrera de 45 años, cuyo último trabajo -"Nadie quiere la noche", de Isabel Coixet- finalizó su rodaje el pasado julio, con un elenco internacional encabezado por la francesa Juliette Binoche, el irlandés Gabriel Byrne y la japonesa Rinko Kikuchi. "Tengo un proyecto en mente que llevo años dándole vueltas sobre la conquista de una isla canaria. Lo quisiera hacer, pero sé que será un proyecto difícil. Es una película que tendría un presupuesto estimativo de diez millones de euros, pero voy a intentarlo una vez que termine esta película, porque sé que, probablemente, sea la última que haga", dice Santana.

Como productor, el canario se aproxima a la veintena de títulos, cifra que espera coronar con ese caro y soñado proyecto sobre el que no da mucho más detalles en unas declaraciones al diario tinerfeño La Opinión, donde exhibe su opinión sobre el crítico momento que vive el cine español. "Levantar una película de más de tres millones de euros en estos momentos en el cine español -comenta el productor- solo es posible si coproduces con otros países y la orientas al mercado internacional. En este caso se trata de una coproducción española con Francia y Bulgaria de 6,3 millones de euros, la película más cara de mi carrera. Esto te lleva inevitablemente a que las historias se desarrollen en inglés con actores de reconocimiento mundial".

"En 'Nadie quiere la noche' tuvimos que recurrir a todas la ayudas. Si no, hubiera sido prácticamente imposible realizarla. Me ha costado tres años conseguir que este sueño se convirtiera en realidad. Pero nunca me planteo que las películas tengan que ser rodadas en unos determinados sitios. Más bien es todo lo contrario, son proyectos que me llegan y siento que debo implicarme. En cuanto a la globalización, es verdad que se tiende a un modelo más estereotipado para llegar a un mercado más amplio, pero en mi caso siempre me dejo llevar por los sentimientos, entre otras razones porque la vida es muy corta y no quiero perder el tiempo", agrega.

Como ocurre con la gran mayoría de los productores españoles, la visión de Andrés Santana es negativa sobre el momento que vive la cinematografía española y los últimos movimientos fiscales del Gobierno que han defraudado al sector, que confiaba en un descenso del IVA y un aumento mucho más sustancial en las desgravaciones fiscales para las inversiones privadas. "Desde que trabajo en el cine -comenta Santana-, éste siempre ha estado en crisis, es verdad que unas más graves que otras y a las cuales se les buscaron soluciones con los diferentes gobiernos. Sin embargo, una situación como la que estamos viviendo en estos momentos no la recuerdo, sobre todo por el divorcio total entre el mundo del cine y el Gobierno. Creo que desde la guerra de Irak, este no ha perdonado que los representante de la cultura en general y los del cine en particular se pusieran con una pancarta al frente de las manifestaciones que se produjeron en toda España".

"Si la ley que trata sacar adelante Montoro (El ministro responsable de la política económica) sigue así, los rodajes de más de veinte millones de euros se van a acabar. Y esos son los que generan un movimiento económico que percibe la sociedad. Acabo de llegar de Fuerteventura y he conocido el caso de una empresa de transporte que estaba a punto de quebrar antes del rodaje de 'Exodus', de Ridley Scott. Gracias al rodaje no solo no ha quebrado, sino que ahora se ha recuperado. Eso solo es un ejemplo. El cine es la industria más sana, y siempre aporta beneficios. Trae dinero al lugar donde se ruedan y solo se lleva unas imágenes que publicitan dichos lugares en todo el mundo".

Para el productor español, al actual Ejecutivo "no le interesa ni la Cultura en general, ni el cine en particular. Por un lado, dice que hay que atraer inversores al país, pero, por otro, cuando tienen la oportunidad de tener grandes producciones que vienen con grandes sumas, decide que hay que recortar los beneficios fiscales a estos proyectos para que no vengan. No consigo entenderlo. El cine es una industria cultural que mueve muchísimo dinero, crea infraestructuras nuevas, da trabajo a una infinidad de servicios. Con esa propuesta de limitar la desgravación por película a tres millones de euros están renunciando a esos inversores. Deja espacio solo para las películas medias".

La reciente dimisión de la directora general de Cinematografía no es -en opinión de Andrés Santana– una señal para ser optimista sobre un cambio de rumbo gubernamental: "Tengo muchas dudas, prueba de ello ha sido el empeño que le estaba poniendo la exdirectora general de Cinematografía, Susana de la Sierra, para sacar este año una ley consensuada con las diferentes asociaciones gremiales del sector. Ha tenido que dimitir por su propio honor. Lo que sí sé es que, si no rectifican, el cine español dejará de existir".

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