Por Eduardo Larrocha

El festival andaluz Alcances, ya en su 44 edición, es, sin duda, uno de los más prestigiosos certámenes especializados en el difícil mundo de los cortos y el cada vez más prolífico de los documentales. Sin acudir al certamen en Cádiz, tengo la suerte de haber visto algunos de los trabajos  que se están exhibiendo en distintas secciones. Todos ellos participan de  una cierta sincronía que los relaciona con el paso del tiempo.

A Mercedes Álvarez, Alcances le rinde homenaje. De "Mercado de futuros", su más reciente estreno en salas comerciales,  ya he escrito en NOTICINE.com a propósito de su paso por la Filmoteca española de Madrid. El Festival incluye además la proyección de "El cielo gira". La opera prima de esta cineasta de Aldealseñor (Soria), afincada en Barcelona y profesora de la Escuela de cine de Cataluña, venía marcada por el trazo del tiempo. Dos momentos vitales de la realizadora, dos épocas en la vida de su pueblo.

La fragilidad inabarcable del tiempo y el espacio se traza en "Nostalgia de la luz", el documental de ficción de Patricio Guzmán. El veterano cineasta chileno  nos descubre que la arqueología y la astronomía tienen en común una mirada al pasado entendido como finitud del firmamento. La luz que nos llega de las estrellas y que captan los telescopios es pasado remoto de siglos y milenios. En consecuencia, los astrónomos hacen pura arqueología estelar. En "Nostalgia de la luz" dos grupos humanos coinciden en  el desierto de Atacama: astrónomos que aprovechan su limpio cielo para observar las estrellas y familiares de los desaparecidos de la dictadura de Pinochet, cuyos restos se mantienen por la sequedad del suelo. Esos dos grupos tienen algo a la vez común y contrapuesto, unos buscan la memoria del tiempo los otros son los olvidados del trágico pasado reciente. "Nostalgia de la luz" es un hermoso e impactante documental que Alcances incluye dentro de una retrospectiva de las películas del realizador chileno afincado en Europa.  

"Ultimo retrato",  como cuenta en el programa de Alcances su director, David Varela, se grabó durante un amanecer de invierno en Benarés, y se montó en una noche de insomnio en Madrid con parte del material descartado de un largometraje. De aquella noche en España resurgió un nuevo amanecer en la India, que desde entonces dejó de ser memoria para convertirse sencillamente en una película: un presente eterno sin futuro.

En este punto  enlazamos con la temporalidad que marca la línea entre los cortos y los documentales que conocemos de Alcances.  En "Último retrato" una barca  surca las aguas del Ganges para reflejar, como un espejo insondable, el devenir de un tiempo a la vez eterno y presente. Depositarias de una tradición ancestral, las aguas del río sagrado de la India acogen la vida y abrazan la muerte. Al compás de los remos, el protagonista de este cortometraje intentará capturar lo imposible. La narración de este  documental está construida en espacios en off: mientras el artista se aproxima al objetivo de su viaje, los espectadores escuchamos el rumor y los gritos de la vida que le rodea. Estos diez arriesgados minutos de cine son uno de los argumentos cinematográficos  que David Varela ha construido a partir de sus años en la India, y sus cientos de horas filmadas. De este mismo material nacieron  las dos horas de "Banaras me" que ya se vieron hace dos años en Alcances. Un resumen de este largometraje, junto a varios cortos y mediometrajes- "No men’s children", "Omkareshvar" entre otros- se pueden ver en la página del director madrileño en Vimeo. Recomendables para todos los que aún conservamos el sueño de viajar a la India.

Antes de su paso por Alcances, "Ultimo retrato" ha ganado la mención especial del Festival Timishort de Timosoara en Rumanía, y pudimos verla en  la última edición de Documenta Madrid. Después ha participado en el Festival de Edimburgo y, en Internet, en  el "offlimits" que se celebró en junio.

Alcances 2012  continúa su andadura  hasta el 15 de septiembre.