Al mal tiempo, buena cara: Cannes empieza con el humor de "Moonrise Kingdom"
- por © E.E. (Cannes)-NOTICINE.com
El euro se desploma, el precio de la deuda sube a diario y el paro crece... Pero en la Costa Azul luce el sol, y el Festival de Cannes quiere poner al mal tiempo (económico) buena cara, con sonrisas. En el apartado oficial, las que brindó Wes Anderson con el film inaugural, la comedia "Moonrise Kingdom", buena parte de cuyo estelar elenco vino a aportar su "glamour" hollywoodiense, y de la parte oculta del iceberg, que es el mercado, emergió el almirante general Aladeen, o sea Sacha Baron Cohen, su camello y su guardia personal de modelos de pasarela armadas con kalashnikovs, para robar cámara...
Así, el pistoletazo de salida a la docena de jornadas peliculeras en el evento más importante -y esquizofrénico- del cine internacional se hizo mediante el humor. La sonrisa amable más que la carcajada provoca el nuevo trabajo de Anderson, que acudió al certamen galo acompañado de una nutrida representación del reparto: Bruce Willis, Edward Norton, Bill Murray, Tilda Swinton... Hay mucho más en esta historia que se desarrolla a mediados de los años 60 en una isla de Nueva Inglaterra, sede de un campamento estival de los boyscouts, donde dos preadolescentes incomprendidos, chica y chico, se enamoran y escapan del lugar cuando está a punto de desencadenarse una tormenta meteorológica... y otra humana.
Bajo una apariencia "chic", romántica y juvenil, se ocultan en la sopa "Moonrise Kingdom" algunos tropezones más amargos, de crítica social, que invitan a la reflexión. No es cine de entretenimiento al más usual estilo de Hollywood, porque Anderson, cuya carrera está marcada por proyectos que rozan el disparate y la comedia absurda, con elencos donde nunca faltan las caras muy conocidas, exhibe ese prurito autoral que puede sobrar a algunos, pero sí puede resultar una de las más accesibles de sus obras. Recordemos que antes hizo -con desigual suerte comercial- la animada "El Fantástico Sr. Fox / El fantástico Sr. Zorro", "Viaje a Darjeeling", "Vida acuática con Steve Zissou" o "Los Tenenbaums. Una familia de genios / Los excéntricos Tenenbaums".
El caso es que tras el primer pase de prensa matinal, el "boca a oreja" de la película, expresado ahora más a través del twitter que de del intercambio verbal clásico, fue positivo, y los organizadores pueden estar más que felices de contar con una primera alfombra roja cuajada de rostros conocidos.
No sabemos si la tradicional norma de exigir pajarita en las galas se aplicará al uniformado Sacha Baron Cohen, que colapsó la Croisette, con su séquito "dictatorial". Lleva ya meses el cómico británico exhibiendo su nuevo "alter ego", el del sátrapa oriental que subyuga a su amado pueblo, por su bien, y si montó su personal numerito en los Oscars, no iba a ser menos ahora en Cannes, en el mismo día del estreno comercial de su nueva película, parcialmente filmada en Sevilla.
Baron Cohen, que es posiblemente el único cineasta-actor que pone más carne en el asador que Santiago Segura a la hora de vender sus películas, convocó a los medios ante el carismático hotel Carlton, se subió -no sin dificultades- a un camello, flanqueado por una guardia de modelos en uniforme minifaldero y armadas con fusiles de asalto, antes de continuar el paseo hasta la playa frente al establecimiento. Paramount difundió también unas fotos del almirante general Aladeen en su yate frente a la costa, bailando e intercambiando masajes con protector solar con otra atractiva señorita... y pegando tiros.
"El dictador", mientras está ya desde este mismo miércoles en los cines de Estados Unidos y varios otros países (a España, México, Argentina y otras naciones latinoamericanas no llegará hasta entrado el verano), así que el objetivo de llamar la atención mediática se consiguió, sin importar que el film no esté en ninguna sección del festival.
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Así, el pistoletazo de salida a la docena de jornadas peliculeras en el evento más importante -y esquizofrénico- del cine internacional se hizo mediante el humor. La sonrisa amable más que la carcajada provoca el nuevo trabajo de Anderson, que acudió al certamen galo acompañado de una nutrida representación del reparto: Bruce Willis, Edward Norton, Bill Murray, Tilda Swinton... Hay mucho más en esta historia que se desarrolla a mediados de los años 60 en una isla de Nueva Inglaterra, sede de un campamento estival de los boyscouts, donde dos preadolescentes incomprendidos, chica y chico, se enamoran y escapan del lugar cuando está a punto de desencadenarse una tormenta meteorológica... y otra humana.
Bajo una apariencia "chic", romántica y juvenil, se ocultan en la sopa "Moonrise Kingdom" algunos tropezones más amargos, de crítica social, que invitan a la reflexión. No es cine de entretenimiento al más usual estilo de Hollywood, porque Anderson, cuya carrera está marcada por proyectos que rozan el disparate y la comedia absurda, con elencos donde nunca faltan las caras muy conocidas, exhibe ese prurito autoral que puede sobrar a algunos, pero sí puede resultar una de las más accesibles de sus obras. Recordemos que antes hizo -con desigual suerte comercial- la animada "El Fantástico Sr. Fox / El fantástico Sr. Zorro", "Viaje a Darjeeling", "Vida acuática con Steve Zissou" o "Los Tenenbaums. Una familia de genios / Los excéntricos Tenenbaums".
El caso es que tras el primer pase de prensa matinal, el "boca a oreja" de la película, expresado ahora más a través del twitter que de del intercambio verbal clásico, fue positivo, y los organizadores pueden estar más que felices de contar con una primera alfombra roja cuajada de rostros conocidos.
No sabemos si la tradicional norma de exigir pajarita en las galas se aplicará al uniformado Sacha Baron Cohen, que colapsó la Croisette, con su séquito "dictatorial". Lleva ya meses el cómico británico exhibiendo su nuevo "alter ego", el del sátrapa oriental que subyuga a su amado pueblo, por su bien, y si montó su personal numerito en los Oscars, no iba a ser menos ahora en Cannes, en el mismo día del estreno comercial de su nueva película, parcialmente filmada en Sevilla.
Baron Cohen, que es posiblemente el único cineasta-actor que pone más carne en el asador que Santiago Segura a la hora de vender sus películas, convocó a los medios ante el carismático hotel Carlton, se subió -no sin dificultades- a un camello, flanqueado por una guardia de modelos en uniforme minifaldero y armadas con fusiles de asalto, antes de continuar el paseo hasta la playa frente al establecimiento. Paramount difundió también unas fotos del almirante general Aladeen en su yate frente a la costa, bailando e intercambiando masajes con protector solar con otra atractiva señorita... y pegando tiros.
"El dictador", mientras está ya desde este mismo miércoles en los cines de Estados Unidos y varios otros países (a España, México, Argentina y otras naciones latinoamericanas no llegará hasta entrado el verano), así que el objetivo de llamar la atención mediática se consiguió, sin importar que el film no esté en ninguna sección del festival.
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