Bertolucci: Regreso a la vida... fuera de concurso

por © Cineuropa-NOTICINE.com
Bernardo Bertolucci (Reuters)
"¿La competición? He preferido no participar. Algunos malpensados habrían dicho que la Palma de Oro a la carrera del año pasado no me había bastado". Bernardo Bertolucci dice que ha "vuelto a la vida" tras la depresión por la enfermedad que le ha dejado postrado en una silla de ruedas, mientras se toma un café con la prensa ante la presentación oficial de su nueva película, "Io e te" (Yo y tu), que participó fuera de concurso en el apartado oficial de Cannes. Con ella, el gran maestro italiano dirige de nuevo, nueve años después de "Soñadores", y el resultado es una película -en su opinión- "luminosa, con un lenguaje más esencial y menos barroco que antes", que ha sido bien recibida por la prensa, informa Cineuropa.

Superada la larga depresión causada por la enfermedad paralizante, un libro de Niccolò Ammaniti ha sido la ocasión para rodar una película que necesita tan sólo un decorado: un sotano. Es el lugar donde se refugia el protagonista, Lorenzo (Jacopo Olmo Antinori), de 14 años, para escapar del mundo y de la madre, que cree que está en un viaje escolar. Su tranquilidad lejos del ajetreo familiar se verá interrumpida por la aparición de su hermanastra, drogadicta. "Todos los adolescentes son a su manera problemáticos. Es algo típico de la edad y es algo que me conmueve. Se discute con los padres, se hacen escenas histéricas, como las de la película", dice Bertolucci.

"Lorenzo quiere estar solo pero no puede, porque de repente esta furia se lo lleva por delante", explica en referencia a la hermanastra Olivia. "Ella abre el cerrojo que poco a poco hará que Lorenzo afronte una realidad que siempre ha evitado. Le obliga a sentir emociones". Para el papel de la joven rebelde y drogodependiente, Bertolucci ha elegido a Tea Falco, video-artista y fotógrafa en su primer papel protagonista. "Ha dado mucho al personaje y me gustaba su acento siciliano".

El director ha querido un final distinto al libro. "La fuerza del chico protagonista me ha capturado de inmediato. Ha sido un reto: ¿habría sido capaz de reflejar la complejidad del libro o habría encontrado otra? No soy un ilustrado. Normalmente, cuando adapto un libro, siento la tentación de destriparlo y volverlo a construir. No me gustaba el final y el mismo Ammaniti me ha sugerido que lo quitase. Hemos optado por un final abierto, donde se pueda imaginar el futuro de los chicos".

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