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Después de unos años en los que el Premio Donostia, galardón tradicionalmente concedido a la trayectoria de un actor o actriz, tuvo receptor o receptora únicos, los organizadores quieren subrayar su apuesta por el "glamour" con un tercer nombre a sumar a la cosecha de esta edición (del 21 al 29 de septiembre), en la que también lo recibirán Ewan McGregor y Tommy Lee Jones. Se trata de John Travolta, quien volverá a la capital donostiarra (donde ya estuvo en 1983 con "Staying alive") como parte del elenco de "Salvajes", de Oliver Stone, quien por su parte tendrá otro Donostia, aunque éste especial con motivo del 60 aniversario del certamen.

Dice la organización del festival que su "generosidad" entregando premios (que no es única pero sí rara...) tiene como motivo: "celebrar su 60 edición con la concesión de sus Premios Donostia y Premios Donostia Especial 60 Aniversario a destacadas personalidades del mundo del cine que serán homenajeadas por toda su trayectoria y que se sumarán así a esta celebración especial, de manera que sus nombres queden unidos para siempre al certamen donostiarra".

John Travolta ha pasado de rey del baile hortera en los 70 a encasillado protagonista de comedietas pseudo-infantiles una década después. Rehabilitado luego por Tarantino como peculiar matón a sueldo en "Pulp fiction" en los 90, ha alternado desde entonces éxitos y fracasos, aunque su cotización en este momento está alta y su agenda muy ocupada. Cienciólogo de pro -como Tom Cruise-, enamorado de los aviones y propietario de un Boeing 707 que pilota él mismo, el actor italoamericano, este año en el ojo de un huracán mediático tras varias acusaciones de acoso por parte de masajistas hombres, ha logrado sobrevivir al suceso y a las malas rachas, y reinventarse constantemente.

Nacido en el seno de una familia numerosa en Englewood, Nueva Jersey, el 18 de febrero de 1954, tuvo una temprana vocación artística que combinaba la actuación con la música. Se trasladó a Nueva York, y tras unos inciertos inicios en publicidad y televisión empezó a llamar la atención en películas juveniles de terror, de las que "Carrie" fue la más importante. En 1977 abandonó definitivamente el anonimato gracias a uno de sus tres personajes más emblemáticos, el Tony Manero de "Fiebre del sábado noche" (que le dio su primera candidatura al Oscar), al que seguiría otro musical de culto, "Grease". A principios de los 80, sin embargo, queriendo huir del género, probó suerte con "thrillers" y cintas románticas, como "Cowboy de ciudad" o "Impacto", aunque volvió en busca de notoriedad -sin conseguirla- con una secuela de su primer triunfo, "Staying alive".

Esa década no le fue especialmente propicia, con comedias más o menos románticas que se estrellaron en la taquilla. Parecía haberse encasillado nuevamente a partir de que "Mira quien habla" funcionó bien y de la mano del taxista italo-americano convertido en "niñero" James Ubriacco hizo otras dos secuelas. Quentin Tarantino le sacó del marasmo complaciente y blando con un personaje elaborado y carismático, el asesino a sueldo y yonqui Vincent Vega en "Pulp fiction" (segunda nominación al Oscar).

Desde entonces -1994- hasta ahora, su obsesión ha sido cambiar de registro, evitar que se le asocie con un tipo determinado de papel, y así no ha dudado en ser malo muy malo en films como "Broken Arrow: alarma nuclear", "Cara a cara" o "Campo de batalla la tierra", héroe, padre preocupado, gobernador mujeriego, poseedor de poderes paranormales... Esa misma variedad alcanzaba a los resultados económicos de sus cintas. En esos años, que no empezaron precisamente bien por su manía de llevar al cine una novela del fundador de su secta, la Iglesia de la Cienciología, "Campo de batalla la tierra", que aparte de fracasar en taquilla le hizo acreedor al título de peor actor del año, las cosas no le van demasiado bien, pero él sigue en la brecha, cobrando suculentos sueldos para dar de "beber" a sus aviones y sin que -como hace años- le falte trabajo.

En esta última década ha hecho de mujer en "Hairspray / Suéltate el pelo", secuestrado un metro en "Asalto al tren Pelham 1 2 3 / Rescate del metro 123", montado en moto en "Cerdos salvajes con un par... de ruedas / Rebeldes con causa" o puesto la capital francesa patas arriba en "Desde París con amor / París en la mira", por sólo citar algunos títulos. Y ahora vuelve a cambiar de registro para ser un agente no especialmente virtuoso en "Salvajes".

Le entregarán el Donostia el día 23 en los cubos del Kursaal.