Hablamos en Málaga con Rodrigo García Sáiz sobre su opera prima, "Lluvia"

por © Julio Borrero (Málaga)-NOTICINE.com
Rodrigo García Sáiz
Rodrigo García Sáiz
Un elenco de destacados actores mexicanos -encabezados por Bruno Bichir, Cecilia Suárez, Arcelia Ramírez, Tiaré Scanda, Dolores Heredia y Mauricio Isaac- protagoniza el film coral "Lluvia", opera prima del director Rodrigo García Sáiz, egresado del CUEC y con estudios en la EICTV cubana y la New York University, que tras pasar por Morelia ahora compite en Málaga. NOTICINE.com habló con el cineasta, previamente experimentado en el campo de la publicidad.

- ¿Qué le parece Málaga? Aquí no llueve.
Bueno, yo traje la lluvia (risas). Ayer llovió y vi uno de los arcoiris más hermosos que he visto en mucho tiempo. La ciudad me parece fantástica. No puedo estar más agradecido con el festival. La ciudad se vuelca con el cine, es un pueblo muy alegre. La gente se ha portado divina con todos nosotros y yo ya me llevé el palmarés en el corazón porque estar en este festival es un orgullo y un gran premio.

- Es su primer largometraje. ¿Cómo ha sido la experiencia?
Mi formación es cinematográfica y por azares del destino la vida me llevó a la publicidad, donde he tenido la suerte de tener una carrera bastante prolífica, en el sentido de que he podido filmar en muchas partes del mundo, y me ha dado muchas herramientas para seguir construyendo cinematográficamente. Es mi primera película y ha sido un viaje, como dicen los americanos, de "roller coaster", con subidas, bajadas, vencer inseguridades, saltar al vacío... pero tuvo una magia muy particular porque estuve rodeado de muchísimo amor, gente que se dejó el corazón ahí... Fue una película muy compleja para la producción: nueve semanas de noche, con lluvia... era un monstruo difícil de mover, pero realmente estoy orgulloso del resultado final y sobre todo de mis colaboradores; empezando por el reparto, que es fantástico, de actores con mucha experiencia, y de actores naturales que era la primera vez que le ponían una cámara delante. Ha sido mágico. Me llevo una cantidad de aprendizajes de esta experiencia para toda la vida. Es una sensación muy rara, porque cuando uno es director sueña con contar las historias y ver qué sucede en la gente, y tener esa oportunidad en un festival donde hay espectadores comunes y también hay prensa y críticos y todos es muy mágico.



- ¿Esto le anima a aventurarse en el mundo del largometraje?
Estoy por rodar una nueva película en verano. Muy distinta, básicamente de dos personajes: un perro y un humano. La voy a rodar en México, y también sueño con la posibilidad de filmar en España algún día.

- ¿Cómo ha integrado su experiencia en publicidad en lo que es el largometraje?
Desde que empecé a trabajar en publicidad, me tomaba cada anuncio como si fuese una pequeña película, y tiene la bondad de que en muchos casos hay recursos que te permiten desarrollar ese músculo que es filmar: estás constantemente a prueba, tienes que resolver situaciones de manera muy eficaz... y te da ese tipo de cosas que, al filmar un largometraje, aunque el objetivo es completamente diferente, las herramientas fílmicas y el oficio es muy parecido. Hoy me han dicho que no parece que sea mi primera película de ficción. Pero con cada peliculita comercial y de publicidad que haces cuentas una historia, te enfrentas a la cámara, a un set... Le estoy muy agradecido a la publicidad, no reniego. Es otro formato totalmente distinto a la ficción pero es una herramienta increíble.

- Ha trabajado con un guion de Paula Markovitch, pero ¿qué ha aportado usted?
Paula fue muy generosa porque esta historia la escribió ella. Es argentina y vive en México desde hace muchos años, y este guion lo tenía escrito desde hace mucho tiempo; era su tesoro. Fue muy generosa al compartirlo. Cuando lo escribió, estaba pensando en Buenos Aires. Entonces, no existía el elemento de la lluvia ni muchos personajes que salen en la película final. Ella me dio carta abierta con todo el amor y la generosidad y esta película la hice mía. Lo que vemos en pantalla está basado en su historia pero con mi corazón.

- Desde el Festival de Morelia, ¿cómo ha cambiado la película?
Sí, es rarísimo, porque empiezas a evolucionar como persona. Ya no soy el mismo que cuando la hicimos. Vas cambiando, te acuerdas de cosas que ya habías olvidado... también abres heridas y les echas limón: secuencias que odias y que sólo las odias tú, porque el espectador no se da cuenta... Es algo muy mágico. Es un proceso interesante llegar hasta aquí porque es la culminación para poder soltar y que la película vuele y hable por sí sola.

- Le quería preguntar también por el equilibrio actoral en tu película.
Cuando haces una película coral, siempre te persigue el fantasma de que la gente conecte más con una persona que con otra, y siento que a la hora de fragmentar las historias como lo hicimos logramos que los protagonistas fueran todos. Porque cada personaje es como una gota de lluvia, y al abrir el abanico y ver el rompecabezas, ves la película entera.

- Compite por las Biznagas, ¿se ve con posibilidades?
Nunca me gusta pensar en nada de eso porque el hecho de poder compartirla con la gente y formar parte del festival y haber tenido la oportunidad de que me escojan para la selección oficial ya es un palmarés gigante. Veo un trabajo excelente, películas fantásticas, directores con mucha experiencia, directores noveles... Es un festival muy completo.

- Y ¿qué películas le han gustado?
No he visto todas las que quisiera, pero la de David Trueba ("El hombre bueno") me conmovió mucho. Y vi "Tratamos demasiado bien a las mujeres" (Clara Bilbao). Me pareció fantástica, eso me gusta mucho del festival; en la mayoría de festivales es raro ver comedia. No es un género que usualmente aporte, y es una comedia de un tono muy fársico, muy linda, muy bien realizada, con espléndidos actores... Tiene un reparto español soñado, y me sorprendió mucho porque iba con una expectativa totalmente distinta. Luego vi una película uruguaya-argentina llamada "Los terrenos" (Verónica Chen), que también me pareció muy interesante. Es un thriller con un corte muy feminista. Hay tanto que ver que es inagotable. Llegas a una sala y al mismo tiempo están pasando otras películas que todas valdría la pena ver.

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