Habla Sergio Mazza, director del primer film argentino en competencia en Mar del Plata

por © E. Obregon/EscribiendoCine-NOTICINE.com
Belén Blanco es María en 'Graba'
Belén Blanco es María en 'Graba'
El argentino Sergio Mazza, realizador de "El amarillo" (2006) y "Gallero" (2008), presentó "Graba" (2011), en el arranque de la competencia internacional del Festival de Mar del Plata.  La película, que tuvo su estreno mundial en el certamen, refleja un momento de crisis en la vida de María, interpretada por Belén Blanco, emigrante que reside en Francia y le alquila una habitación a un pintor francés recientemente separado.

"Graba" es una película que bien podría pensarse como un realismo intimista, un relato en donde el ambiente gris y plomizo dice mucho acerca del estado de María (Blanco).  Desde el comienzo, esta joven parece sentir mucho más de lo que dice.  Y, a cuentagotas, llegará la información que le proporciona a Jérôme (Antoine Raux), el francés al que le alquilará un cuarto.

Si bien el film adquiere, minuto a minuto, cierto despojamiento que enfatiza el carácter subjetivista, lo social no queda para nada marginado.  Concretamente, a través de la problemática emigratoria en uno de los países que mayores restricciones presenta en torno a esta cuestión.

"Es muy difícil hablar de la película sin desvelarla.  El origen de esto son las semanas posteriores a un hecho traumático.  Las cuatro semanas posteriores, ¿qué hace esta chica, cómo está, cómo lo digirió, cómo lo vive?  Y cómo está en Francia, precisamente. Una realidad completamente diferente", dice Massa, en diálogo con EscribiendoCine.

- Francia aparece alejada de la postal, y muy fundida en la interioridad de María (Belén Blanco). Una Francia gris, aletargada.  ¿Cómo trabajó sobre los espacios?
A diferencia de los demás rodajes que tuve, no se podía filmar en días soleados. Necesitábamos un cielo plomizo, teníamos todo preparado para rodar con cielo plomizo. Necesitaba algo de gravedad, algo que "caiga". Trabajé la caída desde la ropa de ella, un cielo oprimiéndola.  Trabajé la caída de su cuerpo, el peso de la mochila, algo muy cargado.  Ella quiso escapar de algo y eso lo llevó en la espalda.  Es lo que lleva grabado.

- ¿Cómo seleccionó a Belén y al actor francés?

A Belén la busqué de una.  Me pasaron el teléfono, la llamé a la casa, le dije "hola, soy Sergio", ella dijo "no te conozco" y yo le respondí "yo tampoco". Le comenté que era director, que quería conocerla y le propuse tomar un café. Ella me dijo que nos juntáramos y a partir de ese día fue incondicional. Estuvo los dos años que llevó el proyecto apoyándonos. El actor francés es periodista, no es actor.  Hice una búsqueda global de franceses, apareció él y me gustó.

- ¿Cómo fue el trabajo con Belén para llegar al personaje?
Comencé por el cuerpo, como primera medida.  Pasé cuatro días trabajando sobre su cuerpo, sin darle otros detalles. Cómo debía dar los pasos, cómo debía mover los brazos…  En determinado momento me dijo, "claro, esta mina está hecha mierda". Y ahí lo empezó a sentir en el cuerpo.

- ¿Fue difícil encontrar financiación?
Es una película particular, porque si bien contamos con todo el apoyo del Instituto Nacional de Cine (sin ese apoyo no se podría haber filmado) tuvimos la mala suerte de no recibir un crédito.  Esta película salió sin crédito. Estaba aprobada pero sin crédito.  La productora tuvo que afrontar el cien por ciento de los gastos.  En ese sentido, el INCAA nos abrió las puertas y nos ayudó muchísimo.  Y todos los que trabajaron en la película.  Sin la gente de la cooperativa no se podría haber filmado. Yo les dije que iban a cobrar en seis meses y decidieron apoyarme. Hubo mucho esfuerzo por parte de todos.

- La película aborda una zona recurrente, tal vez por la actual política de inmigración que sostiene el gobierno francés. ¿Se documentó al respecto?

Sí, intenté ser lo más realista posible.  Averiguamos cómo es el trámite inmigratorio, los papeles que piden, cómo te informan…  Para que sea lo más verosímil posible.

- El vínculo del personaje de Belén con el francés es primero distante y luego muy sexual, en un esquema que la deja en cierta zona de sometimiento.
Los dos están pasando por una crisis importante.  Eso es lo que pueden hacer, no pueden hacer más que eso. No es momento de juzgarlos.  Los dos sufrieron pérdidas. Se acompañan de esa manera: carnal. Lo que ocurre es que lo carnal tiene que ver con la paternidad.  Hay como una construcción.  Sin carnalidad no hay paternidad.

- Como una incidencia sobre el origen.
Claro, ¿pero cuál es el origen?  No todo es un polvo romántico, es algo mecánico. Yo pongo un polvo como ese y nadie se imagina un hijo, suele imaginarse de una forma más idílica, como un acto sexual con la música de Whitney Houston.

- La película tiene una estética distinta a sus anteriores films.
No creo que ninguna se parezca a la otra. Todas están regidas por construcciones plásticas, yo provengo de las artes plásticas.  Y puedo citar a la perfección bajo qué escuela, poética o estética me apoyé para realizar cada una. "Gallero" es una película geométrica, equilibrada, hecha con trípode.  Una composición más bien "de Da Vinci". "El amarillo" es más expresionista, hecha con cámara en mano. Se parece más a "Graba", si bien "El amarillo" está filmada en el campo.

- Tras la primera proyección, ¿cómo vivió la recepción de "Graba"?

No lo sé…  Si me lo preguntás en dos días te lo puedo decir.  Hoy, no sé. Han salido padres llorando, diciendo "mi hija está en España". Y se imaginaban a su hija pasando por todo eso. Y posiblemente no,  posiblemente esté bien.  Pero vieron reflejada a su hija en el personaje de Belén Blanco. Es difícil ver ahora qué es lo que pasó, tiene que pasar más tiempo.  Creo que, a grandes rasgos, es una de esas películas que decantan en un tiempo.  Me parece que está bueno mirarla, irse a comer, y ahí terminarán de acomodarse las fichas.

Escena erótica de 'Graba'

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