Festival de cine francés en Cuba: la recta final
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Por Frank Padrón
Casi un mes en varias salas –casi siempre llenas- incluyendo provincias del interior, es sin dudas un buen averaje para el Festival de cine francés, que en su 15 edición ha mantenido su condición de evento favorito –con la cita latinoamericana de diciembre- entre los cinéfilos del país. Antes de aventurar un posible resumen, vayamos a los últimos filmes apreciados: Como habíamos ya señalado, el Festival muestra un rostro multicultural y multiétnico que con mucho trasciende los esplendores parisinos para enfrentar y proyectar realidades y temas relacionados, por supuesto, con la región gala, pero que van mucho más allá.
"Los nombre del amor" (2010), por ejemplo, una comedia de Michel Leclerc discursa justamente sobre ello: los ancestros, las hibridaciones, las contaminaciones (en todos los sentidos) que han derivado justamente en la diversidad que condimenta las culturas y las identidades, Francia entre ellas; la pareja del filme tiene progenitores respectivamente argelino y judío, pero no tiene como misión el realizador averiguar (tampoco nosotros) si por ello se trata de seres tan diametralmente opuestos en sus caracteres; de cualquier manera, las etiquetas, los compartimentos y las nominaciones –en tal sentido, resulta mucho más acertado el título original: "Le nom des gens" (El nombre de la gente)- son los que parecen estar en la diana de Leclerc, quien se burla hábil y eficazmente de las tendencias políticas y (de modo aun más general) los dogmas, barreras y encasillamientos con que la sociedad persiste en encerrarlo (y asfixiarlo) prácticamente todo, hasta que esa gran fuerza que es el amor logra hacer saltar aquellos en pedazos. Guión ingenioso, puesta divertida y aguda, sobresalen también los desempeños de Sara Forestier y Jacques Gamblin, en primer término.
Literalmente fuera de Francia –la cual es coproductora- centra su interés temático el documental "Nostalgia de la luz" (2010) del célebre cineasta chileno patricio Guzmán ("La batalla de Chile") quien aquí establece una rara, pero coherente relación entre las estrellas, los planetas y los mundos de lo alto y los tan terrenales donde reposan restos de seres humanos que van desde exploradores e indígenas hasta desaparecidos con la dictadura de Pinochet; mientras los astrólogos buscan en lo ignoto, mujeres de ésas víctimas remueven la tierra procurando algún resto de sus seres queridos.
Bellamente fotografiado por Katell Dijan, con una edición cuidadosa del propio director junto a Enmanuelle Joly, más una sugestiva música de Miranda y Tobar, el filme destierra sensacionalismos y autocompasión histórica para ser lo más objetivo y desapasionado posible, gracias a lo cual consigue no solo un favorable efecto estético (acaso le vienen sobrando ciertos comentarios in off del narrador, el propio Guzmán) sino una reflexión seria y detenida por parte del espectador, sobre todo latinoamericano.
Otra de tema histórico es "Korkoro" (Libertad, 2009) de Tony Gatlif, la cual documenta desde la ficción el acoso a y exterminio de un pueblo gitano durante la ocupación nazi en Francia en medio de la segunda Guerra Mundial; historia hermosamente contada, enfatiza en las costumbres de ese grupo y la relación peculiar con un ñiño lugareño mientras acerca también singulares individualidades y nexos entre franceses y gitanos.
Casi todo se había visto en el homenaje a Isabelle Huppert, a pesar de la cual no pocos repitieron (o descubrieron) algunos de los hitos pasados y recientes de su fructífera carrera; tan fría y calculada como la mayoría de sus personajes, renuente a fotos, la actriz en persona, durante su breve pero intensa visita, acudió a no pocas salas donde se exhibían algunos de sus films o de sus colegas, y eso sí: fue generosa respecto a la cantidad de preguntas que muchos de nosotros le hicimos durante sus encuentros con la prensa.
Una de las novedades resultó un título donde, aun siendo actriz de reparto, brilló como siempre: "Los destinos sentimentales" (2000), de Oliver Assayas (Oscar) , protagonizado por Emmanuelle Béart. En la Francia de posguerra –poco después de 1914- la relación de un pastor divorciado y una joven liberal permite acudir al avance (y la presión) del protestantismo y las dinastías industriales , a una de las cuales pertenece aquel tras abandonar su carrera religiosa.
Maestro en captar dilemáticos contextos histórico-políticos, Assayas interrelaciona notablemente el marco en que se mueve la pareja protagónica (así como otros personajes directamente relacionados con ella) y los avatares de su pasión; el resultado es una cinta que brilla además, por la exquisita reconstrucción epocal, la ambientación y las actuaciones (además de Béart y Huppert, Charles Berling como el implacable presbítero devenido capitalista despiadado, aunque personalmente frágil).
Una comedia sirvió de cierre: "Juntos es demasiado" (2009), escrita y dirigida por una fémina, Léa Fazer: encontronazos generacionales y de género, nostalgias de los 60 y réplicas a las mismas, líos conyugales y familiares, diversidad sexual, problemas de viviendas y espacios violentados…todo eso y más confluye en esta hilarante cinta que descuella por un brillante guión, armado sobre la base de ingeniosas frases y gags muy bien insertados, con una dinámica que apenas deja margen al espectador para reflexionar en ellos, y que, restando algunos en realidad fallidos (los lugares comunes del perro inteligente o colisiones físicas mal avenidas con una comedia edificada esencialmente sobre lo verbal) arma una muy divertida propuesta, donde brilla una vez más la carismática Nathalie Baye, a quien, afortunadamente, le ha dado últimamente por este género, aunque no quedan nada detrás sus eficaces colegas (Pierre Arditi, Jacelyn Quivrin, Aissa Maiga…)
El festival de cine francés en la Habana (y adláteres) arribó a sus dorados 15 con un convincente programa donde la variedad –en todo sentido-y sobre todo la generalizada calidad, llevó masivamente, una vez más, al público a las salas; esperemos que el próximo encuentro con una cinematografía de indudable perfil alto en los momentos actuales (Muestra dentro del festival latinoamericano) prosiga esta plausible tendencia.
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Casi un mes en varias salas –casi siempre llenas- incluyendo provincias del interior, es sin dudas un buen averaje para el Festival de cine francés, que en su 15 edición ha mantenido su condición de evento favorito –con la cita latinoamericana de diciembre- entre los cinéfilos del país. Antes de aventurar un posible resumen, vayamos a los últimos filmes apreciados: Como habíamos ya señalado, el Festival muestra un rostro multicultural y multiétnico que con mucho trasciende los esplendores parisinos para enfrentar y proyectar realidades y temas relacionados, por supuesto, con la región gala, pero que van mucho más allá.
"Los nombre del amor" (2010), por ejemplo, una comedia de Michel Leclerc discursa justamente sobre ello: los ancestros, las hibridaciones, las contaminaciones (en todos los sentidos) que han derivado justamente en la diversidad que condimenta las culturas y las identidades, Francia entre ellas; la pareja del filme tiene progenitores respectivamente argelino y judío, pero no tiene como misión el realizador averiguar (tampoco nosotros) si por ello se trata de seres tan diametralmente opuestos en sus caracteres; de cualquier manera, las etiquetas, los compartimentos y las nominaciones –en tal sentido, resulta mucho más acertado el título original: "Le nom des gens" (El nombre de la gente)- son los que parecen estar en la diana de Leclerc, quien se burla hábil y eficazmente de las tendencias políticas y (de modo aun más general) los dogmas, barreras y encasillamientos con que la sociedad persiste en encerrarlo (y asfixiarlo) prácticamente todo, hasta que esa gran fuerza que es el amor logra hacer saltar aquellos en pedazos. Guión ingenioso, puesta divertida y aguda, sobresalen también los desempeños de Sara Forestier y Jacques Gamblin, en primer término.
Literalmente fuera de Francia –la cual es coproductora- centra su interés temático el documental "Nostalgia de la luz" (2010) del célebre cineasta chileno patricio Guzmán ("La batalla de Chile") quien aquí establece una rara, pero coherente relación entre las estrellas, los planetas y los mundos de lo alto y los tan terrenales donde reposan restos de seres humanos que van desde exploradores e indígenas hasta desaparecidos con la dictadura de Pinochet; mientras los astrólogos buscan en lo ignoto, mujeres de ésas víctimas remueven la tierra procurando algún resto de sus seres queridos.
Bellamente fotografiado por Katell Dijan, con una edición cuidadosa del propio director junto a Enmanuelle Joly, más una sugestiva música de Miranda y Tobar, el filme destierra sensacionalismos y autocompasión histórica para ser lo más objetivo y desapasionado posible, gracias a lo cual consigue no solo un favorable efecto estético (acaso le vienen sobrando ciertos comentarios in off del narrador, el propio Guzmán) sino una reflexión seria y detenida por parte del espectador, sobre todo latinoamericano.
Otra de tema histórico es "Korkoro" (Libertad, 2009) de Tony Gatlif, la cual documenta desde la ficción el acoso a y exterminio de un pueblo gitano durante la ocupación nazi en Francia en medio de la segunda Guerra Mundial; historia hermosamente contada, enfatiza en las costumbres de ese grupo y la relación peculiar con un ñiño lugareño mientras acerca también singulares individualidades y nexos entre franceses y gitanos.
Casi todo se había visto en el homenaje a Isabelle Huppert, a pesar de la cual no pocos repitieron (o descubrieron) algunos de los hitos pasados y recientes de su fructífera carrera; tan fría y calculada como la mayoría de sus personajes, renuente a fotos, la actriz en persona, durante su breve pero intensa visita, acudió a no pocas salas donde se exhibían algunos de sus films o de sus colegas, y eso sí: fue generosa respecto a la cantidad de preguntas que muchos de nosotros le hicimos durante sus encuentros con la prensa.
Una de las novedades resultó un título donde, aun siendo actriz de reparto, brilló como siempre: "Los destinos sentimentales" (2000), de Oliver Assayas (Oscar) , protagonizado por Emmanuelle Béart. En la Francia de posguerra –poco después de 1914- la relación de un pastor divorciado y una joven liberal permite acudir al avance (y la presión) del protestantismo y las dinastías industriales , a una de las cuales pertenece aquel tras abandonar su carrera religiosa.
Maestro en captar dilemáticos contextos histórico-políticos, Assayas interrelaciona notablemente el marco en que se mueve la pareja protagónica (así como otros personajes directamente relacionados con ella) y los avatares de su pasión; el resultado es una cinta que brilla además, por la exquisita reconstrucción epocal, la ambientación y las actuaciones (además de Béart y Huppert, Charles Berling como el implacable presbítero devenido capitalista despiadado, aunque personalmente frágil).
Una comedia sirvió de cierre: "Juntos es demasiado" (2009), escrita y dirigida por una fémina, Léa Fazer: encontronazos generacionales y de género, nostalgias de los 60 y réplicas a las mismas, líos conyugales y familiares, diversidad sexual, problemas de viviendas y espacios violentados…todo eso y más confluye en esta hilarante cinta que descuella por un brillante guión, armado sobre la base de ingeniosas frases y gags muy bien insertados, con una dinámica que apenas deja margen al espectador para reflexionar en ellos, y que, restando algunos en realidad fallidos (los lugares comunes del perro inteligente o colisiones físicas mal avenidas con una comedia edificada esencialmente sobre lo verbal) arma una muy divertida propuesta, donde brilla una vez más la carismática Nathalie Baye, a quien, afortunadamente, le ha dado últimamente por este género, aunque no quedan nada detrás sus eficaces colegas (Pierre Arditi, Jacelyn Quivrin, Aissa Maiga…)
El festival de cine francés en la Habana (y adláteres) arribó a sus dorados 15 con un convincente programa donde la variedad –en todo sentido-y sobre todo la generalizada calidad, llevó masivamente, una vez más, al público a las salas; esperemos que el próximo encuentro con una cinematografía de indudable perfil alto en los momentos actuales (Muestra dentro del festival latinoamericano) prosiga esta plausible tendencia.
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