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Con la proyección a concurso de la cinta de Mira Nair "The reluctant fundamentalist" (El fundamentalista a su pesar), basada en una novela de Mohsin Ahmid, y protagonizada por Mohsin Ahmid, Liev Schreiber, Kate Hudson y Kiefer Sutherland, arrancó con algunos aplausos pero general división de opiniones este miércoles la 69 edición de la Mostra de Venecia. Schreiber y Hudson pusieron la nota de color estelar al evento, marcado este año por la austeridad y sin presencia significativa del cine latinoamericano o español.

Con más buena voluntad que resultados, la india afincada en Nueva York Mira Nair, de ecléctiva e irregular carrera, y con la previa experiencia de haber ganado aquí el León de Oro con "La boda del Monzón", precisamente unos días antes de que los aviones tumbaran las Torres Gemelas, pretende retratar el efecto que en la opinión pública occidental, y especialmente estadounidense tuvieron aquellos atentados de septiembre de 2001, y las reacciones xenófobas y paranoicas ante todo lo que parezca musulmán.  

El protagonista de la cinta es un joven y ambicioso licenciado pakistaní formado en EEUU, que tras ser contratado por una firma de Wall Street y saborear las mieles de la "American way of life" se convierte en víctima rencorosa del cambio de actitud de la sociedad estadounidense. Vendida como "thriller", "The reluctant fundamentalist" cede al exceso de diálogos, aunque algunos sean razonablemente inteligentes, y sufre del recurrente uso del "flashback" para explicar la evolución vital del protagonista, que -no olvidemos que la película está producida esencialmente para un público occidental- está acompañado por un periodista norteamericano que conoce en Pakistán a donde a tenido que regresar tras ser repudiado por esa sociedad a que soñaba en pertenecer.

Rica en clichés, la película de Mira Nair, según dijo en rueda de prensa, pretende denunciar "el cisma que todos sabemos ha surgido entre Oriente y Occidente en la última década y el muro que entre nosotros se ha alzado. He querido de alguna manera reestablecer un diálogo, más allá de los estereotipos, de la miopía y de la ignorancia".

La elección de la película, realizada como coproducción entre Qatar, Estados Unidos y Gran Bretaña, no es valadí, y ha pretendido ejemplarizar cierto cambio de rumbo alejado del "colorín". Esta edición del certamen italiano, decano de los festivales del mundo, estrena nuevo director, Alberto Barbera, quien recupera el cargo tras ocho años bajo el dominio de Marco Müller, y con la experiencia previa de haberlo supervisado entre 1998 y 2002.

De momento, en esta versión 69 (en la que por cierto y haciendo honor a la cifra el erotismo estará bastante presente) se echarán de menos dos elementos: el cine iberoamericano y las estrellas. Ninguna película en español en competencia (por segundo año consecutivo), y un recorte general de producciones participantes y de invitados, especialmente estadounidenses. La fórmula que en el pasado se demostró exitosa en cuanto a difusión: cine de autores consagrados a concurso y un apartado informativo de atractivos lanzamientos hollywoodienses con rostros populares que a diario hacían las delicias de televisiones y paparazzis, pasó a la historia.

Barbera, en declaraciones a la agencia italiana ANSA, da fe de su estilo austero y enemigo -en principio- de lo "glamouroso" como sinónimo del ambiente festivalero. "Considero perverso que los medios de comunicación hablen solo del vestido que lucirá la maestra de ceremonias (este año la actriz polaca Kasia Smuitniak) durante la ceremonia de apertura", y añadió que él prefiere no elegir películas por el elenco, para que luego "caigan bajo el fuego negativo de la crítica".

Italia sufre una crisis económica importante, acompañado por recortes sociales, desempleo y sueldos a la baja, de manera que la sobriedad o austeridad será lo que prime este año. En cualquier caso, el festival italiano brindará 60 estrenos mundiales desde este miércoles y hasta el 8 de septiembre, cuando el jurado que preside el cineasta estadounidenses Michael Mann y del que forma parte el argentino Pablo Trapero dé a conocer sus Leones de Oro y Plata y las Copas Volpi de interpretación.