Cristian Mungiu en Gijón: "Nuestro cine es realista y no hace trampas"

por © Jon Apaolaza (Gijón)-NOTICINE.com
Mungiu
El cineasta Cristian Mungiu, cabeza visible del nuevo cine rumano, considera que sus películas son fieles a la realidad, a una realidad que no carece de tiempos muertos y en la que las elipsis son deseos incumplidos. El autor del film ganador de los premios al mejor guión e interpretaciones femeninas (exaequo) en el último Cannes, "Dupa dealuri" (Más allá de las colinas) visita el Festival de Gijón, cuya 50 edición ha abierto este pasado viernes noche su historia de amistad femenina e intolerancia religiosa.

Mungiu parece erigirse como abanderado de un nuevo "Dogma 95", que rechaza la música y sobre todo el montaje. Prefiere los planos secuencias, aunque confiesa que es algo mucho más difícil de hacer. "Tengo la necesidad de ser honesto y no emplear los trucos tradicionales del cine, para despertar la atención o contar las historias sin tiempos muertos. Los directores suelen emplear recursos para engañar y manipular, y en ocasiones se abusa de ellos, pero en la nueva ola rumana tenemos otra opción: contar la historia directamente y sin manipular", afirma en charla con los medios presentes en el certamen asturiano este sábado.

"En la realidad -prosigue su argumentación- no hay montaje. Hay que vivir todos los momentos, nos gusten o no. En el cine se da un elemento que no existe en otras artes, el tiempo. El cine es el único capaz de reflejar el paso del tiempo, y a mi me gusta hacerlo mejor tal y como sucede, no eliminar lo superfluo y dejar solo los hitos. No creemos en esos cortes, ni tampoco la música que te diga cuando sentir emociones".

Mungiu reniega de la idea de que es así más fácil, que basta con poner la cámara ante los actores y rodar: "Lo que hacemos no es improvisación, en esos planos secuencia hay mucho ensayo y coreografía, para que podamos seguir a los actores. Para mí es una sinceridad que tiene que ver con la forma de rodar, y transmitir al espectador una historia real sin trampa ni cartón. Es un esfuerzo enorme reflejar la realidad tal y como sucede, pero es también una declaración de intenciones, no sólo momentos trascendentales".

Ello se traduce, como ocurre con "Más allá de las colinas", en una película de dos horas y media, que pudieron ser tres, porque decidió dejar lo que califica de "no imprescindible" para la edición en DVD o Blu-ray. "La duración larga -explica- es relativa. Todo depende de con qué la comparemos. Si lo hacemos en relación con la capacidad de atención, es duro, lo reconozco. Pero hay gente que ve un partido de fútbol con prórroga que dura mas de dos horas. Yo planteo un reto y eso puede no ser fácil. Necesito contar un relato y necesito tiempo. En este caso era preciso contar algo más que la trama principal, lo que está detrás, cómo es la comunidad en la que sucede todo. Hay mucha información que quiero transmitir".

Preguntado por NOTICINE.com sobre su preferencia por los personajes femeninos, que destacan en sus dos películas más difundidas, esta "Más allá de las colinas" y "4 meses, 3 semanas, 2 días", Mungiu sostiene que lo que le interesa es la naturaleza humana por encima de todo. "Yo empiezo a trabajar siempre sobre la historia más que sobre los personajes. No decido de antemano si tendré protagonistas mujeres u hombres. Me gusta hablar de lo que no funciona en nuestro mundo, y en esta sociedad las mujeres son más a menudo seres frágiles y se convierten en victimas de su entorno. Pero para mí no es una cuestión de género, sino de la naturaleza humana. Es mi objetivo, intentar entender la naturaleza del ser humano", dice.

Sin demasiada amargura, al menos en apariencia, el cineasta rumano describe una situación poco halagüeña para sus películas y el cine nacional en general dentro de su país: "Me siento muy feliz aquí en Gijón porque el festival permite que durante una semana el cine sea el protagonista de la vida ciudadana, y se habla y se discute y se disfruta con las películas. Eso en Rumanía no ocurre, no hay eventos similares. Las películas rumanas han desaparecido de los cines y no parece importarle a nadie. La parte buena es que trabajamos con una enorme libertad, aunque sea con muy pequeños presupuestos. Podemos hacer lo que queramos sin preocuparnos de la presión de nuestro propio público".

Por suerte para el resto del mundo y para su propia supervivencia, las películas de Mungiu y otros cineastas de su país sí interesan fuera...

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