Hablamos en Cannes con Viggo Mortensen sobre "Jauja", su segunda experiencia argentina

por © I.J. (Cannes)-NOTICINE.com
Viggo Mortensen
Viggo Mortensen es el protagonista principal de "Jauja", la película del argentino Lisandro Alonso, coproducida por México, presentada en el apartado Un Certain Regard (Una Cierta Mirada) del Festival de Cannes. Cansado pero feliz de esta segunda colaboración consecutiva con un cineasta del país donde pasó parte de su juventud, el inolvidable protagonista de "El señor de los anillos / The Lord of the Rings" habló con NOTICINE.com sobre su interés por el cine de autor y personajes tan complicados como el capitán danés Gunnar Dinesen (Mortensen), cuya misión en la Patagonia, junto a militares australes, es "pacificar" la región en base a asesinar a sus pobladores indígenas.

- ¿Cómo es "Jauja" y cómo es su personaje?
Bueno, es complicado tratar de decir de que se trata “Jauja”, pero básicamente estamos a finales del siglo XIX, en la Patagonia, en medio de la supuesta nada, en Argentina, pero en la frontera digamos, durante una guerra brutal, de genocidio hacia los pueblos originarios, emprendiao por el gobierno argentino en esa época,  en la llamada “Conquista del desierto”. Yo hago el papel de un militar danés, que viene de Europa con su hija adolescente de 15 años, y  consigue un trabajo con el ejercito argentino en la frontera, un sitio en el que solo hay hombres, no hay ninguna mujer, y como todo padre, soy el último hombre en darme cuenta que mi niña, mi dulce niña, se esta haciendo una mujer y está llamando la atención por ahí. Así que desde el comienzo estoy muy preocupado, porque se doy cuenta que este no es el sitio más adecuado, y lo que es peor cuando llega el momento en el que le digo: 'no te preocupes, pronto vamos a volver a Dinamarca, este es un sitio de locos', ella me contesta: 'No, si a mi me encanta estar aquí, me encanta el desierto, como entra en mí', ¿Cómo que entra en ti? No quiero que entre nada en ti, y bueno, a ella le gusta tanto el sitio, que se enamora de un joven soldado, y se van durante la noche. Se escapan, se van al monte, al desierto, y yo me despierto y miro mi tienda de campaña, mi carpa y me doy cuenta de lo ocurrido, cojo un caballo y me pongo mi uniforme danés, y es como una cosa “quijotesca”, como Don Quijote que sale ahí al estilo europeo con su medallita y su sable, pero él hace las cosas de forma correcta, como un tipo del norte de Europa, en un contraste con los argentinos que son... diferentes. Por ejemplo, los argentinos no son tan puntuales, tan ordenados en sus pensamientos como este tipo que sale en busca de su hija y de su novio, y ahí esta la historia básicamente, pero de ahí hay unos saltos filosóficos y existenciales hermosos. Es una película arriesgada y muy muy hermosa.

- En la película no habla en inglés, que es su idioma más habitual, sino en danés con su hija y en español con acento danés con el resto. No es la primera vez que debe usar otro idioma. ¿Le complica la vida?
Se ha dado muchas veces, no es siempre el caso, pero esta vez he hecho una película hablando danés, que lo conozco por mi familia y porque me críe un poco allá en Dinamarca, y el castellano en la película es bastante gracioso, o al menos para mí, porque es con el acento de mi padre, como él habla el español. Entonces, tratar de imitar eso fue muy divertido y conseguir que todo funcionara. Después, el danés que hablo con mi hija en la película, al ser un hombre bastante sencillo, un hombre del campo de Dinamarca, elegí hablarlo como mi abuelo danés, que era un tipo de campo, inteligente, pero que tenía una forma de hablar bastante sencilla y formal, de una manera muy correcta. Todo eso fue muy divertido, y después por otro lado rodamos en los mismos paisajes donde yo había estado en mi infancia en Argentina, donde aprendí a montar a caballo, y ahora en la película estaba de nuevo montado a caballo, y hablando como mi padre y mi abuelo... Fue una cosa muy extraña a nivel personal,  aparte de ser la película un cuento sumamente interesante.

- Es su segundo film en Argentina y antes hizo otros en España. ¿Le atrae el cine iberoamericano?
He hecho cinco películas hablando español: “Alatriste”, “Gimlet”, y “La pistola de mi hermano”, de Ray Loriga, en España y dos en Argentina, y esta es la primera danesa también. Esta película es tan danesa como española que es muy difícil de conseguir, esta muy dividida, culturalmente, de idioma, de sensibilidad, de fotografía. El fotógrafo es un genio del norte, finlandés que se llama Timo Salminen y su mirada del paisaje de la Patagonia y del desierto Argentino es muy distinta a la que tendría un latinoamericano.

- Aparte del fútbol ¿qué le hace sentirse próximo al alma argentina?
Mucho, la forma de hablar, cosas que no se pueden describir, un sentimiento y una sensibilidad, hay de todo, es como decir que los mexicanos o los norteamericanos o los argentinos son de una manera, pero hay de todo en ese país. Es cierto que mi crianza en Argentina, en mi primera década, o en la primera década de cualquier persona es muy importante para las cosas del idioma, de los olores, los recuerdos. Yo esto lo siento de muchos sitios, como me críe también en Dinamarca y entiendo la mentalidad y me ayudo mucho en esto, sobre todo te ayuda como actor y productor a transmitir las traducciones, los comportamientos de los personajes, ayudando a Lisandro. Me siento de muchas partes del mundo pero siempre que vuelvo a Argentina, estoy en casa, eso sí.

- ¿Cómo ha sentido la acogida a la película en Cannes?
Muy feliz, también por haberlo hecho. Tiene realmente una buena historia, tiene verdadera potencia, es la clase de película que querría ver... Sabes, rodar con Alonso y hacer todas las cosas juntos, te sientes afortunado, y ahora podemos mostrarla aquí en Cannes, uno de los mejores festivales. Espero que ustedes puedan ver “Jauja” en un cine, no tengan miedo a la palabra Jauja, es rarisima en español, es de origen árabe, y si no hablas español muy bien o eres “gringo” puedes decir “Hauha”...

Sigue nuestras últimas noticias por TWITTER.