Pilar López de Ayala ya protagoniza la nueva cinta del centenario Manoel de Oliveira

Pilar López de Ayala
Pilar López de Ayala
La actriz española Pilar López de Ayala acaba de iniciar el rodaje de su nueva película, "El extraño caso de Angélica", en la ciudad portuguesa de Régua, bajo la dirección de Manoel de Oliveira . Las orillas del río Duero se han convertido desde el 2 de marzo en el escenario de la próxima obra del cineasta en activo más veterano de la cinematografía mundial. Con 101 años, inicia un nuevo film a partir de una anécdota personal que vivió hace 55 años, coproducido como el anterior por la productora española de Luis Miñarro (Eddie Saeta).

Protagonizada por la actriz española Pilar López de Ayala, quien también intervino en una previa producción de la compañía catalana, "En la ciudad de Sylvia"", de José Luis Guerín, y por el actor Ricardo Trêpa ("Singularidades de una chica rubia"), la película narra la historia de Isaac, un fotógrafo con un misterioso pasado que al llegar a un poblado vinícola de Portugal recibe un insólito encargo en mitad de la noche: realizar el último retrato de una joven que acaba de fallecer, Angélica.

"El extraño caso de Angélica" enlaza el tema de la muerte, encarnado por el personaje de Pilar López de Ayala, en un relato sobre la obsesión por el sujeto amado. Isaac (Ricardo Trêpa) se enamora de la belleza de la joven Angélica, inspirado por una experiencia estética que le abre la puerta a una nueva dimensión.

Según ha explicado el propio Oliveira, el origen de esta “historia de amor metafísico” se remonta a un guión escrito en 1954 que finalmente no pudo ver la luz debido a la censura durante el régimen de Salazar.

La película es una coproducción hispano-portuguesa de Miñarro y François d'Artemare (Films do Tejo) cuyo rodaje está previsto que finalice en 5 semanas. La posproducción se llevará a cabo en Barcelona a lo largo del mes de abril.

"Manoel de Oliveira recupera con 'El extraño caso de Angélica' el deseo de realizar un proyecto muy querido, en el que le ha motivado la urgencia de inmortalizar la belleza de un rostro que va a desaparecer. Más de medio siglo después, revive una experiencia personal rodando en la misma casa y en el mismo entorno donde ocurrió el suceso", explica el productor Miñarro.