"Carancho": No una denuncia pero sí cine movilizador contra el "genocidio" del tráfico

Darín, Gusman y Trapero (Teleclub)
Darín, Gusman y Trapero (Teleclub)


A Pablo Trapero le inspiró "Carancho" lo que el llama "el genocidio silencioso", ese constante goteo de víctimas que los accidentes de tránsito deja día a día en la Argentina, y que ya es la principal causa de muerte de los menores de 35 años. 22 víctimas diarias deja la carretera, hasta 12.000 muertos algún año... 8.000 el último. Dos personajes relacionados con el tema, un gris abogado oportunista y una doctora primeriza son la clave para hacer pasar el mensaje, los mensajes, en "Carancho", que la semana próxima se estrena en Argentina y pocos días después se presenta en la sección Una Cierta Mirada de Cannes.

"Me gusta la idea -decía este miércoles en Buenos Aires Trapero al presentar su film- de que las películas puedan ser un poco más que entretenimiento. Sin embargo, no creo en las películas de denuncia, porque históricamente nunca pudieron denunciar nada, nadie las veía porque no llegaban a tener un diálogo con el público. Considero que el cine debe tener la capacidad de generar encuentros con el espectador. Un film debe perdurar más allá de los 100 minutos que dure la proyección: además de entretener debe movilizar y modificar algo en el público. Me gustaría que esta película genere eso".

Sosa y Luján, o Ricardo Darín y Martina Gusman (productora del film y esposa del director), son los dos personajes extremos que van a hacer florecer la llama del amor en medio del caos, el sufrimiento, la muerte y la ambición humana. El primero es un abogado no muy limpio, que se mueve en medio del lodo social y es capaz de meter el pico entre los hierros retorcidos para captar a sus "clientes". De ahí el título de la cinta, "Carancho", nombre con el que se conoce a un ave de rapiña habitual en los alrededores de Buenos Aires. Ella es una doctora recién trasladada a la metropoli, que hace guardias interminables y casi vive en la ambulancia que le sirve como lugar de trabajo.

Y luego está el género negro, con el que Trapero relaciona su cinta, y que se combina con esa relación difícil, que va del odio al amor haciendo varias escalas, y que contribuye también a seducir al público. "He querido hacer un homenaje al policial negro clásico", comenta el guionista y director.

Para el cineasta, aunque "Carancho" no llegara -como muchos pensaban después de que su anterior "Leonera", revelación de Gusman como actriz, anduviera tuteándose con una Palma de Oro que se le escapó hace un par de años- a ser admitida en la competencia de este año, a Cannes nunca se le debe decir que no. "Está buenísimo también Un Certain Regard, donde además nos programaron el primer fin de semana. Cannes es siempre una caja de resonancia automática. Tiene esa extraña particularidad de que año tras año siempre renueva los votos, siempre va la misma gente, es el lugar al que va más gente de la industria, productores, exhibidores, actores, directores... y las películas se ven, se mueven y se venden".

El realizador de "El bonaerense" filmó con dificultades, casi siempre de noche y con planos-secuencias que requerían una complicada coreografía, pero Trapero quedó satisfecho del resultado. Y eso que el proyecto no había debutado con buen pie. Le robaron de su casa la computadora donde tenía una versión del guión...