"Miel de naranjas", suspense en tiempos difíciles

El equipo de 'Miel de naranjas' (E.L.)
Por Eduardo Larrocha

Tras conseguir el premio al mejor director del último Festival de Málaga, Imanol Uribe estrena esta semana "Miel de naranjas", su última película. Situada en Andalucía en los primeros años 50, Enrique y Carmen, los protagonistas de esta producción española de Enrique González Macho, viven una historia de amor mezclada con  suspense, clandestinidad y traiciones. Asumir el desafío de ser uno mismo cuando se está metido de lleno en el centro del terror, sentir impotencia al ser testigo mudo de la injusticia.

El riesgo del  protagonista -el personaje que interpreta Iban Gárate-  es el de perder la propia vida. La necesidad de redimir a su familia le lleva a situarse en la mili  al servicio de un juez militar, muy bien caracterizado en un irreconocible Karra Elejalde. Aunque a lo largo de las secuencias vamos viendo que casi nadie es solamente lo que aparenta.

Los actores están en general muy bien, incluidos Eduard Fernández, de teniente sin escrúpulos, Angela Molina, madre del protagonista, Carlos Santos, sargento y Nora Navas. Quizá la menos creíble sea Blanca Suárez que hace un recorrido desigual desde aquella niña violada en "La piel que habito" hasta convertirse en "Miel de naranjas" en novia del protagonista. La actriz ha vivido esta nueva experiencia en el cine  como unas vacaciones pagadas y unas clases gratuitas y gratificantes. (sigue texto más abajo)


Para Imanol Uribe, "Miel de naranjas" no es una película más sobre la postguerrra civil española, porque la luz que tanto le ha preocupado es diferente al gris que caracteriza otras producciones que se sitúan en la misma época cruel de la historia española del siglo pasado.


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