El cine mexicano llora al maestro Joskowicz

Alfredo Joscowicz
El cineasta, profesor y exresponsable del IMCINE Alfredo Joskowicz, fallecido este jueves a los 74 años de edad, víctima de leucemia, es llorado por varias generaciones de profesionales del cine mexicano. Quien fuera realizador de películas como "El cambio" (1971); "El caballito volador" (1982) y "Playa azul" (1991), además de director de las escuelas de cine CUEC y CCC, y director general del Instituto Mexicano de Cinematografía, fue homenajeado recientemente en el Festival de Guadalajara y honrado con el Ariel de Oro que otorga la Academia Mexicana de Artes y Ciencias Cinematográficas.

Promotor incansable del cine mexicano y personaje muy querido dentro de la comunidad cinematográfica nacional, fue director, argumentista, guionista, productor, crítico, profesor y funcionario. Su nombre completo fue Alfredo Joskowicz Brobownicki y nació en la Ciudad de México, en el seno de una familia de emigrantes judíos europeos, el 1 de agosto de 1937. Estudió ingeniería electrónica y ejerció como profesor de historia del arte y como crítico de artes plásticas en diversas publicaciones.

Hizo estudios de realización cinematográfica en el Centro Universitario de Estudios Cinematográficos (CUEC), de donde egresó en 1970. Como alumno del CUEC llevó a cabo dos cortos documentales, "La Manda" (1968) y "La Pasión" (1969), y fue uno de los camarógrafos de "El grito", el testimonio más valioso sobre el movimiento estudiantil de 1968. El propio CUEC patrocinó su primer largometraje de ficción, "Crates" (1971), con el que llamó la atención de la crítica. Estuvo becado en la Escuela de Cine de Bruselas, Bélgica, donde hizo un posgrado en edición, sonido y video y se capacitó en la enseñanza del cine. A partir de entonces su carrera osciló entre el cine de ficción y el documental de cortometraje. Dentro de este último género, realizó "Ocho horas" (1975), "Quinto sol" (1976), "Erosión" (1976) y "Horizonte abierto" (1976).

Joskowicz tuvo también una destacada labor docente: impartió cursos de realización, sonido y fotografía tanto en el CUEC como en el Centro de Capacitación Cinematográfica (CCC), y hasta la fecha ha sido el único en ser designado como director de ambas escuelas de cine. Durante un breve lapso fungió como director de los Estudios América y además se desempeñó como director de los Estudios Churubusco-Azteca.

En sus tres primeros largometrajes, Joskowicz reveló interesantes inquietudes estilísticas y temáticas que lo colocaron como uno de los cineastas independientes más brillantes de su generación.

Filmó también "Meridiano 100" (1974); "Constelaciones" (1979), y "Recordar es vivir" (1993), mediometraje documental de la serie 18 Lustros de la vida de México, producido por la Universidad Nacional Autónoma de México.

Su labor al frente del IMCINE entre 2001 y 2006 fue destacada toda vez que emprendió los cambios que permitieron un nuevo auge de la producción nacional al levantarla de 20 largometrajes anuales hasta más de 60, así como para dar los primeros pasos que permitieron los incentivos fiscales en favor del cine nacional. Descanse en paz.

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