Hablamos con Luis Tosar sobre "Operación E", y su personaje, el que "más miedo" le ha dado

Luis Tosar
El actor gallego Luis Tosar se sintió tan implicado en el proyecto sobre la historia real del campesino colombiano José Crisanto, obligado a acoger al bebé de la secuestrada por las FARC Clara Rojas, que decidió además de asumirlo ante la cámara convertirse en productor de la película, "Operación E", que -dirigida por Miguel Courtois- ha llegado esta semana a los cines españoles, coproducida junto a Francia y Colombia. Su principal desafío era resultar creíble como colombiano, algo que confiesa en esta entrevista exclusiva con NOTICINE.com le provocó un miedo hasta ahora desconocido.

- Háblenos de su personaje...
Interpreto a José Crisanto, que es un personaje real, un campesino colombiano que se vio obligado a cuidar un bebé que le dieron en custodia las FARC, sin que él conociera su origen. El niño resultó ser el hijo de la secuestrada Clara Rojas y un guerrillero, y para intentar salvarle la vida, porque había nacido en muy malas condiciones en la selva y estaba herido, vive una serie de aventuras hasta que sale del territorio controlado por las FARC y lo lleva a las autoridades sanitarias. Luego se entera de quién era ese niño y se convierte en el hombre más buscado del país. Hasta ahí llega la película, porque luego él estuvo seis años aproximadamente en la cárcel por complicidad con los secuestradores, hasta hace unos meses...

- Su película es hasta cierto punto paradigmática de muchas otras historias reales de las víctimas "colaterales" del conflicto colombiano, ¿no cree?

Sí, la capacidad de elección les está negada a todos. Basicamente les llega, y la opción es única. Crisanto representa a unos cuantos millones de habitantes de Colombia. Son más de cuatro millones, por ejemplo, los desplazados. Hay mucha gente abocada a vivir en medio del conflicto que según el lado que les toque les machacan unos u otros. Son siempre víctimas. Nuestra película es la historia de Crisanto, que para nosotros es un héroe que representa a millones de héroes anónimos, muchos de los cuales han tenido que refugiarse en una gran ciudad en condiciones indignas.

- ¿Cuál fue su primera impresión cuando le propusieron el papel? ¿No le asustó tener que usar un acento que no es el suyo?
En el momento en que leí el guión supe a lo que me tenía que enfrentar, pero es que me fascinaba, el texto y el personaje. Pero no se si fui consciente de lo que hacía, lo tome desde el más puro impulso. Las consecuencias las valoras después, empiezas a pensar en dónde te has metido, y como el propio personaje acabas huyendo hacia adelante. Lo del acento me vino cuando me pude sentar a pensar sobre la decisión que había tomado. Y pensé que era correcta porque estaba hecha desde el corazón, y en ocasiones hay que hacerlo así. Lo primordial para un actor es que la historia te llegue, te emocione y que cambie algo en tí. Luego, lo otro es a lo que te tienes que enfrentar. En este caso lo complicado era en efecto el idioma, que era muy difícil, pero también mucho más excitante. Una vez que estás dentro de la cosa hay que tirar para adelante. Creo que es el personaje con el que más miedo he pasado, el que más terror me ha producido ponerlo en pie, enfrentarme de una manera física a él.

- ¿Tuvo la oportunidad de conocer a José Crisanto en persona antes de incorporarlo ante la cámara?
No, no lo pudo conocer en persona hasta hace poco. Tuvimos la suerte de que nuestro coproductor colombiano si logró entrevistarse con él, grabó la conversación y la pudimos escuchar. Le informamos de que estabamos con el proyecto, porque de alguna manera queriamos tener su beneplácito, que era importante para nosotros, porque en cierto sentido queríamos hacer una apuesta muy clara por él. Cuando estábamos a punto de empezar la película ya se había producido el juicio pero todavía no había sentencia. Podía pasar cualquier cosa... Pero nosotros ya habíamos tomado partido por él, porque nos parecía justo al considerarlo una víctima del conflicto que no tuvo opciones de hacer otra cosa que lo que hizo, basicamente salvar al niño y de paso a toda su familia, salir de ese embrollo. Eso es algo que Antonio Onetti en el guión quiso resaltar, que este señor es un héroe, un ejemplo para todo el mundo, un personaje ejemplarizante, desde el momento en que se enfrenta a un sistema muy complicado, como es el de Colombia, donde hay una serie de actores que tienen que ver con el conflicto, y es mejor mejor no tener problemas con ellos.

- ¿Cuáles son sus proyectos inmediatos como actor?

Para marzo o abril espero retomar un proyecto que ya tenía que haber arrancado pero por la crisis y los problemas de financiación se ha retrasado, una nueva película con Daniel Monzón, con quien hice "Celda 211", y que se llama "El niño". Es una historia que gira en torno al narcotráfico en el estrecho de Gibraltar y todo ese tinglado. También está basada en hechos reales.

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