Crítica: "Corazón de león", pequeño pero matón... y seductor

'Corazón de león'


Por Edurne Sarriegui

Marcos Carnevale estrena esta semana en Argentina su última cinta, "Corazón de León" (2013), de la cual también es guionista, y vuelve a sorprender con una historia sobre una pareja inusual. Como ya ocurriera en “Elsa y Fred” y “Viudas” el amor se presenta en un formato distinto. Esta vez es entre Ivana y León que mide 1,36 mts. Este planteamiento bien podría resultar en un exceso sentimentaloide, una comicidad exagerada o, lo que es peor, caer en lo grotesco. Sin embargo no es así. El resultado es una película amena, con la suficiente hondura como para tratar temas serios como son la discriminación y los prejuicios y con un toque de humor para hacerlo llevadero.

Ivana (Julieta Díaz), en medio de una conversación irritante y atacada por la furia, arroja su teléfono celular en una plaza. León (Guillermo Francella) ve la escena, se lo queda y toma contacto con su propietaria, más por propiciar un encuentro con la mujer que le deslumbra que por otra causa. Durante la conversación telefónica que sostienen él despliega todo su encanto para conseguir una cita. Y la obtiene. Ahí, Ivana y los espectadores al mismo tiempo, nos daremos cuenta de la talla de León. Ella queda desconcertada con su apariencia y sorprendida por su personalidad arrolladora.

León es un profesional exitoso, elegante, seductor. Es socialmente reconocido y tiene un hijo, Toto (Nicolás Francella que debuta en este film) con el cual mantiene una excelente relación así como con su madre de la cual lleva diez años divorciado. Sin embargo, a pesar de todo ello, en el fondo de su alma persiste el dolor por saberse diferente y se esfuerza por mostrar siempre esa personalidad brillante que le hace atractivo para los demás. Este  Guillermo Francella de talla reducida seguramente despertará la curiosidad del público  y aporta al personaje su humor y carisma para transmitir el encanto, la angustia, el dolor y hasta un leve toque de egoísmo.

Ivana no pasa precisamente por el mejor momento de su vida. Divorciada desde hace tres años conserva con su exmarido una relación laboral que es causa de infinidad de asperezas y enfrentamientos. A medida que conoce mejor a León se siente más atraída por él y al mismo tiempo comienza a temer no estar a la altura de lo que significa enamorarse de un hombre que siempre va a ser mirado de una manera especial por el resto del mundo. Enfrentar esa mirada ajena y sus propios prejuicios y los de su entorno más cercano será su desafío. Julieta Díaz  con su interpretación nos hace ver todas las emociones de su personaje. De la sorpresa inicial pasa al enamoramiento, la duda, el temor, la vulnerabilidad y el dolor.

Para conseguir la reducción del tamaño del actor se recurrió a efectos especiales digitales. Además tanto la dirección de arte como el vestuario y los ángulos que adopta la cámara están dirigidos a acentuar la pequeñez de León en la enormidad del mundo de Ivana. Todo esto unido al trabajo actoral da como resultado una película conmovedora sin necesidad de recurrir al melodrama.